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Cristóbal Colón. Biografía

<!doctype html> <html lang="es"> <head> <title>Crist&oacute;bal Col&oacute;n. Biograf&iacute;a</title> <link rel="canonical" href="https://www.biografiasyvidas.com/monografia/colon/" /> <meta http-equiv="Content-Type" content="text/html; charset=iso-8859-1"> <link rel="stylesheet" href="/estilos/styles.css" media="all"/> <meta name="viewport" content="user-scalable=no, width=device-width, initial-scale=1"> </head> <body> <div id="header"> <div class="container"> <div class="logo"> <a href="/"><img src="/images/logo.png" alt="Biografias y Vidas"/></a> </div> <div class="search"> <form method="get" action="/cgi-bin/search/search.pl"> <input type="hidden" name="Realm" value="body"/> <input type="hidden" name="Match" value="1"/> <div class="input-group"> <input type="text" id="fdse_Terms" placeholder="Buscar personaje..." name="Terms" class="form-control"/> <span class="input-group-btn"> <button type="submit" id="search_button" class="btn"><span class="icon-search"></span></button> </span> </div> </form> </div> </div> <hr/> </div> <div class="content"> <div class="container"> <div id="menu"> <ul> <li> <a href="/"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-home"></span></div> <span class="link">Inicio</span> <span class="desc">Portada de la <br/>Enciclopedia</span> </a> </li> <li> <a href="/monografias.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-book"></span></div> <span class="link">Monograf韆s</span> <span class="desc">Las figuras clave <br/>de la historia</span> </a> </li> <li> <a href="/reportajes.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-video-camera"></span></div> <span class="link">Reportajes</span> <span class="desc">Los protagonistas <br/>de la actualidad</span> </a> </li> <li> <a href="/buscador.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-search"></span></div> <span class="link">Buscador</span> <span class="desc">Encuentra r醦ido la <br/>biograf韆 que buscas</span> </a> </li> <li><a href="/subscribirse/"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-envelope"></span></div> <span class="link">Novedades</span> <span class="desc">Suscr韇ete a <br/>nuestro bolet韓</span></a> </li> <li> <a href="/indices.htm"> <div class="menu-icon"><span class="icon icon-group"></span></div> <span class="link">蚽dices</span> <span class="desc">Los personajes por <br/>orden alfab閠ico</span> </a> </li> </ul> </div> <div id="main"> <div class="article"> <h1><img src="fotos/colon.jpg" width="50" height="50"> Crist&oacute;bal Col&oacute;n</h1> <ul class="tabs"> <li class="active">Biograf韆</li> <li><a href="cronologia.htm">Cronolog韆</a></li> <li><a href="descubrimiento.htm">El descubrimiento de Am閞ica</a></li> <li><a href="fotos.htm">Fotos</a></li> <li><a href="videos.htm">V韉eos</a></li> </ul> <p>Pocas figuras hist&oacute;ricas han sido tan controvertidas y ofrecido tantos rasgos ambiguos como la del navegante que llamamos Crist&oacute;bal Col&oacute;n, pese a que no naci&oacute; con ese nombre. Es reconocido como &laquo;el descubridor de Am&eacute;rica&raquo;, aunque &eacute;l nunca lo supo y, desde un punto de vista estricto, no lo haya sido cabalmente. Su verdadera identidad, su lugar de nacimiento, su origen nobiliario o plebeyo, sus estudios o ignorancias, sus aventuras de juventud, sus ambiciones o mezquindades y sus conocimientos ciertos o delirios afortunados se han prestado a numerosas disquisiciones y debates entre bi&oacute;grafos e historiadores.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/colon_cristobal_420b.jpg" width="420" height="342"><br> Crist&oacute;bal Col&oacute;n (retrato de Rafael Tejedo, 1828) </p> <p>En lo que hace a su persona, los trabajos reunidos en la <em>Raccolta Colombiana</em> (Italia, 1892-1896), el <em>Documento Aseretto</em> (hallado unos a&ntilde;os despu&eacute;s), las investigaciones de los eruditos espa&ntilde;oles Mu&ntilde;oz y Fern&aacute;ndez Navarrete y el m&aacute;s reciente <em>Diplomatorio Colombino</em> dan cuenta, definitivamente, de su origen genov&eacute;s y humilde, y permiten reconstruir sin mayores dudas ni lagunas los avatares de su agitada e intensa biograf&iacute;a.