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La Tierra

<!doctype html> <html lang="es"> <head> <title>La Tierra</title> <link rel="canonical" href="https://www.biografiasyvidas.com/tema/tierra.htm" /> <meta http-equiv="Content-Type" content="text/html; charset=iso-8859-1"> <link rel="stylesheet" href="/estilos/styles.css" media="all"/> <meta name="viewport" content="user-scalable=no, width=device-width, initial-scale=1"> </head> <body> <div id="header"> <div class="container"> <div class="logo"> <a href="/"><img src="/images/logo.png" alt="Biografias y Vidas"/></a> </div> <div class="search"> <form method="get" action="/cgi-bin/search/search.pl"> <input type="hidden" name="Realm" value="body"/> <input type="hidden" name="Match" value="1"/> <div class="input-group"> <input type="text" id="fdse_Terms" placeholder="Buscar personaje..." name="Terms" class="form-control"/> <span class="input-group-btn"> <button type="submit" id="search_button" class="btn"><span class="icon-search"></span></button> </span> </div> </form> </div> </div> <hr/> </div> <div class="content"> <div class="container"> <div id="menu"> <ul> <li> <a href="/"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-home"></span></div> <span class="link">Inicio</span> <span class="desc">Portada de la <br/>Enciclopedia</span> </a> </li> <li> <a href="/monografias.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-book"></span></div> <span class="link">Monograf韆s</span> <span class="desc">Las figuras clave <br/>de la historia</span> </a> </li> <li> <a href="/reportajes.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-video-camera"></span></div> <span class="link">Reportajes</span> <span class="desc">Los protagonistas <br/>de la actualidad</span> </a> </li> <li> <a href="/buscador.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-search"></span></div> <span class="link">Buscador</span> <span class="desc">Encuentra r醦ido la <br/>biograf韆 que buscas</span> </a> </li> <li><a href="/subscribirse/"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-envelope"></span></div> <span class="link">Novedades</span> <span class="desc">Suscr韇ete a <br/>nuestro bolet韓</span></a> </li> <li> <a href="/indices.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-group"></span></div> <span class="link">蚽dices</span> <span class="desc">Los personajes por <br/>orden alfab閠ico</span> </a> </li> </ul> </div> <div id="main"> <div class="article"> <h1>La Tierra</h1> <p>Vista desde el espacio, la Tierra tiene el aspecto de una brillante esfera de color azul, con espirales de nubes blancas que cubren los vastos oc&eacute;anos y las masas continentales de formas irregulares con distintos tonos de verde, amarillo, marr&oacute;n y blanco. La superficie de la Tierra, en efecto, esta constituida principalmente por agua (alrededor del 70 %); su temperatura y su atm&oacute;sfera, formada por una mezcla de nitr&oacute;geno y ox&iacute;geno de densidad media, re&uacute;nen las condiciones id&oacute;neas para el desarrollo de la vida, o al menos de las &uacute;nicas formas de vida que conocemos en el universo.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_2.jpg" width="560" height="371"><br> La Tierra desde la Estaci&oacute;n Espacial Internacional </p> <p>La Tierra gira alrededor del Sol a una distancia aproximada de 150 millones de kil&oacute;metros, empleando 365,25 d&iacute;as en recorrer su &oacute;rbita el&iacute;ptica. El planeta completa una rotaci&oacute;n sobre su eje cada 24 horas aproximadamente. Su forma no es en realidad esf&eacute;rica, sino ligeramente abultada en su ecuador. El di&aacute;metro de la Tierra en el ecuador es de unos 12.760 kil&oacute;metros, mientras que en los polos es de 12.720 kil&oacute;metros. La circunferencia de la Tierra mide unos 40.000 kil&oacute;metros en el ecuador.