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BusARG.ar - Primer Museo Virtual del Transporte Argentino

<HTML><HEAD><TITLE>BusARG.ar - Primer Museo Virtual del Transporte Argentino</TITLE> <META content="text/html; charset=iso-8859-1" http-equiv=Content-Type> <SCRIPT language=JavaScript> <!-- <!-- function MM_reloadPage(init) { //reloads the window if Nav4 resized if (init==true) with (navigator) {if ((appName=="Netscape")&&(parseInt(appVersion)==4)) { document.MM_pgW=innerWidth; document.MM_pgH=innerHeight; onresize=MM_reloadPage; }} else if (innerWidth!=document.MM_pgW || innerHeight!=document.MM_pgH) location.reload(); } MM_reloadPage(true); // --> //--> </SCRIPT> <LINK href="principal_archivos/principal.css" rel=stylesheet type=text/css> <META content="MSHTML 5.00.2614.3500" name=GENERATOR> <style type="text/css"> <!-- .style1 { font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; } .style2 {font-size: 12px} .style3 {font-family: Arial, Helvetica, sans-serif} --> </style> </HEAD> <BODY background=principal_archivos/bg.gif bgColor=#ffffff text=#000000 leftmargin="0" topmargin="0" marginwidth="0" marginheight="0"> <div id="Layer5" style="position:absolute; width:605px; height:7px; z-index:19; left: 12px; top: 11px"> <div align="left"> <p> <font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3">LA HISTORIA DEL BOLETO </font> </p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="5"><b><i>De ochenta, por favor</i></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><i>Algo se ha perdido irremediablemente en nuestras tradiciones. A la larga lista donde aparece la botella de leche de vidrio, el tel&eacute;fono p&uacute;blico negro, los f&oacute;sforos de cera y los adoquines de madera, hace poco m&aacute;s de una d&eacute;cada se agreg&oacute; el boleto de colectivo.</i></font></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Y no por haber desaparecido, sino m&aacute;s bien por haber sido reemplazado por esos as&eacute;pticos papelitos que se borran en poco tiempo y donde la b&uacute;squeda del capic&uacute;a es casi imposible.</font></i></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">M&aacute;s all&aacute; de toda consideraci&oacute;n, la frase del t&iacute;tulo est&aacute; incorporada a la cotidianeidad porte&ntilde;a. Puede cambiar la cifra y el tipo de boleto, pero el resto sigue igual. Este trabajo pretende acercar al lector una peque&ntilde;a historia del boleto en nuestro medio, y las caracter&iacute;sticas de algunos personajes vinculados al mentado papelito, desde el tranv&iacute;a a caballo hasta el &oacute;mnibus actual.</font></i></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Se omite con total premeditaci&oacute;n al boleto ferroviario, por dos razones:<br> Primero, porque hay especialistas que est&aacute;n en mejores condiciones que nosotros para contar su historia; segundo, porque se duplicar&iacute;a la extensi&oacute;n de esta nota. No obstante, agregamos a la lista de p&eacute;rdidas al boleto tipo <b>Edmondson</b>, aquel tradicional cartoncito, tambi&eacute;n fugado por las v&iacute;as del progreso. </font></i></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El boleto no ferroviario m&aacute;s antiguo del que tenemos noticias pertenece a <i>La Bella Ensenadera</i>, servicio de galera entre Ensenada y Buenos Aires. La fecha de expedici&oacute;n es el 12 de agosto de 1867; figuran adem&aacute;s el importe y los datos de la pasajera.<br> <br> <img src="07_junio/f1.jpg" width="500" height="290"> </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1">Fig. 1. Pasaje de La Bella Ensenadera, 1867. Col. Roberto Guillaume (rep. blanco y negro), en Traves&iacute;as de anta&ntilde;o por caminos reales, postas y mensajer&iacute;as. Carlos A. Moncaut, Ed. El Aljibe; City Bell, 1993. Cit. en (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>BOLETOS SOBRE RIELES</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En febrero de 1870 se inauguraron los primeros servicios urbanos de tranv&iacute;a a caballo en Buenos Aires: <b>El Tramway 11 de Septiembre</b>, de los hermanos M&eacute;ndez, y el <b>Tramway Central</b>, de Julio y Federico Lacroze. Se cuenta que el primero no exped&iacute;a boletos inicialmente y para recibir el importe de los viajes coloc&oacute; alcanc&iacute;as en sus coches. M&aacute;s adelante hablaremos de algunas peque&ntilde;as estafas, pero convengamos que las &quot;avivadas&quot; ya exist&iacute;an: aparte de monedas, se depositaban chapitas, botones y diversos objetos que completaban una recaudaci&oacute;n heterog&eacute;nea (1). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Por su parte, la empresa de los Lacroze tuvo boletos desde su inauguraci&oacute;n. Poco despu&eacute;s utilizaba fichas met&aacute;licas, pero este sistema tampoco asegur&oacute; un control efectivo (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f2.jpg" width="500" height="258"><br> Fig. 2. Ficha del Tramway Central de los hermanos Lacroze, 1870. Di&aacute;metro 22 mm. Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Pronto se adopt&oacute; el boleto de talonario, sistema que tambi&eacute;n usaron las empresas que se fueron creando durante los siguientes 25 a&ntilde;os. Algunos de estos boletos se imprim&iacute;an en el pa&iacute;s en forma muy elemental, en papel blanco con tinta negra. Pero mayormente las empresas encargaban los talonarios a imprentas de Europa, sobre todo B&eacute;lgica e Inglaterra. Estaban impresos en papel barrilete, casi siempre a color y con esmerado dise&ntilde;o artesanal. En la segunda d&eacute;cada del siglo XX ya se imprim&iacute;an boletos en el pa&iacute;s. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f3.jpg" width="500" height="314"><br> Fig. 3. Boletos de talonario de fines del siglo XIX: Tramway Argentino (50 x 30 mm; 50 x 24 mm, col SRD), Rural (80 x 40 mm, col. SRD), Gran Nacional (57 x 30 mm) (col. AFT) y Metropolitano (86 x 47 mm, col. SRD).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 17 de febrero de 1882, por decreto presidencial, se prohibi&oacute; la impresi&oacute;n y circulaci&oacute;n de los boletos que la Compa&ntilde;&iacute;a Lacroze utilizaba por el equivalente a dos pesos de moneda corriente, por tratarse de una emisi&oacute;n privada de moneda (2).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">MAYORALES, GUARDAS Y <i>BOLETERO ARGENTINO</i></font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El auxiliar del cochero en los tranv&iacute;as a caballo era el <i>mayoral</i>. Este personaje singular se ocup&oacute; de la venta de boletos hasta la llegada del tranv&iacute;a el&eacute;ctrico. Con la electrificaci&oacute;n, el cochero pas&oacute; a ser motorman y el mayoral se transform&oacute; en <i>guarda</i>.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Era la autoridad en el tranv&iacute;a. Daba las &oacute;rdenes de partida y detenci&oacute;n del veh&iacute;culo, entregaba los boletos y cobraba el pasaje. Adem&aacute;s, era un tratado viviente sobre viajes en la ciudad: Si alguna persona le consultaba siempre estaba dispuesto a desglosar minuciosamente todas las posibilidades que ofrec&iacute;a la red de transportes para que el viajero llegara a destino.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Ten&iacute;a, adem&aacute;s, otras funciones, como ayudar a subir a las se&ntilde;oras mayores, bajar ante un paso a nivel para autorizar el cruce luego de una inspecci&oacute;n ocular, y cuidar que los <i>pungas</i> no se hicieran el agosto en &quot;su&quot; tranv&iacute;a. Un poeta <i>lunfa</i> por excelencia pinta en dos versos esta caracter&iacute;stica:<br> <i>&quot;Era un bondi de l&iacute;nea requemada<br> y guarda batidor, cara de rope&#133;&quot; (3)</i></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con los primeros talonarios, el mayoral se humedec&iacute;a los dedos con saliva para cortar el boleto. En una &eacute;poca en que la tuberculosis hac&iacute;a estragos y luego de la epidemia de fiebre amarilla que diezm&oacute; a la ciudad en 1871, este procedimiento hac&iacute;a sospechoso al empleado de transmitir enfermedades. Comenzando el siglo XX se implement&oacute; la utilizaci&oacute;n de m&aacute;quinas especiales para evitar el poco higi&eacute;nico sistema. Hab&iacute;a nacido el boleto de rollo. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><i>&quot;Los se&ntilde;ores Pedemonte y C&iacute;a., inventores de un aparato denominado <b>Boletero Argentino</b>, para expender boletos de tranv&iacute;a, se presentaron a la Intendencia pidiendo que el uso de aquel se hiciera obligatorio. La Direcci&oacute;n Sanitaria (&#133;) se ha manifestado en sentido favorable al invento, que, a su juicio, re&uacute;ne las condiciones de profilaxis que prescribe la ordenanza relativa a la tuberculosis.&quot; (4)</i></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1906 la Municipalidad dispuso la utilizaci&oacute;n de m&aacute;quinas boleteras, en las que el rollo dejaba asomar como una leng&uuml;eta el boleto, que se apoyaba en una planchuela delgada de borde filoso para cortarlo. En un extremo ten&iacute;an adosada una correa en forma de lazo, por donde el guarda pasaba una mano, quedando el artefacto colgado de su mu&ntilde;eca.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f4.jpg" width="500" height="731"><br> Fig. 4: Boletos de rollo de tranv&iacute;a: Gran Nacional, Lacroze, Quilmes, Buenos Ayres y Belgrano y Anglo Argentino (25 a 28 x 52 a 62 mm). Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f5.jpg" width="500" height="788"><br> Fig. 5: Boleto de talonario de la C&iacute;a. de Tranv&iacute;as El&eacute;ctricos del Sud (37 x 61 mm). Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No obstante, los boletos complementarios en los tranv&iacute;as suburbanos del <b>Ferrocarril Central Buenos Aires</b> de Lacroze (hoy Metrov&iacute;as, ex l&iacute;nea Urquiza) continuaron siendo de talonario (5). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En los antiguos &oacute;mnibus de la d&eacute;cada del veinte, el guarda sol&iacute;a ser un chico o un adolescente, parado sobre el estribo de la &uacute;nica puerta, atr&aacute;s, sostenido de los pasamanos. Estos muchachitos daban la orden de partida o parada golpeando la carrocer&iacute;a o silbando (6). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mientras los guardas de tranv&iacute;a iban prolijamente uniformados, los de los &oacute;mnibus no ten&iacute;an ning&uacute;n aditamento que los identificara, salvo el silbato que comenzaron a usar tiempo despu&eacute;s, con el que aturd&iacute;an a los pasajeros. M&aacute;s adelante vest&iacute;an uniforme, o simplemente una gorra.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No sabemos si los primeros &oacute;mnibus exped&iacute;an boletos, pero en la d&eacute;cada de 1930 ya usaban boleteras similares a las de los tranv&iacute;as. Algunas ten&iacute;an un sistema para sujetar los rollos en sus compartimientos, que se liberaban apretando un bot&oacute;n. Eran m&aacute;quinas pesadas y, seg&uacute;n la cr&oacute;nica de la &eacute;poca, se transformaban en armas que los guardas utilizaban con destreza (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><img src="07_junio/f6.jpg" width="500" height="307"><br> F<font size="1">ig. 6: Boletos de &oacute;mnibus porte&ntilde;os: Belgrano Autob&uacute;s (28 x 52 mm), La Reconquista (l&iacute;nea 44; 24 x 64 mm), General Mitre (73) y La Internacional (53; 27 x 61 mm). El primero de 1924, el resto hacia 1940. Como los de los tranv&iacute;as, estaban impresos de un solo lado. Col. SRD.</font></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A fines de la d&eacute;cada del '50, Cort&aacute;zar aporta un breve apunte sobre el guarda en su cuento <i>&Oacute;mnibus</i>: <i>&quot;Buscando las monedas en el bolso lleno de cosas, se demor&oacute; en pagar el boleto. El guarda esperaba con cara de pocos amigos, retac&oacute;n y compadre sobre sus piernas combadas, canchero para aguantar los virajes y las frenadas.&quot; </i></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>EL <i>CHANCHO</i> DEG&Uuml;ELLA AL <i>CHIVO</i></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El <i>inspector</i>, ese se&ntilde;or con fama de ogro que ambula entre los asientos controlando los boletos, fue descripto en la &eacute;poca de los tranv&iacute;as por Baldomero Fern&aacute;ndez Moreno: <i>&quot;Cuando los guardas presienten alguno de ellos, se azoran por completo y palidecen en el valle movedizo de la plataforma. Por lo general, toman el tranv&iacute;a al vuelo, en mitad de la cuadra, y empiezan a exigir al boletero una cuenta minuciosa de moneditas, con una contabilidad de casilleros y rayas, que hay que hacer en el aire, con los dedos r&iacute;gidos de fr&iacute;o, con unos l&aacute;pices enanos, mientras el tranv&iacute;a trota torpemente por los adoquines. La mayor&iacute;a de ellos son fornidos, plet&oacute;ricos, saludables.&quot;</i></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Ahora bien: &iquest;De d&oacute;nde proviene este temor en los guardas? La funci&oacute;n del inspector surgi&oacute; de una necesidad: salir al cruce de la conducta manifestada por algunos mayorales de tranv&iacute;a, que recog&iacute;an los boletos usados y los revend&iacute;an para beneficio propio, llegando a veces a superar con esta actividad lo percibido por su propio salario. Esta maniobra se denominaba <i>deg&uuml;ello</i> (7). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Antes de la llegada de los inspectores, las empresas tranviarias ensayaron varias medidas tendientes a evitar estas estafas. Se dise&ntilde;&oacute; una boletera con timbre, que sonaba al tirar del rollo. El pasajero no deb&iacute;a aceptar ning&uacute;n boleto que no hubiese &quot;sonado&quot; al ser cortado. Pero, en una ciudad por entonces m&aacute;s aldeana, la continuidad de los viajes creaba cierta relaci&oacute;n de complicidad entre pasajeros y mayorales que esterilizaba estos intentos empresarios (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Como la idea era que el pasajero retuviera su boleto sin entregarlo al bajar, una de las soluciones fue organizar sorteos con el n&uacute;mero del boleto.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f7.jpg" width="500" height="292"><br> Fig. 7: Boleto de talonario del Tramway Argentino, de Mariano Billinghurst. Con el canje de diez de &eacute;stos se obten&iacute;a un viaje gratis. Col. AS (rep. blanco y negro). Bolet&iacute;n de la AAT 100. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 3/1985.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con el tiempo, el &quot;deg&uuml;ello&quot; tendr&iacute;a su eco en el &quot;chiveo&quot;, que permit&iacute;a tambi&eacute;n una ganancia extra para algunos colectiveros inescrupulosos. Cortado con habilidad, el boleto <b>chivo</b> quedaba con la mitad del n&uacute;mero, mientras la otra mitad se vend&iacute;a al siguiente pasajero e iba a parar al bolsillo del conductor. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Pero los pasajeros tambi&eacute;n tienen lo suyo. Cu&aacute;nta gente viajaba (y viaja) sin boleto a la salida de la cancha, y cu&aacute;ntos estudiantes secundarios, para cuidar las monedas, han recurrido al boleto de valor m&iacute;nimo aunque recorrieran toda la ciudad.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El inspector se constituy&oacute; entonces en el eslab&oacute;n fundamental entre el veh&iacute;culo y la administraci&oacute;n de la empresa. Fue el encargado de controlar a empleados y pasajeros. Esa inc&oacute;moda funci&oacute;n le adjudic&oacute; el mote de <b>chancho</b> en la jerga colectivera.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mucha agua pas&oacute; bajo el puente desde Baldomero. Hoy los inspectores est&aacute;n en las paradas de cambio de secci&oacute;n, donde reciben un informe de la m&aacute;quina expendedora que el conductor entrega con solo apretar un bot&oacute;n, y se ve poco el control de boletos a bordo. Algunas empresas incluso han contratado se&ntilde;oritas para hacer m&aacute;s simp&aacute;tica esta funci&oacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>EL BOLETO PROLETARIO</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1897, con la aparici&oacute;n del tranv&iacute;a el&eacute;ctrico, el concesionario <b>Charles Bright</b> incorpor&oacute; el <b>coche obrero</b>, destinado a reducir los costos de transporte de buena parte de la poblaci&oacute;n, que en horarios determinados pod&iacute;a viajar por la mitad de la tarifa (8). La electrificaci&oacute;n dej&oacute; inactivos a los coches de caballos, que eran utilizados para obreros, acoplados a los el&eacute;ctricos (9).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 21 de noviembre de 1903 se acord&oacute; la implementaci&oacute;n oficial de este beneficio. En la Compa&ntilde;&iacute;a Lacroze parece que el tr&aacute;mite iba lento, ya que el 15 de noviembre de 1907 se la emplazaba en un a&ntilde;o para expender dichos pasajes (10).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f8.jpg" width="500" height="323"><br> Fig. 8: Boleto obrero del Anglo-Argentino (1914). Se imprim&iacute;a en los talleres Caseros de la propia empresa. Col. AS (rep. blanco y negro). Bolet&iacute;n de la AAT 33. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 8/1979.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f9.jpg" width="500" height="279"><br> Fig. 9: Boleto obrero de ida y vuelta del Anglo-Argentino, en uso entre 1914 y 1921. El guarda deb&iacute;a marcar el n&uacute;mero correspondiente a la fecha, pero al no figurar el mes, algunas personas lo utilizaban para el mes siguiente, en el caso de los d&iacute;as no marcados. Fueron reemplazados por otros que ten&iacute;an impreso mes y a&ntilde;o. El regreso era v&aacute;lido entre las 12 y las 24 horas del d&iacute;a de emisi&oacute;n. Col. AS (rep. blanco y negro). Bolet&iacute;n de la AAT 30. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 5/1979.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>EN PAMPA Y LA VIA</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El boleto de ida y vuelta ofrece, en los trenes, la ventaja de evitar al pasajero pasar dos veces por boleter&iacute;a. En otros sistemas tambi&eacute;n se ha utilizado, en algunos casos por &quot;necesidad&quot;.