</p> <p>Respecto a la importancia de su haza&ntilde;a cabe se&ntilde;alar que fue sorprendente en lo geogr&aacute;fico y oportuna en lo pol&iacute;tico, pero no tan novedosa en lo cient&iacute;fico como se suele afirmar. La ciencia de fines del siglo XV ya aceptaba que la Tierra era un globo esf&eacute;rico, sab&iacute;a que te&oacute;ricamente se pod&iacute;a llegar a las ant&iacute;podas navegando hacia el oeste, conoc&iacute;a la existencia de islas y tierras septentrionales exploradas por vikingos y daneses, y supon&iacute;a que quien intentara arribar a las Indias por el poniente pod&iacute;a tropezar en su camino con alguna &laquo;terra inc&oacute;gnita&raquo;. </p> <style type="text/css"> .sup_movil { display: block; width: 300px; height: 250px; margin: 0px auto;} @media(max-width: 767px) { .sup_movil { width: 300px; height: 250px; margin: 0px auto;} } @media(min-width: 768px) { .sup_movil { display: none; } } </style> <ins class="adsbygoogle sup_movil" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="9164080333"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> <p>Desde la Edad Media exist&iacute;an especulaciones y leyendas sobre los l&iacute;mites del Mar Tenebroso. El irland&eacute;s San Brand&aacute;n habl&oacute; ya de un gran continente y de &laquo;una inmensa isla con siete ciudades&raquo;, e historias parecidas se registran en las tradiciones ga&eacute;licas, celtas e islandesas, mientras que los &aacute;rabes peninsulares mencionan la expedici&oacute;n de los magrurinos, que zarparon de Lisboa y &laquo;despu&eacute;s de navegar once d&iacute;as en direcci&oacute;n al oeste y veinticuatro d&iacute;as hacia el sur&raquo; llegaron a unas tierras donde pastaban ovejas de carne amarga. </p> <p>Ya en siglo XIV, el veneciano Niccol&ograve; Zeno dibuj&oacute; un mapa en el que se defin&iacute;an claramente Groenlandia y las costas de Terranova y Nueva Escocia. Y unos a&ntilde;os antes el cardenal Pierre d'Ailly, en su obra <em>Imago Mundi</em>, desarroll&oacute; con toda amplitud la idea de llegar a los dominios del Gran Kan (descritos por <a href="../marco_polo/">Marco Polo</a>) tras una traves&iacute;a relativamente breve hacia el oeste. El propio Col&oacute;n estaba absolutamente convencido de que hallar&iacute;a tierra firme &laquo;unas setecientas leguas m&aacute;s all&aacute; de las Canarias&raquo;. </p> <p class="piefotos"><img src="fotos/colon_cristobal_420a.jpg" width="420" height="353"><br> Crist&oacute;bal Col&oacute;n (supuesto retrato de Sebastiano del Piombo, 1519) </p> <p>El proyecto no era nuevo; en realidad, era incluso popular entre cart&oacute;grafos y navegantes como posible alternativa a la larga ruta de las especias. Tanto, que uno de los mayores temores de Col&oacute;n era que otro se le adelantara en cruzar el Atl&aacute;ntico. Pero lo que ni &eacute;l ni los sabios o los marinos de ese tiempo pod&iacute;an imaginar era la inmensa extensi&oacute;n de la &laquo;terra inc&oacute;gnita&raquo;, ni la inesperada vastedad del Pac&iacute;fico. &Eacute;se fue el verdadero descubrimiento cient&iacute;fico que se inici&oacute; aquel d&iacute;a de 1492: no s&oacute;lo apareci&oacute; un &laquo;Nuevo Mundo&raquo;, sino que el antiguo globo terr&aacute;queo se expandi&oacute; a casi el doble del tama&ntilde;o que se le supon&iacute;a.