</p> <p>La Luna, el &uacute;nico sat&eacute;lite natural de la Tierra, orbita alrededor de nuestro planeta a una distancia promedio de aproximadamente 385.000 kil&oacute;metros. Algunos cient&iacute;ficos creen que la Tierra y la Luna deber&iacute;an considerarse en realidad un planeta doble, puesto que la Luna es proporcionalmente m&aacute;s grande respecto a la Tierra que las lunas o sat&eacute;lites naturales de la mayor&iacute;a de los dem&aacute;s planetas.</p> <p>A diferencia de los planetas exteriores (J&uacute;piter, Saturno, Urano), que est&aacute;n compuestos principalmente de gases ligeros, la Tierra est&aacute; formada por elementos pesados, como el hierro y el n&iacute;quel, y por lo tanto es mucho m&aacute;s densa. Debido a las colisiones que la formaron hace unos 4.500 millones de a&ntilde;os, inicialmente la Tierra se hallaba en estado incandescente; el enfriamiento del planeta, como puede imaginarse, fue un proceso muy lento y gradual. Sus componentes empezaron a agruparse seg&uacute;n su densidad: los abundantes elementos pesados, el hierro y el n&iacute;quel, formaron el n&uacute;cleo de la Tierra; en el exterior del n&uacute;cleo, los distintos materiales se comprimieron en una sustancia tambi&eacute;n densa pero plegable cuando es sometida a fuertes presiones, constituyendo la capa denominada manto. Finalmente, en la superficie de la Tierra se form&oacute; un caparaz&oacute;n delgado de roca fr&iacute;a, rica en s&iacute;lice, que recibe el nombre de corteza; la formaci&oacute;n de la corteza a partir de la masa fundida inicial s&oacute;lo fue posible tras un progresivo enfriamiento que requiri&oacute; 500 millones de a&ntilde;os.</p> <h2>La atm&oacute;sfera de la Tierra</h2> <p>La atm&oacute;sfera de la Tierra es la &uacute;nica atm&oacute;sfera planetaria del sistema solar dotada de las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida tal y como la conocemos. Se compone fundamentalmente de un 78 % de nitr&oacute;geno y un 21 % de ox&iacute;geno; el 1% restante incluye una serie de gases diversos, entre los que predomina el arg&oacute;n.</p> <p>Se han propuesto varias teor&iacute;as para explicar el origen de estos gases. Una de ellas afirma que, cuando se form&oacute; la Tierra, los gases quedaron atrapados en capas de roca debajo de la superficie. Esos gases terminaron por escapar, principalmente a trav&eacute;s de las erupciones volc&aacute;nicas, para formar la atm&oacute;sfera. </p> <p>El vapor de agua, la sustancia expelida en mayor abundancia, se condens&oacute; para formar los oc&eacute;anos. El di&oacute;xido de carbono era el segundo en orden de abundancia, pero la mayor parte se disolvi&oacute; en las aguas oce&aacute;nicas o se alter&oacute; qu&iacute;micamente reaccionando con otras sustancias de las rocas. El nitr&oacute;geno se emit&iacute;a en cantidades peque&ntilde;as, pero no modific&oacute; su forma actual debido a que su temperatura de condensaci&oacute;n es muy baja y nunca particip&oacute; en reacciones; por esta raz&oacute;n, el nitr&oacute;geno es el gas m&aacute;s abundante en la atm&oacute;sfera en la actualidad. El ox&iacute;geno comenz&oacute; a formar parte de la atm&oacute;sfera de la Tierra en una fase m&aacute;s tard&iacute;a, iniciada hace unos 450 millones de a&ntilde;os, cuando aparecieron las plantas y se difundieron por todo el planeta: a trav&eacute;s de <a href="fotosintesis.htm">la fotos&iacute;ntesis</a>, las plantas verdes convirtieron grandes cantidades de di&oacute;xido de carbono en ox&iacute;geno. </p> <p>Otra teor&iacute;a m&aacute;s reciente relativa a la formaci&oacute;n de la atm&oacute;sfera inicial de la Tierra sostiene que los gases que la integraban fueron depositados por los cometas. Los restos de cometas han revelado que contienen carbono y nitr&oacute;geno aproximadamente en la misma proporci&oacute;n que la atm&oacute;sfera primitiva. Durante la primera etapa de su desarrollo, la Tierra fue el blanco de repetidos impactos de cometas.