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La empresa de tranv&iacute;as<b> Buenos Ayres y Belgrano</b> ten&iacute;an un servicio desde Barrancas de Belgrano a Blandengues (hoy Libertador) y Pampa, utilizado por los asistentes a las reuniones en el Hip&oacute;dromo Nacional. &Eacute;ste ocupaba los terrenos del actual Barrio General Belgrano, m&aacute;s conocido como &quot;Barrio River&quot;, frente al estadio Monumental, que no exist&iacute;a por entonces. Los &quot;burreros&quot; que de vuelta se encontraban sin un peso en la salida del tranv&iacute;a, sin poder viajar, acu&ntilde;aron la conocida frase: &quot;<i>me qued&eacute; en Pampa y la v&iacute;a</i>&quot;. Para evitar esto la empresa vend&iacute;a el boleto de ida y vuelta (11). Otra versi&oacute;n traslada la geograf&iacute;a de la frase a Pampa y la v&iacute;a del ferrocarril, en Barrancas de Belgrano, donde los que bajaban del Expreso Hip&oacute;dromo, una vez utilizado el boleto de ida y vuelta, ya no ten&iacute;an met&aacute;lico para combinar con otros servicios.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mucho tiempo despu&eacute;s, el <b>Expreso La Costa</b> implement&oacute; un boleto de ida y vuelta para los chicos que asisten a las escuelas del Dock Sud, en Avellaneda.<br> En esta modesta l&iacute;nea de colectivos que sale de Crucecita viajan muchos alumnos de familias humildes, con las monedas contadas. Para esos alumnos se destinaron servicios especiales, que modifican el recorrido en horarios de entrada y salida de las escuelas del barrio. Cuando los chicos se gastaban el dinero para el regreso en golosinas o figuritas, al colectivero le daba l&aacute;stima dejarlos de a pie y los tra&iacute;a gratis. Para evitar esta p&eacute;rdida, la empresa comenz&oacute; a cobrarles el regreso al subir. Actualmente, mediante una actitud solidaria de la empresa, los chicos con guardapolvo viajan gratis.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f10.jpg" width="500" height="1351"><br> Fig. 10: Boleto escolar ida y vuelta del Expreso La Costa, 1983. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">EN COLECTIVO, SIN BOLETO</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los primeros colectivos, aparecidos en 1928, no exped&iacute;an boleto y el viaje se pagaba al descender. Esta tradici&oacute;n proven&iacute;a del taxi, padre del nuevo sistema. En las l&iacute;neas que ten&iacute;an secciones el pago correcto depend&iacute;a mucho de la honestidad del pasajero y la memoria del conductor, ya que el primero, al llegar a destino, dec&iacute;a donde hab&iacute;a subido y se le cobraba en consecuencia. A fines de los a&ntilde;os '30, los colectivos carrozados ya tra&iacute;an en su interior un gran espejo ubicado sobre el parabrisas, que ayudaba al colectivero a &quot;controlar&quot; el pasaje del coche.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La l&iacute;nea pionera en utilizar boletos fue la <b>31</b> (hoy 60), que el 2 de marzo de1932, a poco de iniciar sus servicios, coloc&oacute; boleteras de 8 rollos en sus taxis-colectivos. Pero los choferes resistieron la medida y al poco tiempo fueron retiradas (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f11.jpg" width="500" height="489"><br> Fig. 11: Taxi-colectivo de la l&iacute;nea 31 con boletera. La Raz&oacute;n 3/3/1932.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Una ordenanza municipal de 1934 pretend&iacute;a reimplantarlo masivamente, pero no lleg&oacute; a efectivizarse. Durante la primera huelga de colectiveros en protesta por la sanci&oacute;n de la Ley de Coordinaci&oacute;n de Transportes, la Municipalidad incaut&oacute; algunos coches para prestar un servicio de emergencia. En estos veh&iacute;culos se exped&iacute;an boletos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f12.jpg" width="500" height="298"><br> Fig. 12: Facs&iacute;mil del boleto municipal utilizado en colectivos incautados durante la huelga (25 de setiembre al 3 de octubre de 1936), publicado por Noticias Gr&aacute;ficas (25/9/1936).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Reci&eacute;n en 1942 la <b>Corporaci&oacute;n de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires (CTCBA)</b> comenz&oacute; a usar boletos en los colectivos. El 3 de enero de ese a&ntilde;o, en la l&iacute;neas <b>212</b> y <b>263</b>, los llamados desde entonces <b>ch&oacute;feres-guardas</b> comenzaron a encargarse de cortar y cobrar boletos. En esta nueva funci&oacute;n, los colectiveros permanec&iacute;an en la parada hasta terminar la operaci&oacute;n de entrega de boletos, y reci&eacute;n entonces arrancaban. El pasajero recib&iacute;a el boleto al ascender, y cuando bajaba deb&iacute;a pagar y devolverlo. Este boleto usado iba a parar a una urna de vidrio ubicada junto a la boletera, que m&aacute;s adelante fue reemplazada por una bolsa. Llegado el coche al control, la bolsa se vaciaba en una lata, una suerte de fosa com&uacute;n de todos los boletos del d&iacute;a. Imaginamos los dolores de cabeza de los encargados de la fiscalizaci&oacute;n. Aunque en la d&eacute;cada de 1960 la devoluci&oacute;n del boleto al descender cay&oacute; en desuso, durante muchos a&ntilde;os la frase &quot;devu&eacute;lvase al descender&quot; continu&oacute; apareciendo al dorso.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mientras en los tranv&iacute;as se pod&iacute;a recorrer toda la Capital con 10 centavos, los colectivos ten&iacute;an tarifa por secciones. Las m&aacute;quinas portaban 4 rollos (dos de 10 centavos, uno de 20 y uno de 30) (5). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f13.jpg" width="500" height="359"><br> Fig. 13: Puesto de conducci&oacute;n de un colectivo de la Corporaci&oacute;n, con la urna para colocar los boletos usados y el indicador manual de secciones, que operaba el chofer. Col. R. Sosa.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La Corporaci&oacute;n de Transportes ten&iacute;a tres categor&iacute;as de inspectores, quienes, seg&uacute;n su investidura, realizaban diferentes tareas. Rescatamos algunos p&aacute;rrafos del <i>Manual del Inspector de micro&oacute;mnibus</i>, donde se especifica el trabajo del inspector recorredor de l&iacute;neas, de tercera categor&iacute;a:</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><i>&quot;Deber&aacute; iniciar sus tareas dirigi&eacute;ndose a distintos puntos del itinerario de la l&iacute;nea en que se desempe&ntilde;a, a efectos de evitar que el ch&oacute;fer-guarda reciba la impresi&oacute;n de una rutina (&#133;) Al subir al coche saludar&aacute; cort&eacute;smente al ch&oacute;fer-guarda y le solicitar&aacute; la hora por la cual se rige, cotejando si la misma es la oficial. (&#133;)</i></font></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Estando en condiciones (la planilla), proceder&aacute; a anotar la numeraci&oacute;n de los boletos de m&aacute;quina, extrayendo el primer boleto de cada tipo y precio, a efectos de cerciorarse si est&aacute;n cortados y sorprender as&iacute; al ch&oacute;fer en una tentativa de dolo. Seguidamente pasar&aacute; a picar los boletos en poder de los pasajeros (&#133;) observando si pertenecen a la m&aacute;quina del coche. Si hubiera pases, constatar&aacute; si est&aacute;n en vigor y si llevan el sello &quot;MICROS&quot; o la leyenda de la estaci&oacute;n respectiva. (&#133;)</font></i></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Si durante el control encontrase un pasajero fuera de secci&oacute;n, le preguntar&aacute; -siempre en forma amable- el lugar donde subi&oacute; y de qu&eacute; precio solicit&oacute; el pasaje; de acuerdo a la respuesta proceder&aacute; a retirarle el boleto y le har&aacute; abonar el importe, haci&eacute;ndole expender uno nuevo.&quot; (12)</font></i></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Al encontrar un pasajero sin boleto, el inspector deb&iacute;a &quot;<i>observar al ch&oacute;fer, sin perjuicio de elevar el correspondiente informe</i>&quot;. Tambi&eacute;n estaba obligado a intervenir ante cualquier incidencia entre el conductor y un pasajero, hacer cumplir las prohibiciones de fumar, transportar paquetes de grandes dimensiones y viajar con ropa &quot;<i>en evidente estado de suciedad</i>&quot;. (12)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Una vez cumplida su misi&oacute;n principal, el inspector deb&iacute;a ubicarse en el pozo y controlar el estado del colectivo (pasamanos, luces, levantavidrios, avisos al p&uacute;blico, etc.) y el correcto desempe&ntilde;o del conductor. Luego de un lapso m&aacute;ximo de 15 minutos deb&iacute;a descender del veh&iacute;culo dando por terminada la inspecci&oacute;n. (12)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En las l&iacute;neas privadas de colectivos el boleto apareci&oacute; el 1 de noviembre de 1943. La l&iacute;nea <b>25</b> tom&oacute; la iniciativa, con boleteras de dos pisos y diez bocas. Se usaban nueve boletos, uno para cada secci&oacute;n (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f14.jpg" width="500" height="245"><br> Fig. 14: Boletos de la l&iacute;nea 25 (26 x 60 mm). Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Por esos tiempos no se formaba fila ni hab&iacute;a postes indicadores de parada, con el consiguiente caos al momento de abordar un &oacute;mnibus o un colectivo. La Comisi&oacute;n de Control de Transportes implant&oacute; un sistema de <b>boletas numeradas</b> con el fin de organizar el ascenso por turno a estos veh&iacute;culos en puntos neur&aacute;lgicos. Comenz&oacute; a ensayarse en Plaza de Mayo, el 19 de julio de 1944, mediante la colocaci&oacute;n de tableros con el n&uacute;mero de las l&iacute;neas y talonarios de boletas numeradas correlativamente. El pasajero deb&iacute;a solicitar una boleta y la entregaba a un inspector, quien le indicaba el momento de ascenso al veh&iacute;culo. Este sistema dur&oacute; poco tiempo (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f15.jpg" width="500" height="363"><br> Fig. 15: Turneros en Plaza de Mayo. Los pasajeros retiran n&uacute;mero para ascender al colectivo. Foto AGN.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">De a poco, las l&iacute;neas particulares comenzaron a incorporar el boleto, aunque en algunas se pagaba al subir y en otras al bajar. Finalmente, el 2 de enero de 1945 la Comisi&oacute;n de Control de Transportes dispuso el pago al ascender (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f16.jpg" width="500" height="211"><br> Fig. 16: Boletos de l&iacute;neas privadas: 7, 60, 104, 108 y 406. Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los colectivos privados ten&iacute;an tarifa nocturna al doble del m&iacute;nimo, y las secciones eran m&aacute;s cortas. L&iacute;neas como la 12, 29 y 55, con recorridos largos, usaban m&aacute;quinas como las de la 25. Para recorridos m&aacute;s cortos hab&iacute;a boleteras de dos bocas (l&iacute;nea 33), o bien de cuatro o cinco bocas (en las 6, 7 y 45, por ejemplo). Correspond&iacute;an a los valores m&iacute;nimos ($ 0,10), viaje directo ($ 0,20), pase de secci&oacute;n y &quot;<b>solapada</b>&quot;. Esta modalidad era de uso en muchas l&iacute;neas y ten&iacute;a que ver con el cambio de secci&oacute;n. En algunos casos las secciones eran estrictas y se abonaba la tarifa mayor aunque se subiera una cuadra antes del cambio y se bajara cinco cuadras despu&eacute;s. Para flexibilizar este sistema se contaba con el <b>boleto de solapada</b>, que contemplaba secciones intermedias. En la figura 14, por ejemplo, se ven boletos de 10 centavos de la l&iacute;nea 25. Si se observa el tramo que abarca cada secci&oacute;n, se ver&aacute; que la secci&oacute;n 2 <i>solapa</i> a las 1 y 3, mientras que la 4 hace lo propio con las 3 y 5.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Cuando la Corporaci&oacute;n de Transportes comenz&oacute; a incautar colectivos particulares, estas l&iacute;neas promocionaron una rebaja de tarifa, que en realidad era la anulaci&oacute;n de la &uacute;ltima secci&oacute;n (40 centavos).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La Corporaci&oacute;n usaba boletos de talonario en las l&iacute;neas con trayectos extensos (29, 34, 59, 68), para valores entre 40 y 70 centavos. Los poseedores de pases libres de la empresa recib&iacute;an el <b>boleto-pase</b>, al dorso del cual deb&iacute;an anotar su n&uacute;mero de credencial (5). Hubo boletos de talonario tambi&eacute;n en colectivos privados.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f17.jpg" width="500" height="254"><br> Fig. 17: Boleto de talonario de viaje directo, de la l&iacute;nea provincial 230, hoy 130 (28 x 60 mm). Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con la implementaci&oacute;n del boleto en los colectivos, el borde de corte de las m&aacute;quinas boleteras apareci&oacute; dentado. &iquest;Por qu&eacute;? Sencillamente porque los colectivos no ten&iacute;an guarda, que cortaba el boleto usando sus dos manos: con una sosten&iacute;a el boleto siguiente y con la otra presionaba para abajo. El colectivero deb&iacute;a solucionar el corte de boletos con una sola mano, ya que la otra estaba ocupada en el volante. El borde dentado resolvi&oacute; el problema.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">EN MICRO, CON BOLETO</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En las l&iacute;neas de media y larga distancia se utiliz&oacute; el boleto desde el principio. Era habitual ver boletos de rollo a&uacute;n para trayectos largos. No olvidemos que en aquellos tiempos los micros paraban para levantar pasajeros en medio de la ruta. Al dorso, estos boletos sol&iacute;an llevar impresos los destinos, que el guarda picaba para validar el trayecto (1).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f18.jpg" width="500" height="397"><br> Fig. 18: Boletos de rollo de l&iacute;neas de media y larga distancia: Chevallier (Buenos Aires - Rosario, concesi&oacute;n 107), Costera Criolla (Avellaneda - La Plata - Miramar, conc. 11), El C&oacute;ndor (Buenos Aires - Mar del Plata, conc. 114, con las secciones indicadas al dorso; 27 x 107 mm) y l&iacute;nea 100 de Autorrutas Argentinas (Buenos Aires - La Plata). Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f19.jpg" width="500" height="387"><br> Fig. 19: Boletos de rollo de l&iacute;neas provinciales: C&iacute;a. del Sud, concesi&oacute;n 218 entre Buenos Aires y Bah&iacute;a Blanca, con secciones al dorso (23 x 125 mm); Expreso Liniers (l&iacute;nea 188, hoy 88), viaje directo de la l&iacute;nea 216 (Empresa 6 de Septiembre, hoy 166); los dos extremos tarifarios de la Atl&aacute;ntida (P.57); tramo Jun&iacute;n - Venado Tuerto de Micro Bernard (interjurisdiccional Buenos Aires - Santa Fe, concesiones 162 y 98 respectivamente); La Florida, entre San Andr&eacute;s de Giles y Mercedes; El Rel&aacute;mpago, tramo Vedia - Lincoln y Expreso Tigre B, l&iacute;nea 68 actual 168. Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">COMBINACIONES Y TRASBORDOS</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 31 de diciembre de 1903 se autoriz&oacute; la combinaci&oacute;n de servicios entre el Tramway Metropolitano y los El&eacute;ctricos de Buenos Aires, con un descuento de 5 centavos sobre la suma de los cobrados por ambas empresas en el mismo trayecto (13).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El primer boleto de trasbordo del tranv&iacute;a Anglo-Argentino fue utilizado entre el 15 de octubre de 1928 y el 15 de enero del a&ntilde;o siguiente. Era para la l&iacute;nea 43, cuyo trazado hab&iacute;a sido interrumpido por trabajos de Obras Sanitarias en la Boca, a lo largo de dos cuadras de la calle Olavarr&iacute;a, entre Irala y Moussy. M&aacute;s adelante el Anglo emiti&oacute; boletos sin especificar la combinaci&oacute;n, para otras l&iacute;neas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f20.jpg" width="500" height="250"><br> Fig. 20: Boleto de trasbordo de la l&iacute;nea 43 del Anglo. El blanco habilitaba el trasbordo desde la Boca hacia Flores y el verde a la vuelta. Col AS. Bolet&iacute;n de la AAT 32. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 7/1979.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Cuando la Compa&ntilde;&iacute;a Anglo-Argentina se hizo cargo del tranv&iacute;a a Quilmes, firm&oacute; un convenio con la empresa <b>Tramways River Plate</b>, de los hermanos Fiorito, que un&iacute;a el centro de Quilmes con el balneario. De esta forma los pasajeros pod&iacute;an acceder desde el centro de Buenos Aires al balneario de Quilmes con un boleto de combinaci&oacute;n que constaba de tres cupones troquelados. Este boleto pod&iacute;a adquirirse en Plaza Mayo o en Avellaneda.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El guarda marcaba d&iacute;a y mes en el cuerpo principal del boleto. En la plaza de Quilmes se realizaba el trasbordo al coche de la River Plate, donde el guarda cortaba el primer cup&oacute;n. En el regreso balneario - plaza de Quilmes se troquelaba el cup&oacute;n II y al trasbordar al tranv&iacute;a del Anglo para volver a Plaza Mayo se quitaba el tercer cup&oacute;n (14).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f21.jpg" width="500" height="710"><br> Fig. 21: Boleto de ida y vuelta y combinaci&oacute;n Plaza Mayo - Balneario de Quilmes. Col. AS (rep. blanco y negro). Bolet&iacute;n de la AAT 112. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 3/1986.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La Corporaci&oacute;n usaba boletos de talonario para sus combinaciones, salvo en los colectivos, que no exped&iacute;an combinaci&oacute;n (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f22.jpg" width="500" height="284"><br> Fig. 22: Boleto de talonario de la Corporaci&oacute;n, para combinaci&oacute;n en las l&iacute;neas de tranv&iacute;a indicadas. Cat&aacute;logo CTCBA, talonario x 50.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f23.jpg" width="500" height="577"><br> Fig. 23: Boletos de tranv&iacute;a de la Corporaci&oacute;n de Transportes. Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Reprivatizados los transportes a comienzos de la d&eacute;cada de 1960, se abandon&oacute; el sistema de combinaciones en el &aacute;rea metropolitana. Se ha dado ocasionalmente entre servicios de una misma empresa (un troncal y un rond&iacute;n, por ejemplo), pero como casos aislados.