</p> <p><strong>Un joven aventurero </strong></p> <p>El estudio comparado de diversas documentaciones permite asegurar que el futuro navegante naci&oacute; en G&eacute;nova y que tal hecho debi&oacute; de ocurrir entre el 25 de agosto y el 31 de octubre del a&ntilde;o 1451. Se le dio el nombre de Crist&oacute;foro, y fue el primer hijo del matrimonio formado unos cinco a&ntilde;os antes por Dom&eacute;nico Colombo y Susana Fontanarossa. La familia estaba asentada en la Liguria desde por lo menos un siglo atr&aacute;s, aunque sus miembros siempre fueron campesinos o artesanos sin medios de fortuna. El propio Dom&eacute;nico parece haberse trasladado desde Quinto a G&eacute;nova alrededor de 1429 para aprender el oficio de tejedor. Los Colombo tuvieron otros tres hijos y una hija, Bianchinetta. Dos de estos hermanos Colombo habr&iacute;an de jugar un papel preponderante y continuo en las aventuras y desventuras del primog&eacute;nito: Bartolom&eacute; y Giacomo. Al segundo de ellos se le llamar&iacute;a Diego en Espa&ntilde;a.</p> <p>Apenas ten&iacute;a Crist&oacute;foro edad suficiente cuando ayudaba ya a su padre en sus sucesivos trabajos como quesero y tabernero, o lo acompa&ntilde;aba en viajes de negocios a Quinto o Savona. Era un chico despierto e inquieto, pero no consta que hubiera seguido ning&uacute;n tipo de estudios. Lo que verdaderamente le atra&iacute;a era el puerto, los relatos de marineros, las naves que llegaban de tierras lejanas. G&eacute;nova era un importante centro del comercio mar&iacute;timo y no le costaba mucho al joven Colombo enrolarse en los barcos de las grandes compa&ntilde;&iacute;as navieras de la ciudad, que realizaban diversos itinerarios mercantiles por el Mediterr&aacute;neo. As&iacute; aprendi&oacute;, en la pr&aacute;ctica sobre cubierta, el oficio del mar. Hablaba con los pilotos de vientos y corrientes, le&iacute;a las cartas marinas y ensayaba el uso de los instrumentos n&aacute;uticos. A los veinte a&ntilde;os era ya un buen marinero.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/carabelas_colon.jpg" width="560" height="231"><br> Las carabelas de Col&oacute;n </p> <p>Tras su probable alistamiento en una expedici&oacute;n de la armada ligur a la isla griega de Qu&iacute;os, que formaba parte de los dominios genoveses, en 1476 Crist&oacute;foro se embarc&oacute; en una flotilla comercial con destino a Flandes. Pero, a poco de atravesar el estrecho de Gibraltar, un suceso providencial cambiar&iacute;a la vida del joven Colombo. Era el momento en que portugueses y franceses apoyaban a <a href="../../biografia/j/juana_labeltraneja.htm">Juana la Beltraneja</a> en la lucha por la sucesi&oacute;n de Castilla, y nav&iacute;os de guerra galos atacaron sin mayor raz&oacute;n que el bucanerismo al convoy genov&eacute;s. </p> <p>Hundida su nave, Crist&oacute;foro alcanz&oacute; a nado la costa lusitana. Poco despu&eacute;s se encontraba instalado en Lisboa, como agente de la importante casa naviera Centurione, armadora de la flotilla atacada. All&iacute; cambi&oacute; su nombre por Crist&oacute;bal y su apellido por Colomo o Colom, mientras se le reun&iacute;a su hermano Bartolom&eacute;, tambi&eacute;n marino e interesado en la cartograf&iacute;a.</p> <p>Cuenta la tradici&oacute;n que los Colomo llevaban una vida aposentada y tranquila, y que el mayor acostumbraba o&iacute;r misa en el convento de Santos. All&iacute; se fij&oacute; en una de las pupilas, Felipa Moniz Palestrello, joven hermosa y de familia importante. La madre, Isabel Moniz, era de noble linaje, emparentado con el de Braganza; el padre, Diego Palestrello, tambi&eacute;n genov&eacute;s, estaba estrechamente relacionado con las empresas n&aacute;uticas de la corona portuguesa y era a la saz&oacute;n gobernador de la isla de Porto Santo, en el archipi&eacute;lago de Madeira. Crist&oacute;bal pidi&oacute; y obtuvo la mano de Felipa en 1477, y un a&ntilde;o despu&eacute;s naci&oacute; un hijo al que bautizaron como Diego. </p> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <ins