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_atmosfera.jpg" width="560" height="365"><br> Capas de la atm&oacute;sfera </p> <p>Casi toda la masa de la atm&oacute;sfera est&aacute; contenida en los primeros 85 kil&oacute;metros por encima de la superficie de la Tierra. Esta atm&oacute;sfera relativamente delgada funciona sin embargo como una capa con un ben&eacute;fico poder aislante. La luz visible del Sol pasa a trav&eacute;s de ella y calienta la superficie; el calor resultante (en forma de radiaci&oacute;n infrarroja) es irradiado desde la superficie, pero el di&oacute;xido de carbono, el metano y el vapor de agua contenidos en la atm&oacute;sfera evitan que esa energ&iacute;a se escape en su totalidad hacia el espacio exterior. </p> <p>Estas sustancias (denominadas gases de efecto invernadero, pues act&uacute;an como la cubierta trasl&uacute;cida de un invernadero) absorben la mayor parte del calor irradiado y lo reemiten nuevamente hacia la superficie, manteniendo el planeta en temperaturas relativamente estables y c&aacute;lidas. En las &uacute;ltimas d&eacute;cadas, la contaminaci&oacute;n ha incrementado sensiblemente los niveles de concentraci&oacute;n de los gases de efecto invernadero en la atm&oacute;sfera, originando <a href="calentamiento_global.htm">el calentamiento global</a>, es decir, una lenta pero continuada elevaci&oacute;n de la temperatura media del planeta que constituye uno de los grandes desaf&iacute;os ecol&oacute;gicos del mundo actual.</p> <p>Al mismo tiempo que contribuyen a la conservaci&oacute;n de calor, ciertos gases de la atm&oacute;sfera bloquean el paso a formas peligrosas de radiaci&oacute;n, impidiendo que lleguen a la superficie. Entre ellas se encuentran los rayos X y la radiaci&oacute;n ultravioleta, que son absorbidas por la capa de ozono, situada a unos 24 kil&oacute;metros de altura. Tambi&eacute;n la capa de ozono se vio amenazada por los efectos perniciosos de <a href="contaminacion.htm">la contaminaci&oacute;n</a>, pero, tras la prohibici&oacute;n de las sustancias m&aacute;s peligrosas (Protocolo de Montreal, 1987), el llamado &laquo;agujero de la capa de ozono&raquo; parece haber remitido.</p> <h2>La superficie de la Tierra</h2> <p>Masas continentales secas y oc&eacute;anos se distribuyen irregularmente sobre la superficie de la Tierra. Los continentes ocupan aproximadamente 148,9 millones de kil&oacute;metros cuadrados, mientras que los oc&eacute;anos cubren cerca de 361,3 millones de kil&oacute;metros cuadrados.</p> <p>Las masas continentales est&aacute;n en una permanente, aunque lenta, din&aacute;mica de cambio: se trasladan, chocan y se separan seg&uacute;n un proceso denominado tect&oacute;nica de placas. Las placas est&aacute;n constantemente en movimiento porque el interior de la Tierra es din&aacute;mico, con su n&uacute;cleo externo todav&iacute;a en estado de fusi&oacute;n (l&iacute;quido) y con corrientes convectivas (circulantes) a gran escala en el manto superior. Esta especie de horno gigantesco que se halla bajo la superficie provoca en los continentes desplazamientos de apenas unos pocos cent&iacute;metros por a&ntilde;o, suficientes no obstante para producir efectos y fen&oacute;menos geol&oacute;gicos perceptibles a escala humana. El ciclo permanente de formaci&oacute;n de monta&ntilde;as y cordilleras (originado por el movimiento de las placas de la corteza) y de erosi&oacute;n (debida al viento y al agua) ha moldeado todas las formas actuales de la superficie de la Tierra.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_placas.jpg" width="560" height="364"><br> Principales placas tect&oacute;nicas </p> <p>La Tierra est&aacute; principalmente cubierta de <a href="agua.htm">agua</a>. El inmenso oc&eacute;ano Pac&iacute;fico cubre alrededor de la mitad del globo. Ya en la &eacute;poca de la formaci&oacute;n de la corteza, vastas zonas de la litosfera estaban m&aacute;s bajas que otras y formaban cuencas enormes; en los primeros tiempos de la historia del planeta, el vapor de agua de la atm&oacute;sfera primordial se condens&oacute; en forma de lluvias que llenaron de agua dichas cuencas. El impacto de cometas, cuyo n&uacute;cleo estaba formado por hielo y agua, aport&oacute; agua adicional a la Tierra.