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Incertidumbre social y cambio climático

<?xml version="1.0" encoding="UTF-8"?><rss version="2.0" xmlns:content="http://purl.org/rss/1.0/modules/content/" xmlns:wfw="http://wellformedweb.org/CommentAPI/" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/" xmlns:atom="http://www.w3.org/2005/Atom" xmlns:sy="http://purl.org/rss/1.0/modules/syndication/" xmlns:slash="http://purl.org/rss/1.0/modules/slash/" > <channel> <title>Incertidumbre social y cambio climático</title> <atom:link href="https://incerclima.hypotheses.org/feed" rel="self" type="application/rss+xml" /> <link>https://incerclima.hypotheses.org</link> <description>Blog del proyecto I+D CSO2017-84007-R</description> <lastBuildDate>Tue, 20 Nov 2018 14:37:02 +0000</lastBuildDate> <language>es</language> <sy:updatePeriod> hourly </sy:updatePeriod> <sy:updateFrequency> 1 </sy:updateFrequency> <generator>https://wordpress.org?v=6.7.2</generator> <item> <title>La construcción de la agenda política climática</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/324</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/324#comments</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Tue, 20 Nov 2018 14:37:02 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">https://incerclima.hypotheses.org/?p=324</guid> <description><![CDATA[Yolanda Agudo Los partidos políticos son actores principales en el diseño de políticas públicas, ya sea como gestores de las mismas, ya sea como proponentes. En esta entrada se aborda este segundo campo en relación al cambio climático bajo la &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/324">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[ <p style="text-align:right"><em>Yolanda Agudo</em></p> <p>Los partidos políticos son actores principales en el diseño de políticas públicas, ya sea como gestores de las mismas, ya sea como proponentes. En esta entrada se aborda este segundo campo en relación al cambio climático bajo la pregunta: ¿cuál es el espacio para la certeza/incertidumbre en sus propuestas de políticas sobre el cambio climático? Teniendo en cuenta la complejidad que sitúa al cambio climático como un tema que representa la doble dirección de la relación medio ambiente y sociedad, inevitablemente atravesada por múltiples dimensiones, agentes y acciones.</p> <p>A pesar de no haber consenso en torno a las evidencias de las alteraciones climáticas (Ernest García), desde la sociología del medio ambiente se analizan los problemas relativos a tales evidencias, considerando, a su vez, las causas sociales de esta crisis. Este análisis recorre desde la insostenibilidad de las bases del sistema capitalista, hasta la del sistema agroalimentario globalizado que se desarrolla en un contexto social, económico, cultural y ambiental complejo, pasando por la de la construcción del entorno construido (E. Luque). Evidencias o certezas éstas que pudieran situarnos ante prácticas a evitar. Si bien el diseño de otras prácticas distintas y la elección de esas y no de otras, arrojan incertidumbre respecto al futuro e incertidumbre en torno a la acción misma. En definitiva, se plantea cuál es el papel de los agentes políticos ante el cambio climático, reflejado en el diseño de programas políticos ante evidencias que carecen de la precisión que necesitan las decisiones. La pregunta es cómo integran los partidos políticos la problemática del cambio climático en sus discursos o cómo responden a las evidencias científicas para transformarlas. </p> <p>La construcción de la agenda política climática determinará la acción, frente a posturas más pasivas que se resistan, en relación a los horizontes de futuro constituidos a partir de las representaciones del cambio climático de estos agentes. Al respecto, nos preguntamos por la agenda climática de la política española, para saber si se sitúa en el discurso reformista (R. Ramos) de la sociedad que ha producido el cabio climático.</p> <p><br />En España, se observa una tendencia creciente a introducir la “agenda climática” en los programas o mensajes electorales de los partidos políticos. El debate sobre el cambio climático forma parte del discurso y la agenda política nacional e internacional, sin embargo, las organizaciones políticas ecologistas tienen en nuestro país poca representación electoral, y sus propuestas forman parte de agendas más amplias, aspirando a ser desarrolladas por partidos políticos más visibles. Ahora bien ¿dónde se sitúan estos agentes políticos ante la incertidumbre y el cambio climático? Sin hacer un análisis exhaustivo, ni de todos y cada uno de los programas electorales, teniendo en cuenta la coincidencia de la más reciente campaña electoral con la celebración de la Cumbre sobre el cambio climático en París, pueden extraerse algunas conclusiones.