class="adsbygoogle" style="display:block; text-align:center;" data-ad-layout="in-article" data-ad-format="fluid" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="3005103418"></ins> <script> (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); </script> <p>Bajo la influencia de su suegro, Col&oacute;n se interes&oacute; cada vez m&aacute;s en los aspectos geogr&aacute;ficos y cient&iacute;ficos de la navegaci&oacute;n, apart&aacute;ndose de su faceta meramente comercial. En esto pudo pesar tambi&eacute;n su temprana viudez (Felipa muri&oacute; un a&ntilde;o despu&eacute;s de dar a luz) y sus desavenencias con la casa Centurione, a la que puso el prolongado pleito parcialmente reflejado en el <em>Documento Aseretto</em>.</p> <p><strong>El gran proyecto </strong></p> <p>A partir de ese momento, Crist&oacute;bal Col&oacute;n comenz&oacute; a so&ntilde;ar y dise&ntilde;ar el ambicioso y desmesurado proyecto que habr&iacute;a de obsesionarlo toda su vida: descubrir una ruta m&aacute;s corta y segura a las Indias, navegando hacia occidente. Ya se ha dicho que la idea te&oacute;rica estaba bastante difundida y se han citado antecedentes m&aacute;s o menos legendarios, a los que hay que agregar los que el propio navegante pudo recoger en sus estancias en Porto Santo y la atm&oacute;sfera de &laquo;expansi&oacute;n oce&aacute;nica&raquo; que se respiraba en Portugal a partir de los descubrimientos y exploraciones de los archipi&eacute;lagos atl&aacute;nticos y las costas de &Aacute;frica. </p> <p>Pero es probable que el factor desencadenante fuese una carta que el sabio florentino <a href="../../biografia/t/toscanelli.htm">Paolo dal Pozzo Toscanelli</a> hab&iacute;a dirigido al can&oacute;nigo lusitano Fernando Martins para que interesara al rey de Portugal en sus ideas. El documento -o una copia de &eacute;ste- lleg&oacute; a manos de Crist&oacute;bal Col&oacute;n, quiz&aacute; por mediaci&oacute;n de Diego Palestrello. La teor&iacute;a del humanista de Florencia resume los conocimientos de la &eacute;poca sobre el globo terr&aacute;queo, que acertaban en su forma esf&eacute;rica y erraban en el c&aacute;lculo de sus dimensiones, adjudicando s&oacute;lo 125 grados a la distancia que separaba Canarias de Asia.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/primer_viaje.jpg" width="560" height="333"><br> El primer viaje de Col&oacute;n </p> <p>Crist&oacute;bal Col&oacute;n asumi&oacute; la idea, la transform&oacute; en proyecto expedicionario y la elev&oacute; al rey <a href="../../biografia/j/juan_ii_el_perfecto.htm">Juan II de Portugal</a>. El monarca puso como condici&oacute;n que no se zarpase desde las Canarias, pues en caso de que el viaje tuviera &eacute;xito, la Corona de Castilla podr&iacute;a reclamar las tierras conquistadas en virtud del Tratado de Alca&ccedil;ovas. A Col&oacute;n, que s&oacute;lo confiaba en los c&aacute;lculos que hab&iacute;a trazado desde las Canarias, le pareci&oacute; demasiado arriesgado partir de Madeira, de modo que no hubo acuerdo. Hay quien dice que el monarca recelaba de aquel extranjero sin t&iacute;tulos ni estudios, y envi&oacute; en secreto otra expedici&oacute;n que termin&oacute; en fracaso. Resentido por este enga&ntilde;o, o m&aacute;s probablemente a causa de sus apuros econ&oacute;micos y la ilusi&oacute;n de encontrar otro protector, Crist&oacute;bal abandon&oacute; Lisboa junto a su hijo Diego y su hermano Bartolom&eacute;. Bordearon la pen&iacute;nsula con la intenci&oacute;n de dejar al peque&ntilde;o Diego a cargo de su t&iacute;a materna Violante Moniz, que viv&iacute;a en Huelva. </p> <p>En el camino se detuvieron en el cercano convento franciscano de La R&aacute;bida, donde se alojaron como albergados. El padre guardi&aacute;n, fray Juan P&eacute;rez, que hab&iacute;a sido confesor de la reina, se entusiasm&oacute; con el proyecto del extranjero que se hac&iacute;a llamar Xrobal Col&oacute;n (XR era en la &eacute;poca el anagrama de Cristo), e interes&oacute; en &eacute;l a su erudito cofrade fray Antonio de Marchena, experto en astronom&iacute;a y cosmograf&iacute;a. Ambos frailes le dieron recomendaciones para el duque de Medinaceli, quien se apasion&oacute; por la idea y retuvo a Col&oacute;n durante m&aacute;s de un a&ntilde;o, con el prop&oacute;sito de preparar la expedici&oacute;n. Pero los Reyes Cat&oacute;licos desautorizaron tal proyecto, y todo lo que pudo hacer el duque fue enviarles al navegante a su corte de C&oacute;rdoba.