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las l&iacute;neas 61 y 62, &uacute;nicas de Buenos Aires con recorrido en circuito, han implementado el <b>boleto de traspaso</b>, desde el 2 de enero de 2003, para trasbordo en Plaza Constituci&oacute;n, cabecera de ambos servicios.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">PASES LIBRES Y DESCUENTOS</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 1 de enero de 1889, luego de arduas gestiones con las empresas tranviarias, la Direcci&oacute;n de Correos y Tel&eacute;grafos consigui&oacute; que se permitiera viajar gratuitamente a los carteros en horario de servicio (9). Ignoramos si se trata del primer pase libre oficialmente asignado, pero hist&oacute;ricamente las empresas de transporte han emitido carnets o credenciales para que determinados grupos sociales puedan viajar gratis u obtengan descuentos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La concesi&oacute;n del tranv&iacute;a Lacroze a Campo de Mayo, por ejemplo, inclu&iacute;a un boleto especial para militares.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f24.jpg" width="500" height="419"><br> Fig. 24: Los pases libres han evolucionado a trav&eacute;s del tiempo, del carnet con tapa de cuero a la simple credencial.<br> Arriba: carnet expedido por la empresa provincial La Flecha del Norte, para usar en el recorrido interurbano Santiago del Estero - Fern&aacute;ndez operado por El T&aacute;bano. Col. SRD, d&eacute;cada de 1940.<br> Abajo: Credencial de La Primera de Punta Indio, l&iacute;nea comunal de esa localidad de la provincia de Buenos Aires. Gentileza Eduardo Maciel, 1997.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Primero por ley y luego por tradici&oacute;n, los servidores p&uacute;blicos viajan sin abonar el pasaje, con el solo requerimiento de vestir uniforme. Estudiantes de escuelas primarias y secundarias obtienen boletos diferenciados. A estas prerrogativas se agregan los pases libres para personal jer&aacute;rquico, funcionarios, discapacitados y otros beneficiarios.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Seg&uacute;n la franja horaria, las tarifas pueden sufrir variaciones, desde el boleto obrero antes mencionado, m&aacute;s barato, hasta el boleto nocturno, m&aacute;s caro y destinado a solventar el servicio en horas de poco movimiento de pasajeros. Estas modalidades son propias de cada jurisdicci&oacute;n y tienen variantes en distintas ciudades del pa&iacute;s.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f25.jpg" width="500" height="389"><br> Fig.25: Cuadro tarifario de la C&iacute;a. Transportes Necochea, donde se aprecian distintas modalidades autorizadas en la ciudad de Necochea. 1984, col. AFT. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El gobierno de la provincia de Buenos Aires decret&oacute; el 15 de setiembre de 1988 la implementaci&oacute;n del boleto para estudiantes secundarios, y al a&ntilde;o siguiente entr&oacute; en vigencia en la Capital.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las tarifas diferenciadas para estudiantes tienen validez en determinados horarios. Los chicos de escuela primaria deben presentar la constancia de alumno regular para viajar, aunque generalmente, con su t&iacute;pico guardapolvo blanco, no requieren mayor identificaci&oacute;n. En cambio, estudiantes secundarios y docentes deben tramitar credenciales en la administraci&oacute;n de la l&iacute;nea en la que viajan cotidianamente. Estas credenciales caducan anualmente.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f26.jpg" width="500" height="542"><br> Fig. 26: Descuentos para estudiantes. Arriba: escolar primario l&iacute;neas 182, 156, 68, 71 y 172 (Buenos Aires, d&eacute;c. 1970/80); estudiantil secundario l&iacute;nea 92 (Bs. As., 1990, 33 x 63 mm).<br> Centro: Secundarios l&iacute;nea 15 (Bs. As., 2005, anverso y reverso), Bah&iacute;a Blanca (2002, anv./rev.), primario l&iacute;nea 501 (Azul, 1993) y canje abono secundario (Ale Hnos., Salta Capital, 2003). <br> Abajo: Secundarios l&iacute;neas de Buenos Aires: 37 (1991, anv./rev., 50 x 60 mm), 60 (2000, 33 x 76 mm) y 59 (1994, 33 x 63 mm). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f27.jpg" width="500" height="134"><br> Fig. 27: Boletos de talonario de la Provincia de Buenos Aires: Izq.: Docente de escuela p&uacute;blica, l&iacute;nea 234 Transp. Mart&iacute;nez (80 x 43 mm, 1982); estudiante secundario, l&iacute;nea 740 La Primera de Grand Bourg (95 x 42 mm, 1992). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En la ciudad de Buenos Aires, el boleto escolar beneficia a los alumnos de escuelas p&uacute;blicas primarias, extendi&eacute;ndose al preescolar en la provincia de Buenos Aires. El secundario incluye a estudiantes secundarios y terciarios no universitarios de establecimientos p&uacute;blicos y privados sin subvenci&oacute;n estatal.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En las &uacute;ltimas dos d&eacute;cadas hubo algunos intentos empresarios para conseguir el boleto nocturno en Buenos Aires, que no tuvieron eco.<br> <br> En marzo de 2001 se propuso la implementaci&oacute;n de un sistema por el que las empresas pagar&iacute;an parte de los sueldos de sus empleados con vales para utilizar en los medios de transporte. No pas&oacute; del anuncio. Tres a&ntilde;os despu&eacute;s el gobierno lanz&oacute; el Abono Social, con descuentos en trenes y subterr&aacute;neos para beneficiarios de determinados planes sociales.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f28.jpg" width="500" height="500"><br> Fig. 28: Boletos que representan distintas modalidades tarifarias y descuentos:<br> Arriba: canje por abono, anverso y reverso, de la Empresa Nuestra Sra. de R&iacute;o Blanco (San Salvador de Jujuy, 1994; 32 x 60 mm); boleto de talonario para jubilado, con 20% de descuento (Transportes Libertad, Resistencia - Chaco), 1989 (52 x 54 mm).<br> Abajo: Canje boletos obreros de Transportes Carlos Paz (C&oacute;rdoba, 1990) y C. T. Necochea (1984), boletos nocturnos l&iacute;nea 307 (La Plata, ca. 1987) y l&iacute;nea 336 (Pcia. Bs. As., d&eacute;c. 1980), canje abono universitario (Transal, Salta Capital) 2003. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>BOLETOS BAJO TIERRA</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Desde su inauguraci&oacute;n en 1913, el subterr&aacute;neo de la <b>Compa&ntilde;&iacute;a Anglo-Argentina</b> (hoy l&iacute;nea <b>A</b>) us&oacute; m&aacute;quinas el&eacute;ctricas que imprim&iacute;an el boleto en el momento de su compra (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f29.jpg" width="500" height="721"><br> Fig. 29: La combinaci&oacute;n entre subterr&aacute;neos no era habitual antes de la Corporaci&oacute;n, debido a que las l&iacute;neas pertenec&iacute;an a distintas empresas. Es curioso este boleto para pasar de la l&iacute;nea del Lacroze (actual B) a las de la C.H.A.D.O.P. y F. (actuales C y D). El trasbordo se efectuaba -como hoy- en la estaci&oacute;n Carlos Pellegrini. Col. AS (rep. blanco y negro). Bolet&iacute;n de la AAT 107. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 10/1985.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1946, bajo la administraci&oacute;n de la Corporaci&oacute;n, los subterr&aacute;neos dejaron de vender boletos y se instalaron molinetes en las estaciones. Para traspasarlos se colocaba una moneda de 10 centavos. Solo quedaron los boletos de combinaci&oacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Hasta 1956, la combinaci&oacute;n entre l&iacute;neas de subterr&aacute;neos no era gratuita, sino que ten&iacute;a un adicional del 50% sobre la tarifa simple. El boleto de combinaci&oacute;n se compraba en la estaci&oacute;n de origen del viaje, o bien se consegu&iacute;a en los controles de paso entre l&iacute;neas, donde hab&iacute;a expendedoras autom&aacute;ticas que entregaban boletos sin descuento. Estos boletos eran de cartulina o de cart&oacute;n, similares a los ferroviarios tipo Edmondson (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f30.jpg" width="500" height="302"><br> Fig. 30: Boletos de combinaci&oacute;n de la Corporaci&oacute;n, para subterr&aacute;neos. Arriba, entre las l&iacute;neas C y D (anv./rev., col. AFT). Abajo, l&iacute;nea C para A y cart&oacute;n similar al Edmondson ferroviario para viaje directo (col. SRD).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f31.jpg" width="500" height="589"><br> Fig. 31: Abono de Transportes de Buenos Aires (TBA) para 5 viajes en subterr&aacute;neo, de mediados de los a&ntilde;os '50 (74 x 89 mm). Tambi&eacute;n se vend&iacute;an abonos para 10 viajes. Col. SRD.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los sucesivos aumentos de tarifa, desde 1949, obligaban a realizar la engorrosa tarea de adaptaci&oacute;n de los molinetes para aceptar monedas de distintos valores. Por eso, el 6 de enero de 1962 se adopt&oacute; el sistema de fichas (mal llamadas cospeles, ya que <i>cospel</i> es la matriz sin acu&ntilde;ar) (5). Ante la especulaci&oacute;n de los pasajeros, que poco antes de un aumento compraban fichas en cantidad, &eacute;stas sufrieron algunos cambios de medidas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f32.jpg" width="500" height="341"><br> Fig. 32: Distintas fichas, todas de aleaci&oacute;n liviana, utilizadas por Subterr&aacute;neos de Buenos Aires entre 1962 y 2001 (anverso y reverso, di&aacute;metros 20, 25 y 18 mm). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Para agilizar el expendio, desde la d&eacute;cada de 1980 se vend&iacute;an blisters de 10 fichas, que en la primera &eacute;poca de Metrov&iacute;as, tras la privatizaci&oacute;n del servicio, fueron bautizados &quot;<b>de diez</b>&quot; por la nueva concesionaria. En 1995 tambi&eacute;n se comercializaron expendedores r&iacute;gidos de pl&aacute;stico con 10 unidades.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En noviembre de 1988 comenz&oacute; a ensayarse el sistema de tarjeta magn&eacute;tica, como prueba piloto, en la estaci&oacute;n Ministro Carranza de la l&iacute;nea D, pero reci&eacute;n el 16 de setiembre de 2000, en la l&iacute;nea E, debut&oacute; la tarjeta <b>Subtepass</b>, que radi&oacute; progresivamente a las fichas. Originalmente grises, las tarjetas sirvieron de soporte para publicidad, descuentos y promociones desde 2001, d&aacute;ndole un valor agregado al pasajero y un ingreso extra a la empresa.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f33.jpg" width="500" height="168"><br> Fig. 33. Primera tarjeta magn&eacute;tica de subterr&aacute;neo, sistema Prodata (izq., 1988, 85 x 53 mm) y Subtepass v&aacute;lido por un viaje (der., 2000). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 21 de setiembre de 1999 Metrov&iacute;as, que tambi&eacute;n explotaba la l&iacute;nea de &oacute;mnibus 52 entre Once y Luj&aacute;n, y su fraccionamiento provincial 422, lanz&oacute; un sistema prepago de combinaci&oacute;n &oacute;mnibus/subte, a trav&eacute;s de la tarjeta magn&eacute;tica <b>Metrol&iacute;neas</b>, con cinco boleter&iacute;as de recarga.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f34.jpg" width="500" height="326"><br> Fig. 34: Facs&iacute;mil de la tarjeta Metrol&iacute;neas. La Raz&oacute;n, 29/9/1999.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con otro criterio comercial y buscando optimizar la operativa, Subtepass se expendi&oacute; conteniendo 1, 2, 5, 10, 20 y 30 viajes, y en diciembre de 2001 apareci&oacute; <b>Subtecard</b>, tarjeta recargable con el mismo formato pero de pl&aacute;stico.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f35.jpg" width="500" height="323"><br> Fig. 35: Subtecard. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El sistema de subterr&aacute;neos tambi&eacute;n implement&oacute; boletos de rollo para el <b>premetro</b>, desde su inauguraci&oacute;n en 1987 hasta que se instalaron las expendedoras autom&aacute;ticas, y en los casos de interrupci&oacute;n del servicio como devoluci&oacute;n del importe del pasaje, para ser canjeados en otro momento.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Tambi&eacute;n se exped&iacute;an para el <b>Subte bus</b>, servicio automotor combinado con el subte, que en 1988 un&iacute;a la estaci&oacute;n Palermo con Ciudad Universitaria. El boleto de vuelta se vend&iacute;a con una ficha de subte.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f36.jpg" width="500" height="182"><br> Fig. 36: Izq., boleto de talonario del premetro, viajes gratuitos de ensayo, mayo 1987 (81 x 50 mm). Der., boletos de rollo de premetro (viaje combinado con el subte, 25 x 62 mm; 1987), Subte bus (1988) y devoluci&oacute;n del importe ante la interrupci&oacute;n del servicio, 1994 (anverso y reverso). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">MOLINETES SIN FUTURO</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El uso de molinetes en los colectivos, para ordenar el cobro de pasajes y evitar los colados, fue ensayado sin &eacute;xito m&aacute;s de una vez.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1945, la Corporaci&oacute;n de Transportes coloc&oacute; molinete en un prototipo Ford Mercury y lo puso a circular en la l&iacute;nea <b>13 </b>(actual <b>53</b>), que un&iacute;a Flores, Monte Castro y Floresta, con tarifa &uacute;nica, lo que facilitaba el cobro por no haber pase de secci&oacute;n (5, 15). El artefacto estaba situado de forma tal que permit&iacute;a la ubicaci&oacute;n de los pasajeros que esperaban para pagar dentro de la unidad. De esta forma, aunque se sacrificaba espacio, se mejoraba la seguridad y la velocidad comercial, ya que el coche no arrancaba con gente colgada ni hab&iacute;a aglomeraciones de pasajeros al ascender. El ensayo dur&oacute; poco m&aacute;s de un a&ntilde;o.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f37.jpg" width="500" height="346"><br> Fig. 37: Prototipo 2495 de la CTCBA, con molinete para el cobro del pasaje. Foto AGN.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">M&aacute;s cerca en el tiempo, en la d&eacute;cada de 1980, la Empresa <b>Vercelli Hermanos</b> de San Nicol&aacute;s y el <b>Expreso Merlo Norte</b>, en el Gran Buenos Aires, colocaron molinetes experimentalmente en algunas unidades. Estaban ubicados entre la puerta y el conductor. El pasajero traspon&iacute;a el molinete y luego pagaba el boleto (16).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En San Nicol&aacute;s, donde funcionaron desde el primer d&iacute;a de 1980, fueron apodados &quot;los bobos&quot;. La experiencia se extendi&oacute; y para setiembre de ese a&ntilde;o los molinetes estaban a prueba en dos empresas rosarinas, en las l&iacute;neas interprovinciales que cruzan el puente Corrientes - Chaco y en la ciudad de Resistencia. Mientras tanto, Paran&aacute; planeaba instalarlos en 150 unidades y otro tanto ocurr&iacute;a en Posadas y Pergamino.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f38.jpg" width="500" height="452"><br> Fig. 38: Molinete en un coche del Expreso Merlo Norte. Gente y la Actualidad, 4/2/1982.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Como ventaja, el molinete imped&iacute;a la evasi&oacute;n y ordenaba el ingreso al veh&iacute;culo. Pero las desventajas eran mayores: en horas pico demoraba a los coches en las paradas, perjudicando la velocidad comercial; los pasajeros con pase libre deb&iacute;an pasar por arriba; mujeres embarazadas, discapacitados o personas excedidas de peso ten&iacute;an problemas para pasar, y no aliviaba en nada las tareas del conductor. En poco tiempo pasaron al olvido.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f39.jpg" width="500" height="264"><br> Fig. 39: As&iacute; ve&iacute;a la novedad el humorista Dobal. Gente y la Actualidad, 4/2/1982.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A mediados de 1987 la Subsecretar&iacute;a de Transportes de la Naci&oacute;n evaluaba la implementaci&oacute;n de molinetes accionados por tarjetas magn&eacute;ticas, que el usuario adquirir&iacute;a en puestos de venta en la v&iacute;a p&uacute;blica. El sistema preve&iacute;a eliminar la &quot;evasi&oacute;n gris&quot;, cuando el pasajero saca un boleto por valor inferior al del trayecto que realiza.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">BOLETERAS PARA TODOS LOS GUSTOS</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los sucesivos aumentos de tarifa, sumados a las prolongaciones de recorridos y a la subdivisi&oacute;n de las secciones, provocaron el incremento en la cantidad de rollos usados por las l&iacute;neas de colectivos del &Aacute;rea Metropolitana.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f40.jpg" width="500" height="475"><br> Fig. 40. Boletera de 3 bocas, con apertura individual, utilizada generalmente en l&iacute;neas con tarifa plana. Actualmente se ven en calesitas. Col. CA.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f41.jpg" width="500" height="378"><br> Fig. 41. Boletera de 2 pisos con 12 bocas, apertura por piso, perteneciente al coche 5 de la l&iacute;nea 1 El Halc&oacute;n (actual 148) en los a&ntilde;os '60. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las m&aacute;quinas para boletos de rollo no hab&iacute;an experimentado muchos cambios t&eacute;cnicos a trav&eacute;s del tiempo, pero ofrec&iacute;an variedad de tama&ntilde;os, en relaci&oacute;n con la cantidad de secciones de las l&iacute;neas que las usaban. Para las que ten&iacute;an un cuadro tarifario amplio, comenzaron a fabricarse boleteras con recept&aacute;culos individuales, que facilitaban la reposici&oacute;n de los rollos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f42.jpg" width="500" height="309"><br> Fig. 42. Boletera de 3 pisos y 36 bocas de apertura individual, la m&aacute;s grande que se us&oacute; en nuestro medio. Tuvieron boleteras de tres pisos las empresas Atl&aacute;ntida (l&iacute;nea 57) y Transporte del Oeste (l&iacute;nea 136). Col. CA.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f43.jpg" width="500" height="320"><br> Fig. 43. Boletera de 2 pisos y 24 bocas, apertura por piso, que fue utilizada en el servicio semi-r&aacute;pido de la l&iacute;nea 60 a Escobar hasta 1994. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Muchas empresas de media y larga distancia usaron estos artefactos, hasta que se generaliz&oacute; el boleto de talonario para dichas prestaciones. La empresa santafesina <b>Los Ranqueles</b> lleg&oacute; a llevar dos boleteras de dos pisos, con un total de 48 rollos (5). En otros casos, como el <b>Expreso Ca&ntilde;uelas</b>, se sumaban boletos para llegar a la tarifa de los recorridos m&aacute;s largos.