</p> <p>En la atm&oacute;sfera, lo mismo que en los oc&eacute;anos, se producen vastos movimientos circulatorios. Enormes corrientes de agua caliente y fr&iacute;a, y de aire caliente y fr&iacute;o, circulan respectivamente por los oc&eacute;anos y la atm&oacute;sfera. Las pautas de circulaci&oacute;n son motivadas por las diferencias de temperaturas entre zonas adyacentes y por la rotaci&oacute;n de la Tierra, que ayuda a crear flujos circulares. Los oc&eacute;anos tienen un papel fundamental en las pautas globales del clima de nuestro planeta. Las tormentas se generan esencialmente por la humedad atmosf&eacute;rica procedente de la evaporaci&oacute;n de los oc&eacute;anos, que son la fuente principal de esa humedad. Los oc&eacute;anos responden de una forma m&aacute;s moderada a los variaciones de la energ&iacute;a solar (d&iacute;a y noche, verano e invierno) que los continentes, de modo que la temperatura es mucho m&aacute;s estable en los mares que en tierra firme.</p> <h2>Estructura interna de la Tierra</h2> <p>A pesar de su inaccesibilidad, no son pocos los conocimientos que la ciencia ha logrado reunir sobre la composici&oacute;n y estructura del interior del planeta. Ciertamente no puede averiguarse gran cosa con la observaci&oacute;n directa: la distancia desde la superficie terrestre hasta su centro es de alrededor de 6.378 kil&oacute;metros; el pozo m&aacute;s profundo que se ha perforado alcanz&oacute; los 15 kil&oacute;metros de profundidad, lo que representa el 0,2 % de la distancia al centro de la Tierra. Las perforaciones, por tanto, s&oacute;lo resultan &uacute;tiles para estudiar las capas de rocas cercanas a la superficie.</p> <p>Pero los ge&oacute;logos han conseguido informaci&oacute;n sobre las capas m&aacute;s remotas del interior de la Tierra a partir de otras fuentes. As&iacute;, se sabe que algunas rocas encontradas en la superficie terrestre se originaron en zonas profundas de la corteza y del manto. Del mismo modo, los meteoritos que caen en el planeta tambi&eacute;n son representativos de las rocas del manto y del n&uacute;cleo de la Tierra: los fragmentos de meteoros proceden presumiblemente del interior de cuerpos extraterrestres de nuestro sistema solar que han explotado en mil pedazos, por lo que es probable que la composici&oacute;n del n&uacute;cleo de nuestro propio planeta sea muy similar a la de estos viajeros extraterrestres.</p> <p>Las ondas s&iacute;smicas, es decir, las vibraciones causadas por un terremoto, constituyen otra importante y valiosa fuente de informaci&oacute;n, aunque m&aacute;s indirecta. Cuando se produce un terremoto en alg&uacute;n lugar de la Tierra, las ondas s&iacute;smicas se desplazan hacia el exterior desde el hipocentro o punto en que se origin&oacute; el terremoto. La velocidad, el movimiento y la direcci&oacute;n de estas ondas s&iacute;smicas cambia espectacularmente cuando atraviesan las zonas de transici&oacute;n que separan las distintas capas que componen el interior del planeta. </p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_ondas_sismicas.jpg" width="420" height="384"><br> Las desviaciones de las ondas s&iacute;smicas longitudinales y transversales (P y S)<br> aportan valiosas informaciones sobre la estructura interna de la Tierra </p> <p>El an&aacute;lisis cuidadoso de los datos s&iacute;smicos, m&eacute;todo que recibe el nombre de detecci&oacute;n subsuperficial, ha permitido establecer hip&oacute;tesis plausibles sobre el grosor y la composici&oacute;n de las distintas capas observadas: la corteza, el manto superior, el manto inferior, el n&uacute;cleo externo y el n&uacute;cleo interno. Entre algunas de estas capas se encuentran zonas de transici&oacute;n denominadas discontinuidades, como la discontinuidad de Mohorovicic, la de Gutenberg y la de Lehmann. El grosor de la corteza o capa exterior oscila entre los seis y los setenta kil&oacute;metros. El manto se extiende hasta una profundidad de aproximadamente 2.900 kil&oacute;metros. M&aacute;s all&aacute; de esta profundidad y hasta el centro se encuentra el n&uacute;cleo; a 4,890 kil&oacute;metros de la superficie, una zona de transici&oacute;n separa el n&uacute;cleo externo, l&iacute;quido, del n&uacute;cleo interno, en estado s&oacute;lido.