</p> <p>Una vez m&aacute;s, en 1486, un consejo de sabios reunido en Salamanca desaconsej&oacute; la empresa, quiz&aacute; porque ya pose&iacute;an indicios de lo extenso y arduo de la traves&iacute;a. Pero la reina <a href="../../biografia/i/isabel_i_catolica.htm">Isabel la Cat&oacute;lica</a>, pese a estar enzarzada en la guerra de Granada, no descart&oacute; del todo la idea de llevar a las Indias el pabell&oacute;n de Castilla; otorg&oacute; una pensi&oacute;n al navegante y le rog&oacute; que permaneciera en C&oacute;rdoba. Crist&oacute;bal se instal&oacute; en un mes&oacute;n, donde entabl&oacute; relaci&oacute;n con la joven Beatriz Enr&iacute;quez, veinte a&ntilde;os menor que &eacute;l. De esa uni&oacute;n naci&oacute; en 1488 un hijo, <a href="../../biografia/c/colon_hernando.htm">Hernando Col&oacute;n</a>, que ser&iacute;a el primer bi&oacute;grafo del Almirante y el principal responsable de los ocultamientos y ambig&uuml;edades que durante siglos envolver&iacute;an a su figura.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/colon_la_rabida.jpg" width="480" height="360"><br> <em>Crist&oacute;bal Col&oacute;n y su hijo Diego en el convento de La R&aacute;bida</em> (&oacute;leo de Giustiniano Degli Avancini, 1834) </p> <p>Ultimada la conquista de Granada, <a href="../../biografia/r/reyes_catolicos.htm">los Reyes Cat&oacute;licos</a> recibieron con mejor talante a Col&oacute;n. Pero las pretensiones del extranjero resultaban desmesuradas: el almirantazgo de la Mar Oc&eacute;ana, el virreinato hereditario de las tierras que encontrara y una parte importante de todas las riquezas que &eacute;l o sus hombres obtuvieran por conquista o por comercio. El rey <a href="../../biografia/f/fernando_ii.htm">Fernando el Cat&oacute;lico</a> le hizo notar su exceso; la reina Isabel, en cambio, le despidi&oacute; con vagas promesas. Col&oacute;n, harto de su deambular ib&eacute;rico, resolvi&oacute; llevar su proyecto ante el rey de Francia. </p> <p>Los frailes de La R&aacute;bida consiguieron disuadirlo y, con la colaboraci&oacute;n de los cortesanos Luis de Sant&aacute;ngel y Juan de Coloma, convencieron a los monarcas cat&oacute;licos de avenirse al llamado Protocolo de Santa Fe, que en 1492 concedi&oacute; al Almirante los t&iacute;tulos y prebendas que exig&iacute;a, aunque s&oacute;lo el diez por ciento de los eventuales beneficios. Pero los exhaustos tesoros reales no aportaron un solo maraved&iacute; para financiar la expedici&oacute;n; pese a lo que diga la leyenda, las joyas de la reina ya hab&iacute;an sido pignoradas a los usureros valencianos. Con ellos tuvo relaci&oacute;n Sant&aacute;ngel, a quien se debi&oacute; la brillante idea de hipotecar el arrendamiento de los derechos genoveses al puerto de Valencia, baza que tom&oacute;, por mediaci&oacute;n del propio Crist&oacute;bal Col&oacute;n, el rico banquero ligur Juanoto Berardi. Resuelto el problema financiero, s&oacute;lo faltaba hallar los barcos y las tripulaciones.