<br> <br> <img src="07_junio/f44.jpg" width="500" height="410"> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><br> Fig. 44: Suma de boletos correspondientes a un pasaje entre Turdera y Brandsen. L&iacute;nea 51 Expreso Ca&ntilde;uelas, 1986. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Hubo boletos casi inservibles, como el directo de la l&iacute;nea 338 (San Isidro a La Plata por Camino de Cintura). Esta traves&iacute;a, reservada para antrop&oacute;logos urbanos, es desalentada por los propios choferes, ya que se cumple m&aacute;s r&aacute;pidamente combinando, por ejemplo, tren (San Isidro - Retiro), subte (Retiro - Constituci&oacute;n) y nuevamente tren (Constituci&oacute;n - La Plata).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El boleto de rollo tradicional mide 25 mm de ancho, con un alto variable entre 60 y 90 aproximadamente. Algunos servicios diferenciales, implementados en Buenos Aires desde fines de 1980 (l&iacute;neas 60, 93, 106, entre otras), usaban boletos m&aacute;s anchos (33 mm). Pero mucho tiempo atr&aacute;s ya exist&iacute;an boletos anchos, que vend&iacute;an algunas l&iacute;neas de media distancia en sus cabeceras (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f45.jpg" width="500" height="532"><br> Fig. 45: Boletos de servicios diferenciales (d&eacute;cada de 1980, anverso y reverso). De izq. a der: L&iacute;neas 60, 93, 15, 105 y 152. Los dos de la izquierda, m&aacute;s anchos; el papel usado por la 60 es m&aacute;s grueso que el de la 93; el de la 15 lleva ilustrado un veh&iacute;culo diferencial; el de la 105 es similar a los de los servicios comunes y el de la 152 est&aacute; impreso sobre papel brillante. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En otros sistemas de transporte tambi&eacute;n se han utilizado boletos de rollo. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f46.jpg" width="500" height="376"><br> Fig. 46: De izq. a der: Boletos de rollo del Ferrocarril General Roca - L&iacute;neas Patag&oacute;nicas (col. SRD); lancha colectiva de Interisle&ntilde;a S.R.L., servicios fluviales en el Delta del Tigre (1980); comprobante de pago de peaje de Baires Pistas (autopista 25 de Mayo, Buenos Aires 1990) y calesita (Mar del Plata, 2006), col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Sin embargo, en los tranv&iacute;as de las ciudades entrerrianas de Concordia y Paran&aacute; no hubo guarda ni boleto. Los veh&iacute;culos ten&iacute;an una alcanc&iacute;a, controlada por el motorman, donde se depositaba el importe del pasaje en moneda de uso corriente (17). Tampoco se utiliz&oacute; boleto de ning&uacute;n tipo en los botes que cruzan el Riachuelo, en la Boca, que a&uacute;n subsisten y donde el importe se abona en efectivo, ni en los vecinos puentes transbordadores, que cumpl&iacute;an el mismo trayecto, de uso gratuito (5).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>BORGES VIAJA EN COLECTIVO</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El boleto fue utilizado muchas veces como difusor de diversos mensajes, desde pol&iacute;ticos hasta publicitarios.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f47.jpg" width="500" height="636"><br> Fig. 47. Boletos de Transportes de Buenos Aires. Al dorso de los impresos hacia 1961, consecuentemente con la pol&iacute;tica del gobierno, dice: &quot;La batalla del petr&oacute;leo la ganar&aacute; el pueblo&quot;. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f48.jpg" width="500" height="609"><br> Fig. 48: Leyendas al frente de los boletos: &quot;Una ciudad limpia es salud&quot; (C&oacute;rdoba, 1984); &quot;Necochea sabe crecer&quot; (M. O. Nueva Pompeya, ca. 2000); al dorso: &quot;Acorte su viaje - Descienda por la puerta trasera&quot; - &quot;Abone con cambio justo&quot; (l&iacute;nea 168, 1990), &quot;Compre a cr&eacute;dito en Canguro&quot; (publicidad de supermercado, l&iacute;nea 630 de Mor&oacute;n, d&eacute;c. 1970), &quot;Vamos Argentina&quot; (l&iacute;nea 152, Mundial de F&uacute;tbol Argentina '78); &quot;Las Malvinas son Argentinas&quot; (l&iacute;nea 175, impreso con motivo de la guerra de Malvinas en 1982). Col AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1990, un ejecutivo de la firma <b>Sucesores de Juan Fusero y C&iacute;a.</b> tuvo la idea de colocar frases de pensadores famosos en el dorso de los boletos. La empresa, con una trayectoria de 60 a&ntilde;os en la impresi&oacute;n de boletos, debi&oacute; renovar su maquinaria para producir boletos de mayor calidad. Esta revoluci&oacute;n en el boleto inclu&iacute;a, por ejemplo, colores fluorescentes, dise&ntilde;os novedosos y una marca punteada con tijerita para el correcto corte. Se reprodujeron 462 frases.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Estos boletos encontraron una c&aacute;lida recepci&oacute;n en los usuarios. Emilio Eigenmann, padre de la idea, comentaba en un reportaje (18) &quot;<i>Los pasajeros de la l&iacute;nea 12 reclaman al colectivero que les corte bien el boleto, para coleccionarlo. Inclusive s&eacute; de gente que va a las terminales de las l&iacute;neas para buscar boletos en el piso</i>.&quot;</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Entre las primeras l&iacute;neas porte&ntilde;as en usar &quot;boletos cultos&quot;, se cuentan las 4, 12, 36, 45, 101 y 107.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Eigenmann tambi&eacute;n tuvo la idea de colocar una adivinanza en el dorso de los boletos, que se contestar&iacute;a en el boleto posterior, &quot;de manera que para enterarse -de la soluci&oacute;n- el pasajero tendr&iacute;a que preguntarle a quien sube despu&eacute;s que &eacute;l. La gente se comunicar&iacute;a durante el viaje a trav&eacute;s del boleto.&quot;</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Aunque esta variante no se cristaliz&oacute;, m&aacute;s adelante se incluyeron mensajes para optimizar el servicio (&quot;paguemos con el importe exacto&quot;, por ejemplo) y otros tendientes a la prevenci&oacute;n de enfermedades como el SIDA y el c&oacute;lera. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f49.jpg" width="500" height="427"><br> Fig. 49: Algunas frases en el dorso de los boletos de Fusero. L&iacute;neas 12, 36, 45, 107. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>&iquest;D&Oacute;NDE HAY 5 CENTAVOS, VIEJO G&Oacute;MEZ?</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La escasez de monedas en las grandes ciudades es un problema c&iacute;clico, y la tarifa del transporte tiene mucho que ver con el tema. En consecuencia, la gente suele guardar las moneditas para que no falten a la hora de viajar.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con la tarifa a $ 0,90 y ante la falta de la moneda de 10 centavos, era habitual en el chofer la frase &quot;<i>cuando baja me lo pide</i>&quot;. Llegando el pasajero a destino, pod&iacute;a pasar que el conductor siguiera sin cambio, que directamente el interesado olvidara el reclamo o bien se resignara, si estaba en el fondo de un coche lleno en medio de la hora pico. La moneda no devuelta significaba al final del d&iacute;a una diferencia a favor del colectivero, y algunos choferes especulaban con esta situaci&oacute;n. Vaya a saber por qu&eacute;, pero esa moneda que a veces uno no reclamaba en el vuelto del supermercado, arriba del colectivo se convert&iacute;a en algo m&aacute;s codiciado que el anillo de la novela de Tolkien.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f50.jpg" width="500" height="498"><br> Fig. 50: Aviso oficial induciendo al pasajero a reclamar el vuelto. Clar&iacute;n 8/1/1993.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1992, un aumento de tarifa en el &Aacute;rea Metropolitana de Buenos Aires gener&oacute; serios problemas. Ya se hab&iacute;a tomado la decisi&oacute;n de cambiar el sistema tradicional de expendio de boletos y los protagonistas del cambio -funcionarios, empresarios, conductores y p&uacute;blico- estaban en medio de una gran pol&eacute;mica sobre lo que vendr&iacute;a, con los &aacute;nimos caldeados. La falta de monedas produjo entonces protestas de usuarios, llegando a encrespadas discusiones. El Estado reaccion&oacute; implementando el <b>boleto de cambio.</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Este boleto, de 5 centavos, entr&oacute; en vigencia el 22 de octubre. El conductor lo daba si no ten&iacute;a monedas y el pasajero pod&iacute;a usarlo como medio de pago equivalente a ese valor exclusivamente en la l&iacute;nea que lo hab&iacute;a entregado. Dado lo expeditivo de la medida, algunas imprentas no llegaron a cumplir con las entregas, autoriz&aacute;ndose a las empresas a poner en circulaci&oacute;n viejos boletos en desuso. M&aacute;gicamente, junto con los boletos de cambio reaparecieron las esquivas moneditas de 5. El 18 de diciembre se suspendi&oacute; la entrega de boletos de cambio, aunque los choferes siguieron recibi&eacute;ndolos durante un tiempo.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El boleto de cambio se adopt&oacute; en otras ciudades del pa&iacute;s. En C&oacute;rdoba recibi&oacute; el apodo de &quot;Fetap&quot;, sigla de la Federaci&oacute;n de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros local. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f51.jpg" width="500" height="491"><br> Fig. 51: Arriba: Adicional, entregado en la l&iacute;nea 86 (Buenos Aires) ante la falta de boletos de $0,05, el primer d&iacute;a de vigencia del boleto de cambio; l&iacute;neas 24 y 60 (Buenos Aires). Abajo: l&iacute;nea 95 (Buenos Aires), l&iacute;nea 17 (San Miguel de Tucum&aacute;n, 1992); Grupo 80 (Mendoza, 1994). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">BOLETERAS: NUNCA M&Aacute;S</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con los trolebuses y los &oacute;mnibus ex tranv&iacute;a desaparecieron los guardas en Buenos Aires. Posiblemente los &uacute;ltimos trabajaron en las l&iacute;neas 30 y 31, de Transportes Saavedra, en la segunda mitad de la d&eacute;cada de 1960.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f52.jpg" width="500" height="386"><br> Fig.: 52: Monedero Gentile de cintura (d&eacute;cada del '50), de los &uacute;ltimos guardas de Transportes de Buenos Aires. Gentile fue la f&aacute;brica m&aacute;s importante de estos artefactos. Los primeros eran m&aacute;s cortos y de 3 compartimientos. En los colectivos particulares sol&iacute;an desarmarlos para colocar placas de radiograf&iacute;a forrando el interior de los tubos, para amortiguar el repiqueteo de las monedas. Tambi&eacute;n aparec&iacute;an engalanados con nacarados. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El crecimiento del colectivo y del aquelarre urbano a su alrededor fue convirtiendo al trabajo del conductor en un verdadero caos. La multiplicidad de tareas (manejar, cortar boletos, recibir dinero y dar vuelto, controlar planillas de secciones, cumplir horarios, etc.) en veh&iacute;culos de cada vez mayor capacidad, daba como resultado problemas de salud en los choferes, conflictos con los usuarios y alta tasa de accidentes, con el consiguiente costo social y econ&oacute;mico para toda la comunidad. Un informe conjunto elaborado a comienzos de 1989 por la Universidad de Buenos Aires y la Uni&oacute;n Tranviarios Automotor (el gremio que nuclea a los conductores) expresaba que &quot;<i>el 40% de los choferes est&aacute; bajo tratamiento por trastornos neuropsiqui&aacute;tricos, con reacciones de depresi&oacute;n y excitabilidad</i>&quot;.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f53.jpg" width="500" height="342"><br> Fig. 53: En esta magn&iacute;fica imagen del comando de un colectivo se aprecia todo lo relacionado al tradicional cobro del pasaje: a la izquierda, bajo las palanquitas que accionan las puertas, la caja para colocar los billetes. A la derecha la boletera, montada con su aplique de luz, dos monederos y la caja con cuna de goma, con divisiones para las monedas de distintos valores. Se ven tambi&eacute;n los rollos de boletos de repuesto. Foto aviso del concesionario Aguirre Mastro, d&eacute;cada de 1980.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las expendedoras autom&aacute;ticas de boletos exist&iacute;an en el mundo desde mucho tiempo atr&aacute;s, y eran utilizadas en nuestro medio por el ferrocarril, en estaciones de gran movimiento. T&iacute;midamente comenz&oacute; a vislumbrarse un cambio.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A mediados de 1981 se ensay&oacute; una <b>boletera computada</b> finlandesa en unos 35 coches de la l&iacute;nea 51. Se trataba de una consola con visor, alimentada por un m&oacute;dulo removible, donde se insertaba un c&oacute;digo, fecha y ruta. En viaje, solo hab&iacute;a que informarle del pase de secci&oacute;n y del valor del boleto solicitado, mediante distintas teclas, para que la maquinita expidiera el boleto: papelito rectangular, como de m&aacute;quina registradora, donde figuraba n&uacute;mero de l&iacute;nea e interno, fecha, hora, secci&oacute;n y valor del viaje. Otra tecla informaba, al finalizar el turno, el monto de la recaudaci&oacute;n. Luego se descargaba el m&oacute;dulo en una terminal concentradora, para la estad&iacute;stica (19). Si bien aliviaba la parte administrativa, el colectivero segu&iacute;a manejando dinero a bordo. Poco despu&eacute;s el sistema fue probado en las l&iacute;neas 162 y 194, sin &eacute;xito. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f54.jpg" width="500" height="219"><br> Fig. 54: Boletera computada DYC Tronic, ensayada en el Expreso Ca&ntilde;uelas. Foto del folleto promocional.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f55.jpg" width="500" height="313"><br> Fig. 55: Ubicaci&oacute;n de la boletera experimental en un coche de la l&iacute;nea 51 y boleto correspondiente, servicio diferencial (72 x 20 mm). Foto Motor y Camino 463/464; La Plata, 1/1983; boleto col. AFT, 1983.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">M&aacute;quinas similares, fabricadas por la firma sueca Almex y por Microb&uacute;s, fueron presentadas por esos a&ntilde;os. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f56.jpg" width="500" height="242"><br> Fig. 56: Boletos de m&aacute;quinas computadas en etapa experimental: Microb&uacute;s (l&iacute;nea 194 Chevallier, 1983) expedido en boleter&iacute;a, y de la l&iacute;nea 60 sacado a bordo (1981) donde figuran fecha, hora, l&iacute;nea, interno, secciones y precio. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f57.jpg" width="500" height="489"><br> Fig. 57: Modelo Almex para servicios urbanos. El Auto Colectivo 468, 9/1980.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Trataremos de simplificar la cronolog&iacute;a que culmin&oacute; con el ansiado cambio de sistema de expendio de pasajes, un verdadero<i> via crucis</i> que se extendi&oacute; por m&aacute;s de un lustro.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Durante ese lapso, los principales actores responsables (Estado, empresas y gremio) se mantuvieron entre la inercia y la discrepancia. Las empresas consideraban que la inversi&oacute;n para modificar el sistema era demasiado elevada, y pretend&iacute;an compartir gastos con el Estado. Por su parte, el Estado no decid&iacute;a qu&eacute; sistema era el mejor. La UTA impulsaba la contrataci&oacute;n de guardas (como en aquellos tiempos), en parte para solucionar el problema de la multiplicidad de tareas, en parte para crear fuentes de trabajo, y en parte para duplicar los afiliados. Las empresas tambi&eacute;n resist&iacute;an esta opci&oacute;n: m&aacute;s personal implicaba m&aacute;s gastos. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"> Fig. 58: Boletos de l&iacute;neas del &Aacute;rea Metropolitana de Buenos Aires (col. AFT):</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f58%20A.jpg" width="500" height="718"><br> A) L&iacute;neas 407 (hoy 47), 208 (hoy 28), 164 (hoy 64), 165 (hoy 65), 223 provincial (luego 54) y 37 provincial (hoy 237), todos de la d&eacute;cada de 1960. L&iacute;neas 68 (con leyenda &quot;ex 268&quot;, 1970), 89 (ca. 1973), 82 (ca. 1976), 133 (d&eacute;c. 1970), 118 (ca. 1976), 630 comunal de Mor&oacute;n (d&eacute;c. 1970), 38 (ca. 1976), 13 (luego 426, 1983), 175 (1982) y 169 (ca. 1980).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f58%20B.jpg" width="500" height="800"><br> B) L&iacute;neas 190 (d&eacute;c. 1970), 60 (d&eacute;c. 1980), 187 (1982), 23 (ca. 1978), Empresa del Oeste (Mor&oacute;n, 1983), 77 (1983), 269 provincial (1984), 174 (1982), 106 (1985), 86 (1986), La Independencia (provinciales 203 y 365, 1985), 50 (1986), 706 de San isidro (1985), 23 (1987), 343 provincial (1987) y 136 (1990).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f58%20C.jpg" width="500" height="740"><br> C) L&iacute;neas 304 provincial (1990), 723 de Tigre (1990), 102 (1991), 181 (1991), 204 provincial (boleto preembarque, m&aacute;s ancho, 1992), 60 (directo Constituci&oacute;n - Escobar, cabeceras ilustradas con una locomotora y una flor, 1993), 500 de Florencio Varela (1993), 64 (ilustrado con la cl&aacute;sica estampa del transbordador de la boca, terminal de la l&iacute;nea, ca. 1993), 146 (servicio semi-r&aacute;pido, 1993), 12 (1994), 98 (diferencial, ca. 1994), 96 (ca. 1994), 36 (1993) y 629 de La Matanza (fines d&eacute;c. 1990).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La Subsecretar&iacute;a de Transportes, en 1987, decidi&oacute; optar por la <b>tarjeta magn&eacute;tica</b>. El mayor obst&aacute;culo esgrimido contra esta propuesta era la dificultad para la compensaci&oacute;n de la recaudaci&oacute;n entre empresas y los ajustes debidos a la amplitud del cuadro tarifario. Mientras las opiniones iban y ven&iacute;an, el factor seguridad impon&iacute;a una decisi&oacute;n. Los asaltos a colectivos eran cada vez m&aacute;s frecuentes y hab&iacute;a que tomar medidas inmediatamente.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A mediados de 1988, las partes interesadas integraron una comisi&oacute;n para intentar arribar a un consenso. La propuesta gremial de los guardas fue desestimada r&aacute;pidamente, porque si bien mejoraba la calidad de vida del conductor no cumpl&iacute;a un requisito apremiante: eliminar el manejo de dinero arriba de los veh&iacute;culos. La autoridad concedente insist&iacute;a con la tarjeta magn&eacute;tica y las empresas bregaban por un sistema de fichas o cospeles, amparadas en los &quot;excelentes resultados&quot; obtenidos en C&oacute;rdoba. Los usuarios asist&iacute;an a estos cabildeos como convidados de piedra.