</p> <p>Estos programas traducen sus representaciones en propuestas. Unas propuestas cuyas fronteras en lo relativo a los aspectos económicos, sociales y ambientales no son claramente señaladas. A la izquierda política le resulta difícil acomodar en su discurso la necesidad de luchar frente al cambio climático cuando se apuesta por el crecimiento económico, aun cuando este tenga por objetivo principal generar riqueza para una distribución fundamentada en criterios de justicia social. En ninguno de los discursos electorales se vislumbra la respuesta al cambio climático como propuesta central, aun cuando EQUO lo presentara como uno “de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad”. Más bien se detectan tensiones y conflictos de intereses al anunciar medidas como las relativas al abandono de sectores nocivos para el medio ambiente, como el sector minero. La lucha frente al cambio climático permanece subordinada al empleo y la producción económica. En general, aun con tintes de buenas intenciones, hay poca concreción en las propuestas. De manera más explícita, por el lado de la derecha política, la agenda se limita a la intencionalidad de acometer las exigencias europeas, destacando “cumplir con los objetivos fijados por la Unión Europea”, “los compromisos de España en materia de cambio climático”. El Partido Popular se propone impulsar una “hoja de ruta” para “cumplir las obligaciones internacionales de reducir los gases de efecto invernadero”. Entre sus prioridades destacan las propuestas económicas al hacer referencia al impulso del sector energético en dirección a la competitividad y el desarrollo económico, en definitiva.</p> <p><br />Por lo tanto, los agentes políticos integran la problemática ambiental sin ambición, reconociendo su relevancia en el discurso; pero con propuestas que no alcanzan el carácter prioritario y/o la intensidad de otros temas que representan una urgencia mayor. Conviene considerar, asimismo, la influencia de la demanda social en el diseño de estas agendas. Esta demanda traduce el desajuste producido entre la preocupación que se muestra por estos temas desde la opinión pública, el relativo interés que declara tener la población, frente a la ausencia de comportamientos o resistencias a cambios en los estilos de vida por otros más favorables al medio ambiente (J. Callejo).</p> <p>El diseño de estas políticas obedece, a su vez, a representaciones, discursos y posiciones de la opinión pública, a la relevancia electoral de estos asuntos. Son representaciones políticas que configuran intereses en conflicto y convierten a los agentes políticos en fuentes de incertidumbre. Puesto que la agenda climática ocupa un lugar secundario en las propuestas de los programas políticos, muestra al menos dos tipos de incertidumbre. El primero relativo a la posición del cambio climático en el conjunto de las propuestas políticas: aun cuando se reconoce como un tema fundamental, queda muy lejos de fundamentar el conjunto de la política, como si pudiera restringirse a una especie de política sectorial. El segundo tipo de incertidumbre se refiere al eco que puedan tener estas propuestas en el electorado, especialmente si se representa este electorado como distante del problema o, al menos, situándolo en un lugar, asimismo, secundario.</p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/324/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>1</slash:comments> </item> <item> <title>NOTICIAS DESDE EL IPCC</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/284</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/284#respond</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Fri, 12 Oct 2018 21:49:13 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=284</guid> <description><![CDATA[Javier Callejo Ayer, día 8 de octubre, se publicó el último informe –resumen en site ONU, borrador en IPCC-del Panel Internacional (http://www.ipcc.ch/report/sr15/). Una de las cuestiones más sorprendentes es que, mientras que buena parte de los medios de comunicación internacionales &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/284">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[ <p style="text-align:right">Javier Callejo</p> <p></p> <p>Ayer, día 8 de octubre, se publicó el último informe –resumen en site ONU, borrador en IPCC-del Panel Internacional (http://www.ipcc.ch/report/sr15/). Una de las cuestiones más sorprendentes es que, mientras que buena parte de los medios de comunicación internacionales se hicieron eco del informe inmediatamente en sus sitios web, apenas hubo referencias en España. No he realizado un seguimiento sistemático de este acontecimiento comunicativo; pero lo experimentado puede considerarse, al menos, un síntoma. Más allá de esto, creo que tal publicación merece un mínimo comentario aquí.</p> <p>En primer lugar, cobra aún más fuerza la representación de un límite que no puede alcanzarse por irreversible en sus consecuencias. Así, se establece una articulación entre lo que puede considerarse catastrofismo, en cuanto rotunda llamada de atención, y, por otro lado, posibilismo, en un ¡todavía estamos a tiempo! Todavía se está a tiempo de evitar alcanzar ese umbral en el que las consecuencias ya serían irreversibles. La cuestión, desde la recepción, es que poco margen de actuación le quedaba al panel de expertos, que hacen lo que tienen que hacer. Tanto un informe menos alarmista, como un informe fatalista, en un ya no se puede hacer nada, hubieran sido tan innecesarios, como enormemente contraproducentes.</p> <p>Desde lo que considero que más interesa a nuestro proyecto, destaco el hecho de lo que puede considerarse exigencia de sociedad post-carbono. Una exigencia para dentro de doce años. En el informe se señala que para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se necesitan transiciones &#8220;rápidas y de gran alcance&#8221; en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Sería necesario que las emisiones netas globales de dióxido de carbono (CO2) de origen humano disminuyeran en 2030 alrededor de un 45% respecto de los niveles de 2010, y siguieran disminuyendo hasta alcanzar el &#8220;cero neto&#8221; para 2050. Ello exige cambios sociales importantes, referidos de distintas maneras a lo largo del informe: cambios en los estilos de vida, especialmente aquellos vinculados a un mayor gasto energético, una transformación societal, etc.</p> <p>Se establece que la adaptación ha de ser global y articulada con una agenda para el desarrollo, subrayándose la barrera que supone para llevar a cabo tal adaptación generalizada cuestiones como la ausencia de recursos financieros y tecnológicos, los valores sociales y las actitudes y las constricciones institucionales. De aquí la repetida referencia, con dudas, a la exigencia de establecer caminos para gobernabilidad de esta adaptación. La referencia normativa básica son los derechos humanos. Creo que, a partir de un momento, el informe hace más hincapié en la necesidad de actuar desde los principios, desde la ética, que desde los intereses comunes. Reconozco que puede ser una cuestión de apreciación personal; pero el acento en que el proceso de adaptación se haga desde la igualdad y la responsabilidad puede llegar a interpretarse desde un marco distinto al que creo que tienen sus redactores: las sociedades ricas han de ayudar a las sociedades pobres porque estas -al estar más afectadas, tener menos recursos y tener un legítimo derecho a expectativas de mejora sus condiciones de vida- están en verdadero peligro climático de cuasiextinción. Como si las sociedades ricas pudieran responder por sí solas a la amenaza del cambio climático, aun cuando las sociedades menos pudientes no lo hicieran. En todo caso, contrasta la notable fuerza retórica del diagnóstico de la situación con la de los instrumentos para abordarlo. Con ello, entramos en la incertidumbre.</p> <p>La incertidumbre “científica” queda inserta en unas afirmaciones hechas con rotundidad, donde, además y entre paréntesis, se señala el grado de confianza de las mismas, pudiendo ser alto o medio. En cada una de las fuertes afirmaciones recogidas, se apuntan las potenciales fuentes de incertidumbre:</p> <ul> <li>La inducción del cambio climático por la acción del hombre, reforzando el concepto de Antropoceno: se establecen unos márgenes de probabilidad estadística en las estimaciones y queda abierta la explicación de la tendencia –representada como lineal- a acontecimientos como la acción de volcanes o actividad solar.