</p> <h3>La corteza</h3> <p>La corteza, el delgado caparaz&oacute;n de rocas que cubre el globo, contiene todas las monta&ntilde;as, valles, oc&eacute;anos y llanuras que forman la superficie del planeta. Cabe distinguir entre dos tipos de corteza: la corteza continental, situada debajo de los continentes, y la corteza oce&aacute;nica, que se encuentra debajo de los oc&eacute;anos. La corteza continental, de color m&aacute;s claro, es m&aacute;s delgada -y por lo tanto de menor peso- que la corteza oce&aacute;nica, de color m&aacute;s oscuro. La corteza est&aacute; compuesta principalmente de minerales que contienen los elementos calcio, aluminio, magnesio, hierro, silicio, sodio, potasio y ox&iacute;geno.</p> <p>Entre la corteza (tanto la oce&aacute;nica como la continental) y el manto superior se encuentra una zona de transici&oacute;n s&iacute;smica diferenciada: la discontinuidad de Mohorovicic, tambi&eacute;n llamada com&uacute;nmente como discontinuidad de Moho. Fue descubierta en 1909 por el geof&iacute;sico croata Andrija Mohorovicic (1857-1936). Esta &aacute;rea fronteriza se&ntilde;ala el punto en el que las ondas s&iacute;smicas aumentan su velocidad en su desplazamiento por el interior de la Tierra. Puesto que las ondas s&iacute;smicas se desplazan con mayor rapidez a trav&eacute;s de un material m&aacute;s denso, Mohorovicic razon&oacute; que deb&iacute;a existir una transici&oacute;n brusca del material rocoso de la corteza terrestre a las rocas m&aacute;s densas que constituyen la cobertura superior del manto. La discontinuidad de Moho es una zona de transici&oacute;n relativamente estrecha, de un grosor estimado de entre 0,2 y 3 kil&oacute;metros.</p> <h3>El manto</h3> <p>El manto se compone principalmente de minerales que contienen magnesio, hierro, silicio y ox&iacute;geno. Desde un punto de vista est&aacute;tico, bas&aacute;ndose en su composici&oacute;n, se distingue entre un manto superior (hastalos 670 kil&oacute;metros de profundidad) y otro inferior (hasta los 2.900 kil&oacute;metros). Pero desde una perspectiva din&aacute;mica, y atendiendo a su comportamiento mec&aacute;nico, la corteza y una peque&ntilde;a porci&oacute;n del manto superior constituyen la capa denominada litosfera, nombre formado a partir de la ra&iacute;z griega <em>lithos</em> (&laquo;piedra&raquo;) que sugiere su principal caracter&iacute;stica: su rigidez.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_capas.jpg" width="600" height="531"><br> Modelos est&aacute;tico y din&aacute;mico de la estructura de la Tierra </p> <p>En la base de la litosfera, a una profundidad de alrededor de 75 kil&oacute;metros, se encuentra otra zona de transici&oacute;n s&iacute;smica diferenciada. A este nivel, todas las ondas s&iacute;smicas parecen ser absorbidas m&aacute;s intensamente que en cualquier otro lugar del interior de la Tierra. Los cient&iacute;ficos interpretan que la capa situada bajo la litosfera es una zona en la que el material est&aacute; parcialmente fundido. Esta zona &laquo;blanda&raquo;, denominada astenosfera (por la palabra griega <em>asthenes</em>, que significa &laquo;d&eacute;bil&raquo;), se extiende hasta una profundidad de alrededor de 350 kil&oacute;metros.