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La realidad indicaba que modificar radicalmente un sistema tan arraigado demandar&iacute;a un proceso de adaptaci&oacute;n de toda la comunidad (20). El potencial mercado de nuevas tecnolog&iacute;as estaba en la vidriera de varias empresas nacionales y extranjeras, que acudieron con sus propuestas:<b> tarjeta magn&eacute;tica </b>sistemas Alcatel-Camp (franc&eacute;s), Prodata (belga, ensayada en el subte) y la local Radio Victoria, asociada a Hitachi; <b>boleto &oacute;ptico</b> (Inform&aacute;tica S.A.); <b>cospelera autom&aacute;tica</b> (Servicop y Controles Automatizados). (21)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En la madrugada del 26 de octubre de 1990, el Concejo Deliberante de Buenos Aires aprob&oacute; la vuelta de los guardas a los colectivos, medida a cumplirse en los siguientes 60 d&iacute;as. Entre el entusiasmo de los choferes, la negativa de las empresas y el desconcierto de los pasajeros (que intu&iacute;an aumentos de tarifa para solventar el gasto) hab&iacute;a un escollo insalvable: la ciudad no ten&iacute;a -y no tiene- poder legislativo sobre las l&iacute;neas de transporte, que dependen de la Naci&oacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La C&aacute;mara Empresaria del Autotransporte de Pasajeros (CEAP) present&oacute;, promediando 1991, un estudio en el que se evaluaban varios sistemas de percepci&oacute;n de pasajes: pago con importe exacto, cospelera, boleto &oacute;ptico, tarjeta magn&eacute;tica y guarda. Obviamente, a corto plazo la primera opci&oacute;n -habitual en otros pa&iacute;ses- aparec&iacute;a como la m&aacute;s rentable y la de m&aacute;s f&aacute;cil implementaci&oacute;n, ya que no requer&iacute;a m&aacute;s tr&aacute;mite que la instalaci&oacute;n de puestos de cambio para que los pasajeros obtuvieran las monedas para pagar el boleto (22). Esta modalidad se propuso como paso previo a la utilizaci&oacute;n, a mediano plazo, de un sistema inteligente de tarjeta &oacute;ptica o magn&eacute;tica (23). Las otras tres c&aacute;maras que agrupaban a los transportistas, en cambio, rechazaban las monederas y ahora bregaban por la tarjeta magn&eacute;tica.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f59.jpg" width="500" height="346"><br> Fig. 59: Adhesivo que colocaba CEAP en sus unidades, promoviendo el pago con importe exacto. El Auto Colectivo.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En la Ley Nacional de Tr&aacute;nsito, promulgada en 1991, se estableci&oacute; que los choferes de transporte urbano de pasajeros deber&iacute;an dejar de cortar y cobrar boletos. Por fin, en 1992 el decreto 1149 del Poder Ejecutivo, con fecha 8 de Julio, fij&oacute; la modalidad de <b>pago con importe exacto</b> con moneda de curso legal en una primera etapa. (24)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A mediados de a&ntilde;o se hab&iacute;an presentado cuatro modelos de m&aacute;quinas validadoras: La <b>G.F.I. Cents a Bill</b>, de fabricaci&oacute;n y uso extendido en los Estados Unidos, la <b>Fast Fare</b>, del mismo origen, la <b>Autopass</b>, fabricada en el pa&iacute;s por E.D.S.A. y la <b>A.S.A. - Jofemar</b> espa&ntilde;ola. Los equipos expend&iacute;an un boleto impreso con sistema t&eacute;rmico. El conductor operaba una consola con teclas para habilitar cada tarifa, y tambi&eacute;n pod&iacute;a imprimir res&uacute;menes de turno, informes para el inspector, etc. El nuevo sistema blanqueaba los ingresos ante la posible evasi&oacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Por resoluci&oacute;n 422 de la Secretar&iacute;a de Transportes, el 21 de setiembre de 1992 se aprobaron las especificaciones t&eacute;cnicas de las lectoras de monedas y su cronograma de implementaci&oacute;n, fij&aacute;ndose el 30 de junio de 1993 como l&iacute;mite del per&iacute;odo de experimentaci&oacute;n. Hasta ese momento, el modo de pago tradicional convivir&iacute;a con el nuevo sistema, y a partir de entonces ser&iacute;a obligatorio el pago con importe exacto, hubiera o no m&aacute;quina instalada. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La primera expendedora fue presentada en la l&iacute;nea <b>62</b>, el 23 de diciembre de 1992. Durante ese verano comenzaron las pruebas piloto en otras l&iacute;neas, como las 61, 64, 140 y 168.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las empresas que colocaran lectoras que no dieran vuelto estaban obligadas a tener puestos de cambio de monedas, en cada parada, como m&iacute;nimo de 8 a 21 horas. Desde el primer d&iacute;a de 1994, todas las unidades deber&iacute;an contar con las m&aacute;quinas o, en su defecto, con personal auxiliar a bordo que se encargara del expendio y cobro de boletos. Sorprendentemente, algunas l&iacute;neas de media distancia (52, 57, 88, 129 y 194, en las que el precio de los boletos &quot;no justificaba el pago con monedas&quot;), no estaban obligadas a cumplir con los plazos de instalaci&oacute;n de la nueva tecnolog&iacute;a.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Entretanto, la provincia de Buenos Aires resolvi&oacute; adoptar el mismo sistema para las l&iacute;neas de su jurisdicci&oacute;n, por resoluci&oacute;n del 23 de setiembre de 1993. Cuatro firmas se perfilaban en el mercado de las nuevas m&aacute;quinas, cuyo horizonte se ampliaba: Blatel, representante de <b>Klussendorf</b>, BRD (<b>Monebus</b>), con patente Kienzle alemana para el sistema de monedas y estadounidense Cubil para el de tarjetas, y las mencionadas <b>Autopass</b> y <b>ASA</b>. El costo de cada equipo iba de 4.000 a 7.000 d&oacute;lares.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f60.jpg" width="500" height="325"><br> Fig. 60: Tres lectoras de monedas que se instalaron en Buenos Aires: TCS-IBM (izquierda), Klussendorf (centro) y Monebus (derecha); todas de industria nacional. Avisos publicados en Microb&uacute;s y El Auto Colectivo, 1995.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Llegado el 1 de enero de 1994 funcionaban apenas unas 500 lectoras. Hubo una nueva pr&oacute;rroga (la tercera), de cuatro meses, y el 1 de mayo de 1994 debutaron oficialmente las mentadas expendedoras autom&aacute;ticas, no sin problemas, pese al feriado: los choferes apelaban a toda su paciencia para instruir al pasajero: d&oacute;nde poner las monedas, d&oacute;nde sal&iacute;a el boleto; las m&aacute;quinas se trababan y las empresas no autorizaban a viajar sin boleto ante esta eventualidad. No hubo ninguna campa&ntilde;a educativa previa para que el p&uacute;blico se familiarizara con las nuevas expendedoras, y se present&oacute; otro problema: muchas estaban colocadas a una altura tal que las personas de baja estatura y los chicos no llegaban a las ranuras para insertar las monedas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El primer d&iacute;a hubo menos unidades en la calle, ya que no todas estaban equipadas. Se estimaba oficialmente en un 30% la cantidad de coches en regla. Algunas l&iacute;neas casi no funcionaron por temor a las sanciones. La normativa era muy clara: los choferes no cortar&iacute;an m&aacute;s boletos; la unidad que no tuviera m&aacute;quina o guarda no pod&iacute;a circular. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con respecto a los guardas, en algunas empresas eran choferes, en horas extra, y hasta los propios accionistas quienes oficiaban de cobradores. Sin espacio previsto para esta actividad, el improvisado guarda sol&iacute;a sentarse en el primer asiento individual, detr&aacute;s del conductor. Otros hac&iacute;an equilibrio mal acomodados en cualquier lado, a la derecha del colectivero. En la l&iacute;nea 86 hasta llevaban un balde lleno de monedas para dar vuelto. El Ministerio de Trabajo convoc&oacute; a 13.000 desempleados para cumplir esta funci&oacute;n, pero el vi&aacute;tico era irrisorio y la mayor&iacute;a prefer&iacute;a quedarse en sus casas. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f61.jpg" width="500" height="368"><br> Fig. 61: En algunas l&iacute;neas hubo mujeres trabajando de guarda. Foto Archivo La Prensa.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Como las fallas de las expendedoras eran bastante habituales en los primeros d&iacute;as, la mayor&iacute;a de las unidades llevaba la vieja boletera, por si acaso, para no tener que parar el coche si la m&aacute;quina no funcionaba. La situaci&oacute;n no era auspiciosa: arreciaban las quejas de usuarios, choferes y empresarios, y las sanciones a las empresas. Estas dec&iacute;an que los fabricantes se atrasaban en las entregas, mientras del otro lado argumentaban que los empresarios se atrasaban en los pagos. No obstante, algunas l&iacute;neas, como las 79 y 132, debutaron con todas las unidades equipadas. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los proveedores de equipos tuvieron que trabajar a destajo, no solo para llegar con los plazos sino para resolver problemas sobre la marcha. Cada m&aacute;quina instalada representaba un banco de pruebas sobre el que hab&iacute;a que optimizar y corregir. Algunas de las que est&aacute;n hoy en el mercado son completamente diferentes de sus prototipos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f62.jpg" width="500" height="566"><br> Fig. 62: Boletos de expendedora autom&aacute;tica: L&iacute;neas 62 (1993), 5 (con la sigla E.D.S.A. del fabricante,1993), 98 (1994), 324 (papel amarillo, 1997), 39 (estudiante secundario, 1998), 99 (2002), 24 (2005), 42 (2006) y 141 (2007). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Para facilitar el cambio hab&iacute;a &quot;bancos ambulantes&quot;, camiones de caudales que se instalaban en sitios estrat&eacute;gicos. Tambi&eacute;n reaparecieron los <i>arbolitos</i>, que cerca de las paradas vend&iacute;an disimuladamente 90 centavos en monedas de 10 por un billete de 1 peso. De todas formas, los choferes ten&iacute;an la obligaci&oacute;n de llevar cambio para los pasajeros que no subieran con monedas. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Tres d&iacute;as despu&eacute;s del debut del nuevo sistema, 28 l&iacute;neas no contaban con ninguna m&aacute;quina. Cuando caduc&oacute; el plazo para la utilizaci&oacute;n de boleteras manuales, el 16 de setiembre de 1994, el 95% de las unidades ya estaban equipadas mientras que el 5% restante segu&iacute;a trabajando con guardas. La mayor&iacute;a de los veh&iacute;culos incluidos en este porcentaje pertenec&iacute;an a las l&iacute;neas 25, 108 y 133, cuyos permisos fueron caducados.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El gobierno advirti&oacute; que los colectivos que no tuvieran expendedoras deb&iacute;an permitir a los pasajeros viajar gratis, pero al d&iacute;a siguiente lleg&oacute; la contraorden: si la m&aacute;quina no funciona, no se levantan pasajeros. El coche sigue su ruta hasta que baje el &uacute;ltimo y all&iacute; se corta. No pod&iacute;a haber pasajeros sin boleto porque no estaban cubiertos por el seguro. Como se puede apreciar, se marchaba a los ponchazos, todo era ensayo-error.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mientras tanto, en abril se hab&iacute;a dispuesto que en los lugares de gran concentraci&oacute;n de pasajeros las empresas pudieran implementar la modalidad de venta de boletos en la v&iacute;a p&uacute;blica, en forma manual, para agilizar el ascenso a las unidades (24). Esta tarea estuvo a cargo de los inspectores o de personal auxiliar. En lugares como Constituci&oacute;n, Once o Liniers, algunas empresas instalaron casetas que funcionaban como boleter&iacute;as. Tambi&eacute;n se vend&iacute;an boletos en algunas cabeceras. Lleg&oacute; a haber un centenar de puestos para venta fuera de la unidad, que despachaban unos 400.000 pasajes diarios (25).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Para optimizar el control y la fiscalizaci&oacute;n de este sistema, la Secretar&iacute;a de Transportes encarg&oacute; a la Comisi&oacute;n Nacional de Transporte Automotor (CoNTA) la confecci&oacute;n y provisi&oacute;n de boletos a las empresas, a cargo de &eacute;stas. Se imprimieron en talonarios numerados, troquelados en dos cuerpos y con resguardo de seguridad para evitar su falsificaci&oacute;n. Se estableci&oacute; tambi&eacute;n que cada empresa deb&iacute;a informar sobre los puntos de expendio (24). Los <b>boletos fiscales</b> comenzaron a utilizarse el 10 de noviembre de 1994 (25). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f63.jpg" width="500" height="542"><br> Fig. 63: Izq.: Boleto de preembarque previo a los fiscales de dos cuerpos, de rollo (50 x 60 mm, l&iacute;nea 45, 1994).<br> Der., arriba: Boletos fiscales de la CoNTA, tal&oacute;n para el pasajero. El sistema de seguridad permit&iacute;a que en caso de fotocopiarlo, apareciera la palabra &quot;falso&quot; (56 x 50 mm, 1994). A cada valor correspond&iacute;a un color y originalmente no ten&iacute;an identificaci&oacute;n de l&iacute;nea. Luego cada empresa los sellaba (centro, derecha).<br> Abajo: Primeros boletos de preembarque de la l&iacute;nea 168 (47 x 71 mm, 1994). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Pese a los anuncios, nunca se instalaron en la v&iacute;a p&uacute;blica expendedoras autom&aacute;ticas para comprar boletos de preembarque. Con el tiempo, los fiscales dieron paso a otros boletos impresos por las propias empresas, que hasta hoy siguen vendi&eacute;ndose manualmente. Pueden ser de talonario o de rollo y en general tienen dos cuerpos, uno para el pasajero y otro que retira el conductor o queda en el talonario. Cada empresa opera acorde a su criterio, llegando a venderse, por ejemplo, boletos &quot;adelantados&quot;, para usar a la vuelta o al d&iacute;a siguiente, en puestos que no son permanentes.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f64.jpg" width="500" height="700"><br> Fig. 64: Boletos de preembarque posteriores a los boletos fiscales, de rollo y de talonario: l&iacute;neas 106, 129 y 95 (tal&oacute;n pasajero), 39 (completo, anverso y reverso), 1, 71, 160, 15, 4 y 136 (pasajero), 128 (completo) y 188 (pasajero). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Algunas l&iacute;neas colocaron molinetes a continuaci&oacute;n de la expendedora, que duraron, como dec&iacute;a la abuela, &quot;lo que un lirio&quot;, por carecer de sentido, ocupar espacio y no permitir el descenso de personas con movilidad reducida por la puerta delantera.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las expendedoras realimentaron la famosa viveza criolla, como en tiempos de los primeros tranv&iacute;as. Las monedas de 10 pesos, acu&ntilde;adas en 1977 y ahora en desuso, &quot;enga&ntilde;aban&quot; a las m&aacute;quinas, que las confund&iacute;an con las de 50 centavos en vigor. Pero del otro lado tambi&eacute;n hubo irregularidades: boletos con datos err&oacute;neos, como la fecha, echaban una sombra de sospecha sobre posibles maniobras de evasi&oacute;n. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f65.jpg" width="500" height="102"><br> Fig. 65: Izq.: Boleto de expendedora con datos err&oacute;neos o faltantes: No consigna n&uacute;mero de l&iacute;nea ni interno y son incorrectas la fecha y la hora (l&iacute;nea 99, 1994). De Par en Par 39, 5/1994. Der.: Fecha y hora incorrectas (l&iacute;nea 103, 1993). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Aunque las 170 m&aacute;quinas de cambio autom&aacute;tico prometidas para entregar monedas a los usuarios jam&aacute;s aparecieron, el 1 de julio de 1995 los conductores dejaron de cambiar dinero a bordo. Los servicios diferenciales y de media distancia (con tarifas m&aacute;s caras) estaban eximidos. Los &uacute;nicos diez puestos existentes para cambiar monedas estaban en estaciones de subte. En la capital provincial, donde se instalaron 12 puestos fijos de cambio, los choferes cambiaron monedas hasta el 22 de julio de 1996.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Alguien descubri&oacute; que el dorso blanco de los nuevos boletos era un espacio desaprovechado y, actualmente, todo espacio desaprovechado se llena con publicidad. As&iacute; fue como la firma Lactona comenz&oacute; a promocionar su marca G&aacute;ndara desde marzo de 1996 (26). Los primeros boletos de este tipo aparecieron en las l&iacute;neas 29, 60, 64 y 168, entre otras. Fue el disparador para que muchas firmas comerciales se sumaran, d&aacute;ndole colorido a los aburridos papelitos. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f66.jpg" width="500" height="420"><br> Fig. 66: Boleto con publicidad al dorso, impreso en continuo a 3 colores (l&iacute;nea 168, 3/1996); col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Algunas l&iacute;neas, como la 85 y la 159, optaron por poner su propio logotipo. Tambi&eacute;n se agregaron algunas leyendas al frente, aparte de los datos propios del boleto, como el nombre de la empresa, &quot;Gracias por elegirnos&quot; o similares.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f67.jpg" width="500" height="548"><br> Fig. 67: Boletos de expendedora del &Aacute;rea Metropolitana de Buenos Aires con diversas leyendas: L&iacute;nea 159, con logotipo de la empresa y consejos en el frente (1996); l&iacute;nea 162, &quot;Welcome to Bartolom&eacute; Mitre S.A.&quot; (1997); Empresa El Puente (dorso con logotipo, 1998); l&iacute;nea 114, &quot;Gracias por viajar con Plaza&quot; (2003); l&iacute;nea 29, &quot;Prohibido fumar&quot; (2006); l&iacute;nea 106 con publicidad de Banco Galicia al frente (2005) y l&iacute;nea 293 provincial con el nombre de la empresa en el anverso y logo en el reverso (2006). Col. AFT. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Las m&aacute;quinas m&aacute;s difundidas, pasada una d&eacute;cada del cambio, son <b>TCS</b> (Trainmet - Ciccone Sistemas) fabricadas por IBM Argentina, Klussendorf y Monebus. Algunas, como A.S.A., se vendieron muy poco tiempo, mientras aparecieron otras, como <b>Blue Coin</b> (Coin Control), lanzada al mercado en 2005 y comercializada en todo el pa&iacute;s, <b>S.E.A.C.</b> (Servicios y Equipamientos de Automatizaci&oacute;n y Control), en las l&iacute;neas del grupo DOTA, y <b>Expenbus</b>, en l&iacute;neas de la provincia, que recaudan las monedas en una caja ubicada en el piso del veh&iacute;culo.