</p> <p><strong>El descubrimiento de Am&eacute;rica </strong></p> <p>Tuvo entonces Col&oacute;n otro encuentro providencial: <a href="../../biografia/p/pinzon.htm">Mart&iacute;n Alonso Pinz&oacute;n</a>, acaudalado armador, viejo lobo de mar y pr&oacute;spero mercader de Huelva, que se apasion&oacute; por el proyecto colombino. Gracias al prestigio de Pinz&oacute;n, los recelosos marinos onubenses aceptaron enrolarse en la extra&ntilde;a empresa, y los armadores Pinto y Ni&ntilde;o accedieron a desprenderse de sendas carabelas que ser&iacute;an bautizadas con sus nombres. Mart&iacute;n Alonso y su hermano <a href="../../biografia/y/yanez_pinzon.htm">Vicente Y&aacute;&ntilde;ez Pinz&oacute;n</a> pilotar&iacute;an esas naves, mientras que el Almirante escogi&oacute; una nao cant&aacute;brica anclada en el puerto de Palos, llamada Marigalante. Su armador, el cart&oacute;grafo <a href="../../biografia/c/cosa.htm">Juan de la Cosa</a>, ofreci&oacute; incorporarse a la expedici&oacute;n como maestre, y la nave capitana fue rebautizada como Santa Mar&iacute;a. Restaba a&uacute;n comprar aparejos y provisiones. Los hermanos Pinz&oacute;n y sus amistades reunieron el dinero faltante, y todo qued&oacute; listo para hacerse a la mar.</p> <p class="piefotos"><img src="fotos/puerto_palos.jpg" width="480" height="338"><br> Salida del puerto de Palos </p> <p>La expedici&oacute;n parti&oacute; del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. Pese a la oposici&oacute;n de Mart&iacute;n Alonso y las dudas de Juan de la Cosa, Col&oacute;n insisti&oacute; obcecadamente en mantener el derrotero que marcaba el grado 28 de latitud, que pasaba por la isla de Hierro. Por fortuna, intuici&oacute;n o saberes que el Almirante no revel&oacute;, ese rumbo se mostraba muy favorable para avanzar sin zozobra hacia el poniente. Y la peque&ntilde;a escuadra se intern&oacute; en el enigma del &laquo;Mar Tenebroso&raquo;. </p> <p>Pero pasaron m&aacute;s de dos meses sin avistar tierra y se produjeron conatos de rebeli&oacute;n, reducidos gracias a la autoridad indiscutida de Pinz&oacute;n. Fue tambi&eacute;n el veterano piloto quien finalmente convenci&oacute; a Crist&oacute;bal Col&oacute;n de torcer el rumbo al sudoeste. Pronto comenzaron a ver ramas flotantes, p&aacute;jaros y otros signos inequ&iacute;vocos de que se acercaban a una costa. Debe decirse que, si hubieran seguido el derrotero del paralelo 28, habr&iacute;an llegado a la Florida, y quiz&aacute; la historia del <a href="descubrimiento.htm">descubrimiento de Am&eacute;rica</a> y del nuevo continente hubiese sido otra.</p> <p>En la noche del 11 al 12 de octubre de 1492, el marinero Juan Rodr&iacute;guez Bermejo, apodado el Trianero, dio el grito de &laquo;&iexcl;Tierra!&raquo; desde la cofa de La Pinta. Al amanecer desembarcaron en una isla (Guanahan&iacute; o Watling, en las Bahamas), a la que Col&oacute;n dio el nombre de San Salvador. Convencido de encontrarse en los dominios del Gran Kan, el navegante recorri&oacute; el archipi&eacute;lago en busca de riquezas. Pero s&oacute;lo hallaron forestas tropicales y nativos desnudos. Luego de tocar la isla de Juana (Cuba), la Santa Mar&iacute;a encall&oacute; irremisiblemente en la costa de La Espa&ntilde;ola (actual isla de Santo Domingo). </p> <p class="piefotos"><img src="fotos/descubrimiento_america.jpg" width="560" height="344"><br> <em>Primer desembarco de Crist&oacute;bal Col&oacute;n en Am&eacute;rica</em> (Di&oacute;scoro Te&oacute;filo Puebla, c. 1862)</p> <p>Col&oacute;n decidi&oacute; aprovechar los restos de la nave para construir un precario fuerte, que llam&oacute; La Navidad por ser 25 de diciembre. Quedaron all&iacute; unos pocos voluntarios; el resto de la expedici&oacute;n emprendi&oacute; el regreso el 4 de enero de 1493. El Almirante capitaneaba La Ni&ntilde;a y orden&oacute; gobernar al norte, rumbo aparentemente err&oacute;neo. Pero una vez m&aacute;s acert&oacute;, pues la corriente del golfo lo enfil&oacute; sin dificultad hacia la pen&iacute;nsula, mientras La Pinta de Mart&iacute;n Alonso Pinz&oacute;n era desviada por un temporal. Arribaron el uno a Lisboa y el otro a Bayona (Galicia). Y en tanto Col&oacute;n rechazaba las ofertas de Juan II de Portugal para apropiarse del descubrimiento, Mart&iacute;n Alonso Pinz&oacute;n, enfermo, mor&iacute;a