</p> <p>A lo largo de la zona de contacto entre la litosfera y la astenosfera, la litosfera es &laquo;cargada a cuestas&raquo; por la m&aacute;s d&eacute;bil y menos r&iacute;gida astenosfera, que parece estar en movimiento continuo. Este movimiento crea tensiones en las capas r&iacute;gidas de rocas situadas sobre ella, y las losas o placas de la litosfera son forzadas a empujarse entre s&iacute;, de forma parecida a como lo har&iacute;an cubitos de hielo que flotaran sobre aguas turbulentas. Este movimiento de las placas de la litosfera, que recibe el nombre de tect&oacute;nica de placas, es el responsable de los terremotos, de cierto tipo de actividad volc&aacute;nica y de la deriva de los continentes.</p> <h3>El n&uacute;cleo</h3> <p>A una profundidad de 2.900 kil&oacute;metros se produce otra brusca alteraci&oacute;n en las pautas de las ondas s&iacute;smicas. El &aacute;rea de transici&oacute;n situada bajo el manto inferior recibe el nombre del ge&oacute;logo norteamericano Beno Gutenberg (1889-1960); al atravesar en este nivel, conocido como discontinuidad de Gutenberg o frontera manto-n&uacute;cleo, algunas ondas s&iacute;smicas desaparecen completamente, lo que indica el material que se halla debajo es l&iacute;quido; a este mismo nivel se produce un repentino aumento de temperatura, que se incrementa de golpe en m&aacute;s de 700 &deg;C. </p> <p>Entre los 2.900 y los 4.980 kil&oacute;metros de profundidad se extiende, en efecto, una nueva capa: el n&uacute;cleo externo. Se cree que este n&uacute;cleo exterior, l&iacute;quido y caliente, est&aacute; formado principalmente por hierro, y que las corrientes el&eacute;ctricas en los fluidos del n&uacute;cleo externo son las responsables del campo magn&eacute;tico de la Tierra.</p> <p>Al alcanzar el interior del n&uacute;cleo terrestre (a una profundidad de aproximadamente 5.120 kil&oacute;metros), las ondas s&iacute;smicas que quedan despu&eacute;s de haber pasado a trav&eacute;s del n&uacute;cleo externo l&iacute;quido se aceleran, lo que indica que el material del n&uacute;cleo interno es s&oacute;lido. El cambio entre los estados s&oacute;lido y l&iacute;quido del n&uacute;cleo se debe probablemente a las inmensas presiones que reinan a esta profundidad. Bas&aacute;ndose en la composici&oacute;n de los fragmentos de meteoritos que caen sobre la Tierra, los cient&iacute;ficos suponen que el n&uacute;cleo interno est&aacute; compuesto de hierro y de una peque&ntilde;a cantidad de n&iacute;quel.</p> <h2>La vida en la Tierra</h2> <p>El origen de la vida en la Tierra no se conoce plenamente. Se supone que, ya en los mismos inicios de la formaci&oacute;n del planeta, la acci&oacute;n de las radiaciones ultravioleta y de los rayos de las tormentas sobre los gases de la atm&oacute;sfera primitiva origin&oacute; mol&eacute;culas org&aacute;nicas que se depositaron en los oc&eacute;anos. Esta teor&iacute;a, formulada por primera vez por el bioqu&iacute;mico ruso Alexandr Oparin (<em>El origen de la vida sobre la Tierra</em>, 1936), encontr&oacute; confirmaci&oacute;n en experimentos como los que realiz&oacute; en 1953 el cient&iacute;fico estadounidense Stanley Miller, que obtuvo amino&aacute;cidos recreando en un laboratorio la composici&oacute;n y las condiciones ambientales de la atm&oacute;sfera primitiva. </p> <p class="piefotos"><img src="fotos/tierra_miller.jpg" width="400" height="376"><br> Stanley Miller</p> <p>Pero aun siendo constituyentes fundamentales de las prote&iacute;nas, que son a su vez los principales componentes de <a href="celula.htm">las c&eacute;lulas</a>, los amino&aacute;cidos no pueden, obviamente, considerarse seres vivos. Aunque se han formulado hip&oacute;tesis plausibles, los mecanismos por los que tales compuestos org&aacute;nicos llegaron a agruparse y organizarse hasta constituir microorganismos capaces de reproducirse siguen siendo un enigma para <a href="biologia.htm">la biolog&iacute;a</a>. En cualquier caso, parece demostrado que los primeros seres unicelulares aparecieron en los oc&eacute;anos primigenios hace unos 4.000 millones de a&ntilde;os, es decir, unos 500 millones de a&ntilde;os despu&eacute;s de la formaci&oacute;n del planeta. Estos organismos elementales evolucionaron lentamente hacia formas de vida cada vez m&aacute;s complejas.