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">&iquest;EFECTIVO O TARJETA?</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mientras algunas l&iacute;neas, por falta de equipamiento, mantuvieron los guardas hasta setiembre de 1994, otras incorporaron la tarjeta magn&eacute;tica, que comenz&oacute; a utilizarse oficialmente el 30 de noviembre de ese a&ntilde;o en unos 600 coches. Esta modalidad de pago se usaba indistintamente con las monedas, en m&aacute;quinas duales TCS, instaladas por las empresas <b>El Puente</b>, <b>Atl&aacute;ntida</b> y <b>Expreso Quilmes</b>, entre otras. De las 15.000 lectoras instaladas, 7000 eran TCS, preparadas de origen para las tarjetas. Entre Capital y Gran Buenos Aires hab&iacute;a un millar de estos equipos aceptando tarjetas. La organizaci&oacute;n estaba a cargo de Distribuidora Buenos Aires y las tarjetas eran fabricadas por la firma japonesa Sankyo. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f68.jpg" width="500" height="180"><br> Fig. 68: Tarjeta magn&eacute;tica en la l&iacute;nea 57 Atl&aacute;ntida (12/1994) y boleto de expendedora adquirido con tarjeta en la 158 El Puente (8/1998). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En mayo de 1995, las 350 expendedoras instaladas en los coches del <b>Expreso Ca&ntilde;uelas</b> recib&iacute;an tarjetas. Pese a no haber red de distribuci&oacute;n, diariamente se vend&iacute;an entre 800 y 900 tarjetas. Pod&iacute;an adquirirse en la administraci&oacute;n y en las cabeceras, pero tambi&eacute;n las vend&iacute;an los inspectores.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Al a&ntilde;o del cambio de sistema, el balance indicaba que las lectoras provocaron la disminuci&oacute;n de los asaltos pero no los eliminaron. Antes los ladrones se llevaban la recaudaci&oacute;n y ahora directamente se llevaban el colectivo, para violentar la m&aacute;quina. La tarjeta magn&eacute;tica aparec&iacute;a como una soluci&oacute;n para este problema. Para mediados de 1996 unos 2000 &oacute;mnibus ya aceptaban tarjetas, y se apuntaba al boleto multimodal. El sistema se iba acomodando: las denuncias presentadas por mal funcionamiento de las m&aacute;quinas se reduc&iacute;an al 10% del total de los reclamos de usuarios de transporte p&uacute;blico.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>UN SOLO BOLETO PARA TODO, QUE NUNCA LLEGA</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 11 de diciembre de 1990 se cre&oacute; una comisi&oacute;n mixta integrada por la FATAP y la Municipalidad de Buenos Aires, entre cuyos objetivos estaba la complementaci&oacute;n intermodal del expendio de pasajes, para unificar los sistemas de pago en &oacute;mnibus, trenes y subterr&aacute;neos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Este proyecto tuvo varias reincidencias pero jam&aacute;s lleg&oacute; a concretarse. Primero en 1987, luego en 1995 y 1996. Dos a&ntilde;os m&aacute;s tarde hab&iacute;a consenso para implementar el ahora llamado <b>Medio de Pago &Uacute;nico</b>. El gobierno pretend&iacute;a activarlo a pleno antes de finalizar 1999. Tomando en cuenta una facturaci&oacute;n de U$S 1.800 millones al a&ntilde;o en los colectivos, hab&iacute;a una docena de entidades bancarias interesadas en el nuevo negocio, pero&#133;</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Aunque en 2001 se volvi&oacute; sobre el tema, la crisis de fin de a&ntilde;o sepult&oacute; toda propuesta.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f69.jpg" width="500" height="75"><br> Fig. 69: La crisis econ&oacute;mica tambi&eacute;n le apret&oacute; el cintur&oacute;n al boleto, que se comprimi&oacute; en tama&ntilde;o para ahorrar papel. L&iacute;neas 99 (2003) y 110 (2006). Col. AFT.</font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><br> </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>BOLETOS DE TIERRA ADENTRO</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En el resto del pa&iacute;s se us&oacute; hist&oacute;ricamente el tradicional boleto de rollo para servicios urbanos y suburbanos en distancias variables pero generalmente cortas. Para l&iacute;neas provinciales y de larga distancia hubo, como en Buenos Aires, boletos de talonario de diversas medidas y aspectos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><br> Fig.70: Boletos de rollo del interior del pa&iacute;s. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20A.jpg" width="500" height="565"><br> A) Provincia de Buenos Aires: M. O. Gral. Necochea (500 y 502 de Necochea, 1973); Coronel Ram&oacute;n Estomba (con la estampa ecuestre del coronel en el frente; l&iacute;neas 503 y 518 de Bah&iacute;a Blanca, 1984); Sol de Mayo (363 provincial, con el precio sellado, para no tener que reimprimir ante aumentos de tarifa, d&eacute;c. 1980); La Ideal (servicio San Pedro a Vuelta de Obligado, 1987); La Isle&ntilde;a (276 provincial, 1985); C. O. La Acci&oacute;n (279 provincial, de Bah&iacute;a Blanca a Punta Alta, 1984); T. A. Costa Atl&aacute;ntica, dise&ntilde;o com&uacute;n a muchas empresas, que solo imprim&iacute;an su nombre al dorso (Mun. Urbano de la Costa, 1986); La Huella de Jun&iacute;n (502 de Jun&iacute;n, 1992); San Jos&eacute; (350 provincial, 1994); 25 de Mayo (506 de Olavarr&iacute;a, 1992); El R&aacute;pido Argentino (servicio La Plata a General Belgrano, boleto m&aacute;s ancho vendido en boleter&iacute;a, con tal&oacute;n de asiento adjunto, 1991); l&iacute;nea 503 municipal (Luj&aacute;n, 2000, con leyendas en el dorso referentes al cuidado de la salud y la convivencia) y Montemar (l&iacute;nea 1 de Pinamar, 2003).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20B.jpg" width="500" height="496"><br> B) Arriba: Provincia de Santa Fe: Empresa 9 de Julio (ca. 1950), Empresa Villa Diego (1983, corte en &quot;S&quot;), Ente Regulador de Empresas Coordinadas Sanlorencinas (1992) y l&iacute;nea 14 El Triunfo (Capital, 1989).<br> Abajo: Provincia de C&oacute;rdoba: Capillense (hacia 1980), Ciudad de C&oacute;rdoba (1989), COTIL (1989) y Pampa de Achala (1994).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20C.jpg" width="500" height="625"><br> C) Estrella del Litoral (Entre R&iacute;os, con publicidad al dorso, 1986); El Expreso Ciudad de Posadas (Corrientes Capital, 1986); Chaco S.R.L. (Resistencia, 1989); El Sol (Formosa capital, 1996) y Transportes Cataratas (Puerto Iguaz&uacute;, Misiones, 1992). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20D.jpg" width="500" height="590"><br> D) Salta Capital, 1998; Expreso Lalo (Lib. Gral. San Mart&iacute;n, Jujuy, escolar ca. 1990); Transp. San Nicol&aacute;s (La Rioja Capital, 1994); Guido Mogueta (San Fernando del Valle de Catamarca, 1994); 5 de Julio (Santiago del Estero Capital, 1996) y Coop. Tucum&aacute;n (San Miguel de Tucum&aacute;n, 1987). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20E.jpg" width="500" height="269"><br> E) Villa Mercedes (San Luis, 1984); l&iacute;nea 33 (Mendoza capital, 1950); EPTM (troleb&uacute;s Mendoza, 1983), Grupo 50 (Mendoza, 2005) y La Nueva Sarmiento (San Juan Capital, escolar, 1986). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f70%20F.jpg" width="500" height="630"><br> F) Gonzomar (Neuqu&eacute;n Capital, 1984); Ko-Ko (Bariloche, interprovincial, 1994); Empresa Bah&iacute;a (Rawson, Chubut, abono 1996); Vercelli Hnos. (empresa de San Nicol&aacute;s que tuvo servicios especiales en Santa Cruz, boleto expedido en R&iacute;o Gallegos, 1989) y Dos Santos (Ushuaia, Tierra del Fuego, 1983).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con el eco de la ley de tr&aacute;nsito que inhib&iacute;a a los choferes de cortar boletos, en las grandes urbes se fueron adoptando gradualmente nuevas modalidades de pago. Sigue una rese&ntilde;a parcial de los cambios en algunas ciudades.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>C&oacute;rdoba </b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La capital mediterr&aacute;nea fue pionera, aun antes que Buenos Aires, en cambiar el sistema de expendio de pasajes. Se adoptaron fichas similares a las del subterr&aacute;neo porte&ntilde;o, desde mediados de la d&eacute;cada de 1970. Su uso era muy limitado, estaba reservado a polic&iacute;as de civil y algunos funcionarios. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Por pedido del gremio de choferes, para evitar los asaltos, desde el 18 de abril de 1988 se extendi&oacute; el uso de fichas para todos los usuarios. Eran de metal blanco, aleaci&oacute;n liviana, de dos categor&iacute;as: una secci&oacute;n, v&aacute;lida para viajes diurnos en las l&iacute;neas urbanas, y dos secciones, para las l&iacute;neas de circunvalaci&oacute;n y viajes nocturnos, de 0 a 6 horas, con tarifa m&aacute;s cara. Las fichas (popularmente llamadas cospeles) se entregan directamente al chofer, a cambio del boleto.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f71.jpg" width="500" height="453"><br> Fig. 71: Boletos urbanos de C&oacute;rdoba, primera y segunda secci&oacute;n, y fichas correspondientes (18 y 20 mm de di&aacute;metro), con el escudo de C&oacute;rdoba al reverso (1988/1990). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Para distribuir los 2,5 millones de fichas en circulaci&oacute;n se cuenta con m&aacute;s de 1000 puestos de venta, sumando bocas de expendio exclusivas y quioscos. Pero siempre conviene tener una reserva, sobre todo para los casos de usuarios que viven en los suburbios o viajan de noche.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Despu&eacute;s aparecieron las tarjetas. Las primeras, cuadradas de color verde, eran personalizadas. Ten&iacute;an un chip y llevaban el n&uacute;mero de documento del usuario. En 1998 se intent&oacute;, sin &eacute;xito, implementar el pago exclusivamente con tarjeta en horario nocturno.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En febrero de 1991 se adopt&oacute; la tarjeta magn&eacute;tica recargable, que fue adjudicada a la firma Red Electr&oacute;nica (<b>Redbus</b>). Se implement&oacute; en los trolebuses y algunas l&iacute;neas de &oacute;mnibus, pero sin eco favorable en el p&uacute;blico ni en los choferes. La empresa <b>Coniferal</b> est&aacute; experimentando un sistema de lector &oacute;ptico para reemplazar la tarjeta, que a 16 a&ntilde;os de su debut, es utilizada por un m&iacute;nimo porcentaje de usuarios.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>Tucum&aacute;n y provincias del Norte</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En la capital del Jard&iacute;n de la Rep&uacute;blica se dispuso el uso de fichas (aqu&iacute; tambi&eacute;n llamadas <i>cospeles</i>) en 1986, pero reci&eacute;n se implement&oacute; dos a&ntilde;os m&aacute;s tarde.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1994 comenz&oacute; a ensayarse con expendedoras TCS, inclusive en servicios suburbanos, como los de El Ranchille&ntilde;o. Estaban adaptadas para recibir fichas y tarjetas. Se acu&ntilde;&oacute; una ficha especial en metal dorado, m&aacute;s pesada, para que las m&aacute;quinas pudieran leerla. En la l&iacute;nea 18 incluso se instalaron algunos molinetes, sin pena ni gloria. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El nuevo sistema no fue bien recibido por las empresas ni por el p&uacute;blico, y nunca lleg&oacute; a instrumentarse la red inform&aacute;tica para el control. En pocos meses se desisti&oacute;. Por lo tanto, el boleto de rollo y las fichas siguen en vigencia. Llegaron a utilizarse tres series de fichas blancas, que se pon&iacute;an en circulaci&oacute;n alternadamente con los aumentos de tarifa. Se venden en puestos ubicados en v&iacute;a p&uacute;blica. El pasajero entrega la ficha al conductor, que corta el boleto manualmente y -en algunas l&iacute;neas- deposita la ficha en una especie de alcanc&iacute;a de lata. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f72.jpg" width="500" height="375"><br> Fig. 72: Puesto de conducci&oacute;n de una de las nuevas unidades de la l&iacute;nea 12. A la derecha se observa la alcanc&iacute;a para las fichas y la boletera de rollo. Foto Carlos Wallberg, 2007.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Nuestro colega Carlos Wallberg detalla las variantes tarifarias en la provincia: las l&iacute;neas urbanas tienen tarifa plana, mientras que las metropolitanas y rurales son por secciones con pago en efectivo. En las l&iacute;neas municipales, los abonos escolares pueden ser cartones o boletos de talonario troquelados. Hay cuatro valores de tarifa estudiantil, m&aacute;s una para docentes; pocas l&iacute;neas ofrecen abono universitario. Hay pase libre para los discapacitados que re&uacute;nan ciertos requisitos y sus acompa&ntilde;antes, cuando corresponda. Viajan gratis los bomberos, los polic&iacute;as (hasta dos por coche) y el personal de fiscalizaci&oacute;n del transporte, con su correspondiente credencial. En cambio, conscriptos y carteros perdieron este beneficio desde que se suprimi&oacute; el servicio militar obligatorio y se privatiz&oacute; el correo. Tambi&eacute;n existen el<b> abono social </b>o <b>solidario</b>, m&aacute;s econ&oacute;mico, que se vende por $ 22,44 (&iexcl;!) y por 88 viajes. Por su parte, el <b>boleto estad&iacute;stico</b> sirve para control de quienes tienen pases. En una &eacute;poca hubo tambi&eacute;n <b>boleto de cambio</b> para reemplazar la falta de monedas, hasta la introducci&oacute;n del cospel.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En Salta se instalaron lectoras de monedas y actualmente se est&aacute; implementando la tarjeta Redbus. En San Salvador de Jujuy se hicieron pruebas con tarjeta magn&eacute;tica y en Santiago del Estero no llegaron a instalarse. En Jujuy, adem&aacute;s, hay abonos, que se venden en talonario.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f73.jpg" width="500" height="375"><br> Fig. 73: Tarjeta magn&eacute;tica sistema Transmag y boleto correspondiente, en etapa experimental (San Salvador de Jujuy, 1994).<br> Abajo, der.: boleto de expendedora, l&iacute;nea 3A (Salta, 2003), que prev&eacute; un recargo por pago sin monedas. Col. AFT. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f74.jpg" width="500" height="389"><br> Fig. 74: Tarjetas magn&eacute;ticas de Resistencia (Chaco), tarifa com&uacute;n y estudiante secundario. 1996. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">Mar del Plata</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En 1993 la comuna aprob&oacute; la tarjeta magn&eacute;tica, cuya operaci&oacute;n fue adjudicada a la firma <b>Boltec</b>, representante de la danesa Scanpoint Technology. A fines de 1994, la empresa <b>25 de Mayo</b> instal&oacute; algunas canceladoras, pero no se usaban.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Durante el per&iacute;odo de prueba y adecuaci&oacute;n, las empresas <b>Micro &Oacute;mnibus La Marplatense</b> y <b>9 de Julio</b> ensayaron en algunos coches un sistema de expendedoras con monedas. <b>Peralta Ramos</b>, por su parte, instal&oacute; m&aacute;quinas TCS duales para tarjetas y monedas. Las otras empresas adoptaron el sistema Boltec directamente, que se generaliz&oacute; a mediados de 1995.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Como en otras ciudades, las idas y vueltas previas fueron dilatando el momento en que los choferes marplatenses vieran aliviada su tarea. Finalmente, cuando los empresarios alentaban otra pr&oacute;rroga, el municipio fij&oacute; como &uacute;ltimo d&iacute;a de corte de boleto el 5 de noviembre de 1995. Al otro d&iacute;a, solo la empresa <b>El Libertador </b>ten&iacute;a la totalidad de la flota equipada con m&aacute;quinas validadoras. Un tercio de los coches de la ciudad estaba en regla, en tanto que otro tercio tuvo que trabajar con guarda y el tercio restante sigui&oacute; contra viento y marea con el sistema tradicional. En esta porci&oacute;n hab&iacute;a cuatro empresas &quot;rebeldes&quot;, que se opon&iacute;an a la utilizaci&oacute;n de la tarjeta (27). Para la administraci&oacute;n empresaria del sistema, las l&iacute;neas se agruparon en la <b>UTE El Libertador</b>.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f75.jpg" width="500" height="421"><br> Fig. 75: Boletos urbanos de Mar del Plata. Izq., arriba: l&iacute;neas 523 y 582 (d&eacute;c. '70); abajo: servicio a estaci&oacute;n Camet l&iacute;nea 542 -la 540 no existe- (1987) y 531 (1993). Der., arriba: Tarjeta recargable (anverso y reverso); abajo: boleto de expendedora autom&aacute;tica, l&iacute;nea 595 (1999). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El uso exclusivo de la tarjeta sigui&oacute; demor&aacute;ndose, tanto as&iacute; que a fines del verano de 1996 muchas unidades aun no ten&iacute;an expendedora. La condici&oacute;n tur&iacute;stica de la ciudad, con un gran incremento de poblaci&oacute;n en verano, alimentaba el argumento de mantener el viejo sistema, principalmente por dos razones: la escasez de bocas de expendio de tarjetas en primer lugar, y adem&aacute;s porque el turista, en su despreocupada informalidad, se resist&iacute;a a comprarlas. En algunas l&iacute;neas se emit&iacute;an boletos con las expendedoras, pero el chofer cobraba en efectivo. Tambi&eacute;n estaba a cargo del conductor la venta y carga de las tarjetas. O sea, m&aacute;s trabajo que antes.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 21 de mayo de 1996 se relanz&oacute; oficialmente el sistema de tarjetas. Todas las unidades deb&iacute;an estar equipadas. Pero los pl&aacute;sticos siguieron carg&aacute;ndose a bordo hasta que, pocos meses despu&eacute;s, se instalaron puestos de expendio y recarga en supermercados, quioscos y otros comercios minoristas. En julio de 1997 la Municipalidad se comprometi&oacute; a conseguir la apertura de 100 nuevas bocas de venta, aunque se lleg&oacute; a unas 60. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La obligatoriedad de poseer tarjeta para obtener el beneficio de estudiante, as&iacute; como otros pases con descuento, cre&oacute; un peque&ntilde;o p&uacute;blico cautivo de la tarjeta, pero no se erradic&oacute; el pago manual. En consecuencia, para incentivar el uso de la tarjeta se elev&oacute; el boleto m&iacute;nimo de 65 a 80 centavos para quienes no la tuvieran cargada al abordar el &oacute;mnibus. As&iacute; y todo, a fines de 2005 se estimaba que el 60% de los usuarios prefer&iacute;a pagar con recargo, pero en efectivo.