poco despu&eacute;s. </p> <p>Los Reyes Cat&oacute;licos recibieron a Crist&oacute;bal Col&oacute;n en Barcelona con gran pompa y ceremonia, sin dejarse convencer por las intrigas que ya se tej&iacute;an contra &eacute;l. Le confirmaron sus t&iacute;tulos y privilegios y por real c&eacute;dula adicionaron un castillo y un le&oacute;n a su escudo de armas. Pero el Almirante s&oacute;lo pensaba en regresar a las Indias, y esta vez con gran despliegue n&aacute;utico. </p> <p>El 25 de septiembre de 1493 zarp&oacute; de C&aacute;diz al frente de una poderosa flota de mil quinientos tripulantes, con capitanes como <a href="../../biografia/p/ponce.htm">Juan Ponce de Le&oacute;n</a>, Pedro de Margarit o Bernal D&iacute;az, eclesi&aacute;sticos, cart&oacute;grafos y el hidalgo conquense <a href="../../biografia/o/ojeda.htm">Alonso de Ojeda</a>, que llegar&iacute;a a ser paradigma del conquistador temerario. Este segundo viaje dur&oacute; m&aacute;s de dos a&ntilde;os y en &eacute;l se exploraron las Peque&ntilde;as Antillas y las islas de Puerto Rico y Jamaica, adem&aacute;s de bordear las costas de Cuba. El antiguo fuerte de La Navidad hab&iacute;a sido arrasado por los indios, y Col&oacute;n fund&oacute; un nuevo enclave que denomin&oacute; La Isabela. Dej&oacute; all&iacute; como adelantado y gobernador a su hermano <a href="../../biografia/c/colon.htm">Bartolom&eacute; Col&oacute;n</a>, no sin antes reprimir duramente a los nativos con la ayuda de Ojeda. En el &iacute;nterin hab&iacute;an llegado a la pen&iacute;nsula noticias, quiz&aacute;s interesadamente exageradas, sobre las arbitrariedades del Almirante y las matanzas de ind&iacute;genas. Lo cierto es que Col&oacute;n result&oacute; tan torpe gobernante en tierra como insigne nauta en el mar. </p> <p class="piefotos"><img src="fotos/colon_reyes_catolicos_2.jpg" width="560" height="396"><br> <em>Crist&oacute;bal Col&oacute;n ante los Reyes Cat&oacute;licos</em> (Juan Cordero, 1850) </p> <p>Pero los reyes, por el momento, mantuvieron su confianza y autorizaron un nuevo viaje &laquo;para enmendar los yerros&raquo; que pudiera haber cometido. Seis carabelas partieron de Sanl&uacute;car de Barrameda el 30 de mayo de 1498, tripuladas en su mayor parte por penados: tanto era el temor y la desconfianza que ya inspiraban las historias de mucho riesgo y poco beneficio que llegaban de las nuevas tierras. Esta tercera expedici&oacute;n fue la que lleg&oacute; m&aacute;s al sur, circundando la isla Trinidad y avistando la desembocadura del Orinoco, en la actual Venezuela. Pero a Col&oacute;n le acuciaba volver a La Espa&ntilde;ola, tras una ausencia de treinta meses. Encontr&oacute; all&iacute; un verdadero caos. El corregidor <a href="../../biografia/r/roldan_francisco.htm">Francisco Rold&aacute;n</a>, apoyado por ex reclusos y caciques inamistosos, se hab&iacute;a sublevado contra sus hermanos Bartolom&eacute; y Diego Col&oacute;n, mientras las fuerzas regulares permanec&iacute;an neutrales. </p> <p>Incapaz de dominar la situaci&oacute;n, el Almirante reclam&oacute; auxilio a la corona, reconociendo t&aacute;citamente sus desaciertos como virrey. Meses m&aacute;s tarde, tras nuevas bravatas de Rold&aacute;n y excesos de los Col&oacute;n, arrib&oacute; el comisario real, <a href="../../biografia/b/bobadilla.htm">Francisco de Bobadilla</a>. &Eacute;ste mand&oacute; apresar a los tres hermanos, que al llegar a la pen&iacute;nsula permanecieron encarcelados en C&aacute;diz. La historiograf&iacute;a actual entiende que la actuaci&oacute;n de Bobadilla fue correcta, dadas las circunstancias. No obstante, los reyes ordenaron liberar a los detenidos, aunque privaron provisionalmente a Crist&oacute;bal Col&oacute;n de la gobernaci&oacute;n del Nuevo Mundo.