</p> <p>En una etapa posterior (hace unos 450 millones de a&ntilde;os), la vida pas&oacute; de los oc&eacute;anos a los continentes, y una vez logr&oacute; afirmarse en ellos, se difundi&oacute; con rapidez. En unos 200 millones de a&ntilde;os, los bosques se extendieron por los continentes y los primeros anfibios evolucionaron hasta convertirse en dinosaurios. Tras la extinci&oacute;n de los dinosaurios (hace 65 millones de a&ntilde;os), los mam&iacute;feros pasaron a ser los vertebrados predominantes. S&oacute;lo en los &uacute;ltimos dos millones de a&ntilde;os de la historia de la Tierra hizo su aparici&oacute;n el hombre.</p> <style type="text/css"> .inferior_movil { display: block; width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} @media(max-width: 359px) { .inferior_movil { width: 300px; height: 250px; margin: 0px auto;} } @media(min-width: 360px) { .inferior_movil { width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} } @media(min-width: 768px) { .inferior_movil { display: none; } } </style> <ins class="adsbygoogle inferior_movil" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="2937906731"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> <style type="text/css"> .inferior { display: block; width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} @media(max-width: 767px) { .inferior { display: none; } } @media(min-width: 768px) { .inferior { width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} } </style> <ins class="adsbygoogle inferior" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="6030973931"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> <p class="citar"><strong>C&oacute;mo citar este art&iacute;culo:</strong><br>Fern&aacute;ndez, Tom&aacute;s y Tamaro, Elena. &laquo;<span id="perscita"></span>&raquo;. En <em>Biograf&iacute;as y Vidas. La enciclopedia biogr&aacute;fica en l&iacute;nea</em> [Internet]. Barcelona, Espa&ntilde;a, 2004. Disponible en <a id="urlcita" class="break" href=""></a> <script>function citapers() { var x = document.getElementsByTagName("title"); document.getElementById("perscita").innerHTML = x[0].innerHTML;}</script> <script>function citaurl() { var x = location.href; document.getElementById("urlcita").innerHTML = x;}</script> <script>window.onload=function comocitar() {citapers();citaurl();}</script> [fecha de acceso: <script>var meses = new Array ("enero","febrero","marzo","abril","mayo","junio","julio","agosto","septiembre","octubre","noviembre","diciembre"); var f=new Date();document.write(f.getDate() + " de " + meses[f.getMonth()] + " de " + f.getFullYear());</script>].</p> <div class="go-top"> <a href="#header" title="Subir"><span class="icon-arrow-up"></span></a> </div> </div> </div> <div id="sidebar"> <style type="text/css"> .adaptable-derecha { display:inline-block; width: 160px; height: 600px; } @media(max-width: 767px) { .adaptable-derecha { display: none; } } @media(min-width: 768px) { .adaptable-derecha { width: 160px; height: 600px; } } @media(min-width: 1200px) { .adaptable-derecha { width: 300px; height: 600px; } } </style> <ins class="adsbygoogle adaptable-derecha" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="6979371138"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> </div> </div> </div> <div id="footer"> <div class="container"> <ul> <li><a href="/sitio.htm">Sobre este sitio</a></li> <li><a href="/editorial.htm">Sobre la editorial</a></li> <li><a href="/contacto.htm">Contacto</a></li> <li><a href="/como_citar.htm">C&oacute;mo citar</a></li> <li><a href="/aviso.htm">Aviso legal</a></li> </ul> <p class="copy">&copy; Editorial Biograf韆s y Vidas, 2004-2024</p> <p class="repro">&iquest;Desea <a href="/reproducir.htm">reproducir alguna biograf&iacute;a</a> en su web?</p> </div> </div> </body> </html>

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