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El 28 de marzo de 2006, por fin, se termin&oacute; con el pago en efectivo. Se habilitaron m&aacute;s puestos de venta y recarga en puntos neur&aacute;lgicos, y a las 150.000 tarjetas en circulaci&oacute;n se agregaron otras tantas. Desde entonces se puede adquirir la tarjeta precargada con montos fijos, en puestos de venta que no tienen terminales de recarga (28).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Si bien se habl&oacute; de varias ventajas que se obtendr&iacute;an a partir de la tarjeta (combinaciones, abonos, etc.), estos beneficios nunca se implementaron. Por otra parte, las tarjetas sufren fallas t&eacute;cnicas con frecuencia. En estos casos el conductor permite viajar al pasajero, pero anula la tarjeta, con la oprobiosa consecuencia de tener que cambiarla, para lo cual hay &uacute;nicamente dos lugares en toda la ciudad.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Actualmente la &uacute;nica l&iacute;nea que cobra en efectivo es la 221 provincial, que al cumplir un recorrido parcialmente superpuesto con algunas l&iacute;neas urbanas de la ciudad (sobre todo las 511 y 581), provoca el descontento de &eacute;stas, ya que la gente que viaja por la costa prefiere la comodidad de no depender de la tarjeta en la 221 pese a que la tarifa es un poco m&aacute;s cara. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f76.jpg" width="500" height="165"><br> Fig. 76: Otras tarjetas descartables en la provincia de Buenos Aires: Tarjebus, en Bah&iacute;a Blanca, que no tiene problemas de expendio, ya que se consigue en cualquier quiosco (tarifa plana, 1996); TCS (C&iacute;a. La Isle&ntilde;a, l&iacute;nea 276, ca. 2000). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>Rosario <font size="1">(29)</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los &uacute;ltimos guardas de Rosario trabajaron en los trolebuses municipales, hasta que en 1979 este servicio fue privatizado. Posteriormente, como en el resto del pa&iacute;s, permaneci&oacute; el conductor multifunci&oacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Siguiendo una tendencia que se perfilaba a comienzo de los '80, se instalaron molinetes experimentalmente en algunas unidades. A su vez, la empresa <b>Mart&iacute;n Fierro</b>, operadora de los trolebuses, coloc&oacute; modernas canceladoras de pasajes sistema <b>Almex</b>, con tarjetas por uno y seis viajes, sin &eacute;xito.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Pese a los proyectos que se estudiaron en los a&ntilde;os siguientes, hubo que esperar hasta 1990 para que se pensara seriamente en cambiar el tradicional sistema. El 4 de octubre de ese a&ntilde;o se present&oacute; un estudio de factibilidad y el 29 de noviembre se aprob&oacute; la ordenanza que creaba el <b>Sistema Prepago de Admisi&oacute;n, Control e Informaci&oacute;n (SPACI)</b> en el transporte urbano.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Mart&iacute;n Fierro, protagonista otra vez, implement&oacute; en 1992 un sistema de tarjeta magn&eacute;tica para sus l&iacute;neas, alternativamente con el boleto habitual, pero con descuentos para los pasajeros que adquirieran tarjetas. &Eacute;stas, de tecnolog&iacute;a <b>Wayfarer</b>, se ofrec&iacute;an por varios viajes. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Buscando un sistema equiparable para todo el &aacute;mbito urbano, la Municipalidad opt&oacute; por dar un paso atr&aacute;s y prohibi&oacute; a la empresa el uso de tarjeta. No obstante, sigui&oacute; vigente en los servicios interurbanos a Villa Gobernador G&aacute;lvez.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Durante un tiempo se utiliz&oacute; la modalidad de pago con importe exacto. Los coches ten&iacute;an caja de seguridad pero los choferes cobraban y daban vuelto. Despu&eacute;s, en los veh&iacute;culos de Mart&iacute;n Fierro hubo una especie de alcanc&iacute;a donde se depositaban las monedas y el conductor entregaba el boleto.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En un penoso proceso, similar al que hubo en Buenos Aires, la puja de intereses pol&iacute;ticos y empresariales retras&oacute; el cambio de sistema, hasta que se decidi&oacute; a nivel nacional que los choferes no cortaran m&aacute;s boletos. En consecuencia y para salvar la coyuntura, a comienzos de 1994 volvi&oacute; el guarda a los transportes rosarinos,</font> <font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">inclusive en l&iacute;neas interurbanas, como medida de emergencia por 4 meses. El 15 de abril, por medio de una ordenanza, la comuna estableci&oacute; que la decisi&oacute;n del sistema a adoptar recaer&iacute;a en las prestadoras, a la saz&oacute;n divididas en tres grupos empresarios por disidencias internas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Entretanto, seg&uacute;n estimaciones, la inclusi&oacute;n de los guardas disminuy&oacute; la tasa de accidentes en un 70%, aunque tambi&eacute;n trajo aparejado un aumento de tarifa. La puja por mantener los guardas o instalar lectoras de tarjetas continuaba y ante la demora de la automatizaci&oacute;n del sistema de expendio de pasajes, en octubre de 1995 la comuna incorpor&oacute; este auxiliar como personal permanente. En desacuerdo, las empresas retiraron los guardas de los colectivos y la municipalidad reaccion&oacute; con sanciones, llegando a caducar dos permisos. (30, 31)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Promediando 1995, los tres grupos empresarios decidieron adoptar cada uno su propio sistema de tarjeta: AETUP eligi&oacute; <b>Magnebus</b>, de Prodata, CETUP instal&oacute; <b>Multipase</b> (TCS) y Mart&iacute;n Fierro opt&oacute; por <b>Bonob&uacute;s</b>, de la brit&aacute;nica Wayfarer Transit System. Lo desprolijo de este proceso, en cuya discusi&oacute;n el usuario no hab&iacute;a participado, lo dejaba ahora desamparado ante la multiplicidad de opciones: El 25 de noviembre comenz&oacute; oficialmente la etapa experimental, de 90 d&iacute;as, en la que se probar&iacute;an los tres sistemas junto con el boleto de rollo y los guardas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Tras pr&oacute;rrogas y m&aacute;s discusiones, en abril de 1996 la elecci&oacute;n se volc&oacute; a favor de Bonob&uacute;s. El sistema deb&iacute;a estar funcionando a pleno en octubre, pero el plazo se prolong&oacute; y, como suele ocurrir en nuestro pa&iacute;s, la decisi&oacute;n se tom&oacute; como derivaci&oacute;n de una desgracia: la muerte de un chofer durante un asalto. Consecuentemente, desde el 12 de mayo de 1997 la tarjeta pas&oacute; a ser el &uacute;nico medio de pago en Rosario.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La distribuci&oacute;n y venta de tarjetas estuvo a cargo del Correo Argentino y un proveedor mayorista de kioscos. Como en otras ciudades, en d&iacute;as no laborables o en horario nocturno era dif&iacute;cil conseguir donde comprar una tarjeta. Como aliciente, los usuarios participaban en sorteos mensuales, de acuerdo al monto de la tarjeta adquirida, que equival&iacute;a a 2, 6 &oacute; 12 viajes. Como el escaso margen de ganancia desalentaba a los comercios para la venta, se instalaron puestos de venta exclusivos, que fueron reemplazados luego por cabinas del Banco Municipal de Rosario. Tambi&eacute;n se ampli&oacute; la oferta de puntos de venta a centros comerciales, hospitales y oficinas p&uacute;blicas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con cambios tendientes a optimizar el sistema y a evitar fallas, la tarjeta fue mutando hasta su versi&oacute;n actual. Incluso se confeccion&oacute; una interesante serie con im&aacute;genes de distintos medios de transporte de la ciudad a trav&eacute;s del tiempo.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Hoy los veh&iacute;culos operan con dos dispositivos de cobro. Adem&aacute;s de la tarjeta, existe el <b>boleto ocasional</b>, &uacute;til para quienes no tienen tarjeta, porque no viajan habitualmente o no residen en la ciudad. Para esta modalidad los coches tienen expendedoras de importe exacto, que no dan vuelto.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f77.jpg" width="500" height="564"><br> Fig. 77: Arriba: boletos rosarinos de rollo, con la cl&aacute;sica leyenda &quot;Rosario - Cuna de la Bandera&quot;: Expreso Alberdi (l&iacute;nea A, 1984), Mart&iacute;n Fierro (K, M y 301, 1984), Fisherton (303, 1984), T.A.G.A. (120, 1995) y L&iacute;nea E (1996).<br> Centro: boleto de expendedora TCS: Las Delicias (l&iacute;nea 139, 1996), Expreso Serodino (interurbano, frente y dorso, 2002); tarjeta magn&eacute;tica descartable (frente y dorso, 2002).<br> Abajo: boletos de expendedora: Rosario Bus (2002) y ocasional (2003). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>Santa Fe </b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La capital provincial adopt&oacute; el sistema de tarjeta magn&eacute;tica, que se comercializaba por distinta cantidad de viajes para las cuatro variantes del cuadro tarifario: plano (10 y 20 viajes), centro (10), escolar (20) y jubilado (20). El <b>boleto centro</b> es una variante m&aacute;s econ&oacute;mica para el radio c&eacute;ntrico de la ciudad (32). A partir del 8 de enero de 2007, para mayor comodidad de los usuarios, se puso en circulaci&oacute;n una tarjeta universal, con monto fijo ($ 10 &oacute; $ 15), que sirve para cualquiera de las opciones tarifarias. (33)</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="3"><b>Paran&aacute;</b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">A mediados de 1994 la capital entrerriana introduc&iacute;a la tarjeta para todas las empresas. En abril del a&ntilde;o siguiente ya estaba en operaci&oacute;n el &quot;primer sistema integrado de pago con tarjeta magn&eacute;tica&quot;. Hab&iacute;a entonces 190 veh&iacute;culos equipados con canceladoras TCS.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Adem&aacute;s de los 165 puestos de venta, las tarjetas pod&iacute;an adquirirse a bordo de los veh&iacute;culos, hasta que a mediados de 2003 los choferes dejaron de venderlas (34). </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f78.jpg" width="500" height="284"><br> Fig. 78: Canceladora TCS 4000 AD y tarjeta magn&eacute;tica de Paran&aacute;. Microb&uacute;s 1995.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">Mendoza </font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Se adopt&oacute; la tarjeta magn&eacute;tica <b>Mendob&uacute;s</b>, administrada por la Asociaci&oacute;n Unida de Transporte Automotor de Mendoza (AUTAM) desde 1997. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Aparentemente por dificultades en la fiscalizaci&oacute;n, el gobierno provincial decidi&oacute; tomar personalmente la administraci&oacute;n del sistema. La renovaci&oacute;n estuvo a cargo de la firma Siemens, y desde el 1 de enero de 2007 se denomina <b>Redbus</b>. Durante la transici&oacute;n, a fines de 2006, convivieron las m&aacute;quinas verdes de Mendob&uacute;s con las amarillas nuevas de Redbus. El pasajero que sub&iacute;a sin tarjeta pod&iacute;a adquirir a bordo la llamada<b> tarjeta castigo</b>, que inclu&iacute;a recargo en la tarifa. Actualmente Redbus se consigue en diversos puntos de venta, que todav&iacute;a aparecen insuficientes, y se puede recargar en los &oacute;mnibus. Tambi&eacute;n se puede pagar en monedas, con importe exacto, ya que las expendedoras no dan vuelto.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f79.jpg" width="500" height="766"><br> Fig. 79: Tarjeta magn&eacute;tica Mendob&uacute;s (2005), anverso y reverso. Gentileza Guillermo Escart&iacute;n.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">CAPICUAS Y OTROS <i>BERRETINES</i></font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No sabemos cuando empez&oacute; la cosa, pero el boleto capic&uacute;a fue durante d&eacute;cadas una obsesi&oacute;n para buena parte de los pasajeros. Digamos, por si hace falta, que <b>capic&uacute;a</b> es aquel n&uacute;mero de varias cifras que se lee igual al derecho y al rev&eacute;s. </font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Todos hemos guardado alguna vez alg&uacute;n un boleto capic&uacute;a, tal vez porque el dicho popular sentencia que &quot;trae suerte&quot;. Pero los coleccionistas de capic&uacute;as entran en la misma clasificaci&oacute;n que quienes atesoran estampillas, autitos a escala o pinturas del Renacimiento (todo depende del bolsillo). En el C&iacute;rculo Coleccionistas Capic&uacute;as (CCC), no obstante, la pasi&oacute;n tiene sus c&oacute;digos: No est&aacute; bien visto vender boletos, aunque s&iacute; intercambiarlos cual figuritas.<br> <br> </font><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En una nota period&iacute;stica de veinte a&ntilde;os atr&aacute;s (35), Armando Vera, presidente por entonces de los apasionados coleccionistas, comentaba que luego de pasar cuatro d&eacute;cadas juntando capic&uacute;as decidi&oacute; publicar un aviso en el diario para poder completar su colecci&oacute;n. As&iacute; se institucionaliz&oacute; la cosa, y en dos a&ntilde;os pudo concluirla.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f80.jpg" width="500" height="209"><br> Fig. 80: Boletos capic&uacute;as. Izq.: Los &uacute;nicos dos n&uacute;meros correlativos, que se dan al final de la serie (l&iacute;nea 51, Rosario, 1950; 25 x 45 mm. Col. SRD). A continuaci&oacute;n: C&iacute;a. Buenos Aires de &Oacute;mnibus (d&eacute;c. 1930, col. SRD); l&iacute;neas 39 y 92 (Bs. As., d&eacute;c. 1970), l&iacute;neas 110 y 45 (Bs. As., d&eacute;c. 1980), l&iacute;nea 551 (Mar del Plata, d&eacute;c. 1980) y COTAP (C&oacute;rdoba, d&eacute;c. 1980). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">La pasi&oacute;n del coleccionista, la adrenalina, se manifiesta m&aacute;s en la b&uacute;squeda que en la conclusi&oacute;n. En el caso de los capic&uacute;as, es dif&iacute;cil pero no imposible alcanzar la meta. Los n&uacute;meros en los boletos de rollo han sido siempre de cinco cifras, salvo excepciones extraordinarias, como la <b>Empresa Municipal Mixta de Transportes de Rosario</b>, en la que eran de seis. La serie completa es de 100.000 n&uacute;meros, donde entran 1.003 capic&uacute;as.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">&iquest;Qu&eacute; hace entonces el coleccionista si se enfrenta al vac&iacute;o de la tarea terminada? Muchos empiezan a recolectar los &quot;qu&eacute; l&aacute;stima&quot;, o sea los n&uacute;meros que no son capic&uacute;as por uno, ya sea el anterior o el siguiente. Un ejemplo: para el capic&uacute;a 03930, corresponden los &quot;qu&eacute; l&aacute;stima&quot; 03929 y 03931. Y all&iacute; se hace m&aacute;s dif&iacute;cil. Otras colecciones aprobadas por el C&iacute;rculo son las escaleras (12345), p&oacute;quer (00007, 22223), reversibles (06090) y el Pi (31416).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Cuando llegaron los as&eacute;pticos boletos de las expendedoras autom&aacute;ticas, conseguir un capic&uacute;a se convirti&oacute; en una tarea casi imposible. Aunque al principio algunas m&aacute;quinas imprim&iacute;an boletos de 5 cifras, la mayor&iacute;a de los nuevos papelitos elevaban la cantidad de d&iacute;gitos, entre 6 y 8.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f81.jpg" width="500" height="120"><br> Fig. 81: Capic&uacute;as de expendedora: l&iacute;neas 109 (1994) y 5 (1998). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Por generaciones, mucha gente ha juntado boletos alimentando un aparente mito urbano: si se consegu&iacute;a reunir un mill&oacute;n, pod&iacute;an canjearse por una silla de ruedas, que se donar&iacute;a a un hospital o instituci&oacute;n de salud. Tama&ntilde;a tarea quedaba a cargo de toda la familia. En las aulas de los colegios hab&iacute;a cajas para juntar los papelitos y uno andaba mirando el piso y buscando por todos lados para conseguirlos. Pero &iquest;qui&eacute;n era el samaritano que convertir&iacute;a esos esfuerzos en una buena acci&oacute;n?</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No es f&aacute;cil dar testimonios de tales prodigios, como tampoco es tarea menuda reunir esa cantidad de boletos. Hemos encontrado una sola constancia sobre qui&eacute;n se hac&iacute;a cargo del costo de la famosa silla. Eduardo Edser Wheeler escribi&oacute; al diario Clar&iacute;n en 1984, en respuesta a una carta de lectores del 2 de mayo. Adjuntaba dos recortes del diario La Capital de Rosario (4 y 15 de setiembre de 1981) donde se consigna el canje de dos sillas de ruedas, a cargo de la Secretar&iacute;a de Promoci&oacute;n Social de la Municipalidad de Rosario (36).</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En sus ficciones urbanas, Alejandro Dolina se ha ocupado de los boletos (37):</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><i>&quot;Los colectiveros de Flores dicen que entre los miles de boletos que venden hay uno -solo uno- cuya cifra expresa el misterio del Universo. Quien conozca esa cifra, ser&iacute;a sabio.</i></font></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No se sabe si el boleto ha sido vendido ya o si permanece todav&iacute;a oculto en las herm&eacute;ticas m&aacute;quinas que usan para despacharlos.</font></i></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Es posible que en este momento alg&uacute;n pasajero ya conozca el secreto del Cosmos. Tambi&eacute;n puede haber ocurrido que la persona favorecida haya tirado el boleto sin consultar la cifra, o que la haya visto sin saber interpretarla.&quot;</font></i></p> <p><i><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">(&#133;) En general, puede afirmarse que todos los boletos influyen de alg&uacute;n modo en nuestra vida. Los inspectores son -ante todo- funcionarios del destino que impiden gambetear a la suerte.&quot;</font></i></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Al dorso de los boletos se informaba: &quot;El pasajero est&aacute; asegurado&quot;. Ciertamente el boleto es, ante un accidente, el comprobante con el cual el usuario debe reclamar. Pues bien, &iquest;qu&eacute; hace el pasajero con su p&oacute;liza de seguro? Hay quienes lo pliegan cuidadosamente en forma de acorde&oacute;n y lo pasan bajo la alianza, otros lo olvidan sujeto en el respaldo del asiento de adelante del que ocupan. Algunos boletos se han perdido en la cartera de la dama o el bolsillo del caballero y, en estos casos, se han documentado b&uacute;squedas infructuosas ante la paciencia del ocasional inspector.