</p> <p>Tanto porfiaba el Almirante en volver que finalmente se le permiti&oacute; embarcar, aunque con expresa prohibici&oacute;n de acercarse a La Espa&ntilde;ola. En este cuarto y &uacute;ltimo viaje toc&oacute; las costas de Centroam&eacute;rica (Panam&aacute;, Costa Rica, Nicaragua). Regres&oacute; cansado y enfermo para afincarse en Valladolid, donde (contra otro mito muy difundido) disfrut&oacute; de muy buenas rentas hasta que le sorprendi&oacute; la muerte el 20 de mayo de 1506. Inicialmente fue enterrado en Sevilla; a&ntilde;os despu&eacute;s, su hijo <a href="../../biografia/c/colon_diego.htm">Diego Col&oacute;n</a> traslad&oacute; sus restos a La Espa&ntilde;ola (Santo Domingo), de la que era gobernador.</p> <style type="text/css"> .inferior_movil { display: block; width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} @media(max-width: 359px) { .inferior_movil { width: 300px; height: 250px; margin: 0px auto;} } @media(min-width: 360px) { .inferior_movil { width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} } @media(min-width: 768px) { .inferior_movil { display: none; } } </style> <ins class="adsbygoogle inferior_movil" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="2937906731"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> <style type="text/css"> .inferior { display: block; width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} @media(max-width: 767px) { .inferior { display: none; } } @media(min-width: 768px) { .inferior { width: 336px; height: 280px; margin: 0px auto;} } </style> <ins class="adsbygoogle inferior" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="6030973931"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> <p class="citar"><strong>C&oacute;mo citar este art&iacute;culo:</strong><br>Fern&aacute;ndez, Tom&aacute;s y Tamaro, Elena. &laquo;<span id="perscita"></span>&raquo;. En <em>Biograf&iacute;as y Vidas. La enciclopedia biogr&aacute;fica en l&iacute;nea</em> [Internet]. Barcelona, Espa&ntilde;a, 2004. Disponible en <a id="urlcita" class="break" href=""></a> <script>function citapers() { var x = document.getElementsByTagName("title"); document.getElementById("perscita").innerHTML = x[0].innerHTML;}</script> <script>function citaurl() { var x = location.href; document.getElementById("urlcita").innerHTML = x;}</script> <script>window.onload=function comocitar() {citapers();citaurl();}</script> [fecha de acceso: <script>var meses = new Array ("enero","febrero","marzo","abril","mayo","junio","julio","agosto","septiembre","octubre","noviembre","diciembre"); var f=new Date();document.write(f.getDate() + " de " + meses[f.getMonth()] + " de " + f.getFullYear());</script>].</p> <div class="go-top"> <a href="#header" title="Subir"><span class="icon-arrow-up"></span></a> </div> </div> </div> <div id="sidebar"> <style type="text/css"> .adaptable-derecha { display:inline-block; width: 160px; height: 600px; } @media(max-width: 767px) { .adaptable-derecha { display: none; } } @media(min-width: 768px) { .adaptable-derecha { width: 160px; height: 600px; } } @media(min-width: 1200px) { .adaptable-derecha { width: 300px; height: 600px; } } </style> <ins class="adsbygoogle adaptable-derecha" data-ad-client="ca-pub-3172851258350010" data-ad-slot="6979371138"></ins> <script async src="//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script> <script>(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});</script> </div> </div> </div> <div id="footer"> <div class="container"> <ul> <li><a href="/sitio.htm">Sobre este sitio</a></li> <li><a href="/editorial.htm">Sobre la editorial</a></li> <li><a href="/contacto.htm">Contacto</a></li> <li><a href="/como_citar.htm">C&oacute;mo citar</a></li> <li><a href="/aviso.htm">Aviso legal</a></li> </ul> <p class="copy">&copy; Editorial Biograf韆s y Vidas, 2004-2024</p> <p class="repro">&iquest;Desea <a href="/reproducir.htm">reproducir alguna biograf&iacute;a</a> en su web?</p> </div> </div> </body> </html>

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