<br> <br> En otros tiempos, sobre todo entre los adolescentes, se usaba sumar los n&uacute;meros del boleto obtenido. El resultado generalmente ten&iacute;a correspondencia con una letra del abecedario y la esperanza era encontrar en esa letra la inicial del nombre de alg&uacute;n amor existente o posible.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f82.jpg" width="500" height="485"><br> Fig. 82: Algunos boletos singulares constituyen hoy ejemplares de colecci&oacute;n, como el expedido conmemorando el 46&ordm; aniversario de la l&iacute;nea 60 (arriba izq., 17 de octubre de 1977, col. SRD) o el de exclusivo dise&ntilde;o a lunares para la l&iacute;nea 19, actual 161 (ca. d&eacute;cada de 1950). A continuaci&oacute;n, boletos de mutuales con servicios de transporte para sus afiliados: &quot;bono contribuci&oacute;n&quot; Mutual Santa Marta (Lomas de Zamora, 1982) y El Colmenar (Moreno, ca. 2003) con las secciones marcadas con letras y promocionando la farmacia mutual al dorso (col. AFT). Abajo, servicio rural de la desaparecida l&iacute;nea 288, entre las estaciones Moreno y Marcos Paz (d&eacute;c. de 1980), col. SRD; boletos de multa (l&iacute;nea 107), adicionales (l&iacute;neas 142 y 92) y pase de secci&oacute;n (l&iacute;nea 15) d&eacute;c. 1980, col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En determinadas circunstancias se han utilizado boletos fuera de circulaci&oacute;n. Ya se mencion&oacute; lo ocurrido durante la emergencia creada por el boleto de canje, pero existe un antecedente mucho tiempo atr&aacute;s. Las empresas tranviarias Anglo Argentina y Lacroze fijaron aumentos de tarifa, de 10 a 12 centavos, para los gastos demandados por la construcci&oacute;n de sus respectivas l&iacute;neas subterr&aacute;neas. Estos aumentos fueron desaprobados y hubo que volver atr&aacute;s. Sin embargo, durante la d&eacute;cada de 1930 las l&iacute;neas del Lacroze con domicilio en estaci&oacute;n Castro Barros los usaban, aunque cobrando el importe correcto (38). M&aacute;s cerca en el tiempo, durante los procesos de fuerte inflaci&oacute;n vividos en el pa&iacute;s, los boletos aparec&iacute;an con valores anteriores a la tarifa en vigencia, hasta que se agotaba el stock.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Tambi&eacute;n se dan casos de l&iacute;neas que expenden boletos correspondientes a otras empresas. A&ntilde;os atr&aacute;s, el autor de este informe descubri&oacute; con sorpresa que en un recorrido comunal de Almirante Brown se vend&iacute;an boletos de una l&iacute;nea de Misiones.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">En servicios privados, especiales o recreativos, se utiliza mayormente el boleto de talonario, de diversos formatos.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f83.jpg" width="500" height="285"><br> Fig. 83: Boleto conmemorativo de la inauguraci&oacute;n del primer coche de la Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 11/1980 (101 x 54 mm). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f84.jpg" width="500" height="191"><br> Fig. 84: Los servicios charter, seg&uacute;n su regularidad, van desde el cobro directo sin ning&uacute;n tipo de boleto hasta la utilizaci&oacute;n de talonarios correctamente impresos.<br> Izq.: Boleto del sindicato SMATA, charter ocasional, impreso en cartulina (50 x 28 mm), d&eacute;cada de 1990. Der.: Boleto de Minib&uacute;s Ezeiza, charter oficial (86 x 49 mm), 2001. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Algunas empresas utilizaron y a&uacute;n utilizan boletos de distintos formatos para trayectos similares, seg&uacute;n se vendan en boleter&iacute;as o a bordo de las unidades.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f85.jpg" width="500" height="363"><br> Fig. 85: Boletos de la l&iacute;nea 212 El R&aacute;pido del Sud, de talonario (1975) y de rollo (1991), ambos vendidos a bordo.<br> Boletos de la l&iacute;nea 233 vendidos en boleter&iacute;a: de talonario (Costamar, 1982) y de impresora en papel continuo (El R&aacute;pido del Sud, 2002). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f86.jpg" width="500" height="209"><br> Fig. 86: Cuatro boletos distintos para la misma l&iacute;nea. R&iacute;o de la Plata utiliz&oacute; boletos tipo ticket, de rollo (anchos y angostos) y de talonario, para sus servicios entre Buenos Aires y La Plata, seg&uacute;n se adquirieran en boleter&iacute;a o a bordo (1986 - 1990). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">El dise&ntilde;o del boleto tradicional sirvi&oacute; como inspiraci&oacute;n para diversas piezas impresas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f87.jpg" width="500" height="654"><br> Fig. 87: Invitaci&oacute;n para cumplea&ntilde;os infantiles con dise&ntilde;o de boleto de colectivo. 45 x 120 mm (1985). Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f88.jpg" width="500" height="214"><br> Fig. 88: Detalle de tarjeta de salutaci&oacute;n dise&ntilde;ada por el arquitecto Roberto Milesi para las fiestas, que juega con el n&uacute;mero capic&uacute;a del nuevo a&ntilde;o 2002 como factor de suerte. Col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f89.jpg" width="500" height="712"><br> Fig. 89: Aviso publicado en programas de teatro del Paseo La Plaza, 2006.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f90.jpg" width="500" height="526"><br> Fig. 90: Invitaci&oacute;n al acto recordatorio del 30&ordm; aniversario de la &quot;Noche de los L&aacute;pices&quot;. Durante esa jornada, estudiantes secundarios de La Plata, que militaban para conseguir el boleto estudiantil, fueron secuestrados por la dictadura militar. P&aacute;gina 12, 15/9/2006.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Con la llegada de las m&aacute;quinas lectoras de monedas, el universo de los boletos coloridos qued&oacute; marginado fuera de la General Paz, con la honrosa excepci&oacute;n de los emitidos en los coches hist&oacute;ricos de la <b>Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a (AAT). </b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><img src="07_junio/f91.jpg" width="500" height="314"><br> Fig. 91: Izq.: Boleto de socio de la AAT (1983). Der: Boleto de la Agrupaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a Marplatense, que operaba un servicio de similares caracter&iacute;sticas (1999); col. AFT.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">Los chicos porte&ntilde;os (y de varias otras ciudades) ya no jugar&aacute;n, ordenando las sillas, para armar un improvisado colectivo en medio del comedor. Ya no desaparecer&aacute;n de su lugar la tapa de la olla y el plumero, convincentemente transformados en volante y palanca de cambios. Y sobre todo, mam&aacute; ya no encontrar&aacute; en el especiero, convertido a la saz&oacute;n en boletera, los papelitos multicolores cuidadosamente alisados para &quot;vend&eacute;rselos&quot; a todos los integrantes de la familia.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">No obstante, por mucho tiempo seguir&aacute;n fabric&aacute;ndose boletos tradicionales para l&iacute;neas del interior del pa&iacute;s y, por supuesto, para calesitas.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="3">ANIBAL TRASMONTE<br> Abril 2007</font></b></font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b>GLOSARIO:</b><br> <b>Arbolito</b>: T&eacute;rmino acu&ntilde;ado durante la &eacute;poca de la fiebre del d&oacute;lar. Persona que ofrece cambio de moneda fuera del circuito oficial.<br> <b>Avivada</b>: Acci&oacute;n y efecto de avivarse. Sacar ventaja. Aprovecharse indebidamente de una situaci&oacute;n en beneficio propio.<br> <b>Batidor</b>: Delator. En el hampa, informante de la polic&iacute;a.<br> <b>Berret&iacute;n</b>: Capricho. Deseo vehemente, obsesi&oacute;n. Ilusi&oacute;n.<br> <b> Bondi</b>: Derivaci&oacute;n de <i>bond</i>, bonos del tranv&iacute;a en Rio de Janeiro, y por extensi&oacute;n el veh&iacute;culo, que popularmente pas&oacute; a ser bonde (pronunciado bonyi). En Buenos Aires, tranv&iacute;a. Actualmente se aplica al &oacute;mnibus urbano.<br> <b>Burrero</b>: Aficionado a las apuestas en las carreras de caballos.<br> <b>Calesita</b>: Carrusel, tiovivo.<br> <b>Canchero</b>: Diestro, h&aacute;bil; experimentado y ducho en determinada actividad.<br> <b>Colado</b>: El que se escabulle para pasar sin pagar.<br> <b>Compadre</b>: Altanero, presumido y jactancioso.<br> <b>Lunfa</b>: Ap&oacute;cope de lunfardo. Jerga originada en el ambiente del hampa, en la Buenos Aires de fines del siglo XIX, luego extendida por el &aacute;rea rioplatense.<br> <b> Pozo</b>: (Jerga colectivera) Hueco de la caja de los escalones, que forma un espacio c&uacute;bico cuando la puerta plegadiza est&aacute; cerrada, en el que sol&iacute;a ubicarse un amigo del conductor, que con un pie en el escal&oacute;n y el brazo apoyado sobre el respaldo del asiento del colectivero, charlaba o elogiaba a las pasajeras meritorias. Este espacio desapareci&oacute; con las unidades frontales. <br> <b>Punga</b>: Ap&oacute;cope de <i>punguista</i>. Carterista. Ladr&oacute;n que aprovecha las aglomeraciones para robar billeteras con destreza, sin ser notado. Trabaja habitualmente en los medios de transporte.<br> <b>Requemada</b>: Muy quemada. Quemado tiene varias acepciones. En este caso, al decir de los punguistas, es una l&iacute;nea donde ya no se puede trabajar, por muy conocida o muy vigilada.<br> <b>Retac&oacute;n</b>: Persona de baja estatura.<br> <b>Rope</b>: Perro al &quot;vesre&quot;, forma popular de hablar cambiando el orden de las s&iacute;labas de las palabras.<br> <b>Subte</b>: Metro urbano en Buenos Aires. <br> <b>Viejo G&oacute;mez</b>: Del tango &quot;D&oacute;nde hay un mango&quot;, (Ivo Pelay y Francisco Canaro,1933), cuyo estribillo pregunta &quot;&iquest;D&oacute;nde hay un mango, viejo G&oacute;mez?&quot;, en alusi&oacute;n a la crisis econ&oacute;mica.</font></p> <p><font face="Arial, Helvetica, sans-serif" size="2"><b><font size="1" face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif">NOTAS</font></b><font size="1" face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif">:<br> 1. La P&aacute;gina del Ayer. Sergio Ruiz D&iacute;az. El Auto Colectivo 506. C&aacute;mara Empresaria del Autotransporte de Pasajeros (CEAP), 3/1994.<br> 2. Bolet&iacute;n de la AAT 111. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 2/1986.<br> 3. L&iacute;nea 9. Carlos de la P&uacute;a.<br> 4. La Naci&oacute;n, 22/7/1902.<br> 5. La P&aacute;gina del Ayer. Sergio Ruiz D&iacute;az. El Auto Colectivo 507. CEAP, 5/1994.<br> 6. Primera rese&ntilde;a hist&oacute;rica del transporte de personas por automotor. Fasc&iacute;culo 1. Sergio Ruiz D&iacute;az, An&iacute;bal Trasmonte y Alejandro Scartaccini. El Auto Colectivo (CEAP) Supl. Ed. 502, 7/1993.<br> 7. Bolet&iacute;n de la AAT 29. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 4/1979.<br> 8. Bolet&iacute;n de la AAT 89. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 4/1984.<br> 9. Bolet&iacute;n de la AAT 33. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 8/1979.<br> 10. Bolet&iacute;n de la AAT 108. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 11/1985.<br> 11. Bolet&iacute;n de la AAT 125. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 4/1987.<br> 12. Manual del Inspector - Explotaci&oacute;n Micro&oacute;mnibus. Corporaci&oacute;n de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, 1944.<br> 13. Bolet&iacute;n de la AAT 109. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 12/1985.<br> 14. Bolet&iacute;n de la AAT 112. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 3/1986.<br> 15. Primera rese&ntilde;a hist&oacute;rica del transporte de personas por automotor. Fasc&iacute;culo 2. Sergio Ruiz D&iacute;az, An&iacute;bal Trasmonte y Alejandro Scartaccini. El Auto Colectivo (CEAP) Supl. Ed. 503, 9/1993.<br> 16. Clar&iacute;n 12/9/1980.<br> 17. Bolet&iacute;n de la AAT 30. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 5/1979.<br> 18. Naci&oacute; el boleto culto. Frases que nos hacen pensar. Carlos Ach&aacute;val; Flash, 15/4/1993. <br> 19. La Naci&oacute;n, 6/9/1981.<br> 20. El Auto Colectivo 482. CEAP, 6/1988<br> 21. Microb&uacute;s 11, 1988.<br> 22. El Auto Colectivo 493. CEAP, 1/1992.<br> 23. El Auto Colectivo 494. CEAP, 3/1992.<br> 24. El Auto Colectivo 509. CEAP, 9/1994. <br> 25. Clar&iacute;n 9/10/1994.<br> 26. El Publicitario 70, 25/4/1996.<br> 27. La Capital; Mar del Plata, 7/11/1995.<br> 28. La Capital; Mar del Plata 28/3/2006.<br> 29. Sistema prepago de pasajes en le transporte urbano de pasajeros de Rosario. Adri&aacute;n Y&oacute;dice, en Buses Rosarinos, 2000. http://www.busesrosarinos.freeservers.com/prepago/sistprepago.htm<br> 30. La Capital; Rosario, 13/10/1995.<br> 31. La Capital; Rosario, 15 y 16/10/1995. <br> 32. www.colectivossantafe.com.ar<br> 33. El Litoral. Santa Fe, 13/1/2007.<br> 34. Diario Uno; Paran&aacute;, 15/3/2003.<br> 35. La Naci&oacute;n 18/6/1986.<br> 36. Clar&iacute;n. Cartas al pa&iacute;s, 19/5/1984.<br> 37. Los narradores de historias - Historia de los boletos embrujados. Cr&oacute;nicas del &Aacute;ngel Gris. Alejandro Dolina; Ed. de la Urraca, Bs. As. 1988.<br> 38. 9 puntos 2. Asociaci&oacute;n Amigos del Tranv&iacute;a, 4/1994.</font></font></p> <p><font face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><b>OTRAS FUENTES:</b><br> Diarios de Buenos Aires: Clar&iacute;n 12/9/1980, 3/6/1988, 19/7/1988, 20/7/1988, 21/7/1988, 24/7/1988, 27/7/1988, 2/8/1988, 28/8/1988, 15/9/1988, 12/11/1988, 5/10/1989, 1/11/1990, 20/11/1990, 17/12/1990, 8/1/1992, 17/6/1992, 26/6/1992, 30/6/1992, 3/7/1992, 27/7/1992, 14/9/1992, 23/9/1992, 29/9/1992, 21/10/1992, 22/10/1992, 23/10/1992, 18/12/1992, 24/12/1992, 1/10/1993, 15/12/1993, 2/5/1994, 5/5/1994, 1/6/1994, 28/7/1994, 6/8/1996, 15/9/1994, 18/9/1994, 9/10/1994, 21/10/1994, 10/11/1994, 20/11/1994, 30/11/1994, 27/4/1996, 27/9/1996, 9/12/1998, 17/6/2001, 16/5/2002; Cr&oacute;nica 17/7/1993, 18/10/1998; El Cronista 16/6/1992, 27/7/1992, 25/9/1992, 14/7/1993; Extra 5&ordf; 26/10/1990; La Naci&oacute;n 6/9/1981, 10/1/1989, 29/9/1992, 22/10/1992, 9/11/1994, 25/1/1996, 22/1/1998, 17/10/1998; La Prensa 9/8/1982, 3/5/1991, 28/6/1992, 30/6/1992, 4/8/1992, 13/2/1993, 20/2/1993, 1/10/1993, 23/10/1992, 30/4/1994; 2/5/1994, 4/5/1994, 2/9/1994, 17/7/1996, 17/5/1995, 23/7/1996, 4/10/1996; La Raz&oacute;n 26/3/2002, 4/2/2004; Metro 15/6/2001; P&aacute;gina 12 9/6/1988, 28/4/1992, 22/7/1992, 31/7/1992, 21/6/2001; Publimetro 13/3/2001, 17/9/2001, 10/12/2001; Sur 27 y 28/10/1990, 17/11/1990.<br> De Par en Par. Peri&oacute;dico barrial de Floresta 30, 8/1993; 39, 5/1994.<br> Democracia 1/11/1992.<br> Diccionario del habla de los argentinos. Academia Argentina de Letras; Espasa, Bs. As., 2003.<br> Jergas del habla hispana. http://www.jergasdehablahispana.org/<br> El Auto Colectivo (CEAP): 479, 8/1987; 483, 8/1988; 487, 11/1990; 490, 7/1991; 495, 5/1992;<br> 496, 7/1992; 497, 9/1992; 500, 3/1993; 502, 7/1993; 503, 9/1993; 509, 9/1994; 546, 6/2006.<br> El Libro de los colectivos. La Marca Editora, Colecci&oacute;n Registro Gr&aacute;fico; Bs. As. 2005.<br> Elogio del capic&uacute;a. Jorge El&iacute;as. La Naci&oacute;n 13/10/1994.<br> Microb&uacute;s Empresario 24, 4/1995.<br> Rutas y Transportes. Supl. La Raz&oacute;n, 21/9/1995, 8/11/1995.<br> Un Mill&oacute;n de boletos. Ana Mar&iacute;a Shua. Clar&iacute;n 23/7/2000.</font></p> <p><font face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><i>Los informes sobre modalidades de cobro en el interior se han completado gracias a los aportes de</i> Rub&eacute;n Espa&ntilde;&oacute;n (Mar del Plata), Conrado Insaurralde (Rosario), Marcos Solares (Rosario), Roberto Tomasiello (Mendoza), Gustavo Vorano (Mar del Plata), Carlos Wallberg (Tucum&aacute;n), Javier Wamba (C&oacute;rdoba) y Adri&aacute;n Y&oacute;dice (Rosario).<br> <i>Tambi&eacute;n colaboraron con sus testimonios, desde el Foro Autob&uacute;s</i>, H&eacute;ctor Aguirre, Luis Boh&eacute;, Fernando C&oacute;ccaro, Gabriel del Balle, Daniel Delahanty, Claudio Gazzera, Gabriel Maluende, Nicol&aacute;s Maza, Pablo Noya, Julio Peluffo, Diego Rivera y Ricardo Roselli; y Jorge Luis Guevara, de la Empresa Provincial de Transportes de Mendoza (EPTM).</font></p> <p><font face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif" size="1">Para informaci&oacute;n sobre boletos ferroviarios puede consultarse la web de la Asociaci&oacute;n de Boletos Tipo Edmondson: http://hobbiesfa.com.ar/clubes/abte.htm</font></p> <p><font face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif" size="1"><b>CREDITOS DE IM&Aacute;GENES:</b><br> AGN: Archivo General de la Naci&oacute;n.<br> Colecciones: Carlos Ach&aacute;val (CA), Sergio Ruiz D&iacute;az (SRD), Alfredo Spinelli (AS), An&iacute;bal Trasmonte (AFT).</font></p> <table width="100%" border="0" cellspacing="0" cellpadding="0"> <tr> <td bgcolor="#CCCCCC" height="46"> <div align="center"></div> <p align="center"><font face="Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif" color="#333333"><b><font size="1">BusARG.com.ar - Primer Museo Virtual del Transporte Argentino ] Buenos Aires, Argentina <br> <a href="http://www.busarg.com.ar"><font color="#000000">http://www.busARG.com.ar</font> </a> [<a href="mailto:info@busarg.com.ar"><font color="#000000"> info@busarg.com.ar</font></a></font></b></font></p></td> </tr> <tr> <td bgcolor="#666666" height="5"><img src=misce/transp.gif width=300 height=5 align=top></td> </tr> </table> </div> <table width="100%" border="0" cellspacing="0" cellpadding="0"> <tr> <td height="2" width="1%"><img src=misce/transp.gif width=10 height=15 align=top></td> <td width="99%" height="2"> <div align="left"></div> <p align="left"><font size="1" face="Arial, Helvetica, sans-serif"><b>&copy; Copyright 2006, SoloBUS.ar // Division WEB. Todos los derechos reservados.<br> Division: Soluciones en Dise&ntilde;o Web<br> Web:<a href="http://www.solobus.com.ar"><font color="#000000"> http://www.solobus.com.ar</font></a> - E-mail:<a href="mailto:info@solobus.com.ar"><font color="#000000"> info@solobus.com.ar</font></a></b></font></p> </td> </tr> </table> </div> <P class=box>&nbsp;</P> </BODY></HTML>

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