</li> <li>El calentamiento global afecta a todas las regiones del mundo: se establece un rango de la variación, explicado en la polaridad regiones oceánicas (menos calentamiento) versus regiones no oceánicas. No obstante, la fijación de las variaciones de la temperatura en cada región queda circunscrita a la fiabilidad de las bases de datos utilizadas.</li> <li>La reversibilidad del aumento de temperatura ya experimentado tardaría entre 30 y 100 años, asumiendo una reducción inmediata de las emisiones a cero: se introduce relativa incertidumbre con el uso del término probablemente.</li> <li>Dentro de la propuesta de una política de adaptación al cambio climático regida por el principio de equidad (Acuerdo de París) y tras argumentar la presencia de cuatro asimetrías político-sociales (página 10): se califica de significativa la incertidumbre sobre los caminos más consistentes con tal principio. De esta manera y tras aunar política climática con políticas sociales de igualdad, una de las mayores fuentes de incertidumbre se deja en las posibilidades de esta política, en el cambio político y social. La incertidumbre científica se transforma en incertidumbre sobre las sociedades y la política. Es decir, el informe sitúa la meta; pero la incertidumbre se deja en los medios para obtenerla.</li> </ul>]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/284/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>0</slash:comments> </item> <item> <title>La Encuesta Social Europea aborda las actitudes de los europeos hacia el cambio climático y la energía</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/267</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/267#respond</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Wed, 10 Oct 2018 18:25:48 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=267</guid> <description><![CDATA[Javier Callejo Un equipo dirigido por el profesor Poortinga (Cardiff University) ha publicado un pequeño informe sobre los resultados del módulo específico que la 8ª Ronda de la European Social Survey ha dedicado a las opiniones sobre el cambio climático, &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/267">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[ <p style="text-align:right"><em>Javier Callejo</em></p> <p>Un equipo dirigido por el profesor Poortinga (Cardiff University) ha publicado un pequeño informe sobre los resultados del módulo específico que la 8ª Ronda de la European Social Survey ha dedicado a las opiniones sobre el cambio climático, pudiéndose disponer ya, por otro lado, de los microdatos de la misma. Más allá de las potenciales distancias sustanciales y metodológicas que puedan tomarse sobre esta operación, no cabe duda de que, tanto por su elevada institucionalidad, como por la extensión que adquiere el trabajo de campo -44.387 casos, de 23 países, lo que permite cierta comparabilidad- se trata de una aproximación relevante.</p> <p>La primera parte se dedica a las creencias sobre el acontecimiento, recogiéndose una amplia y generalizada mayoría de respuestas en la aceptación de que el clima está definitivamente cambiando y en la concepción sobre el cambio climático como parcialmente causado por la actividad del hombre. El problema es qué significa, tal como viene en la pregunta: “al menos parcialmente”.</p> <p>Las divergencias entre países, principal variable independiente utilizada en el informe, son más relevantes con respecto a la opinión sobre si el impacto del cambio climático será malo: desde el 59,7% de Estonia al 87,9% de España. En todo caso, la mayoría no lo&nbsp;percibe como algo bueno, lo que nos sitúa en un: se atisba algo mal en el futuro, algo que&nbsp;puede hacer cambiar a peor la vida.</p> <p>A pesar de tales estimaciones, menos de la mitad de los europeos se muestran muy o&nbsp;extremadamente preocupados por el cambio climático, descendiendo al 15% en el caso de&nbsp;Rusia. ¿Para qué nos sirven estas preguntas? ¿Qué nos están diciendo sobre la relación entre&nbsp;sociedad o sociedades y el cambio climático? Más si se tiene en cuenta la distribución de&nbsp;respuestas a otras preguntas relacionadas con el suministro de energía, donde Rusia y España&nbsp;están entre los más preocupados por la fiabilidad y asequibilidad de la energía.</p> <p>En cualquier&nbsp;caso, el estudio parece dar mínimas claves para interpretar uno de los puntos que creo más&nbsp;oscuros en la relación entre representación del cambio climático y la preocupación hacia el&nbsp;mismo, al menos tal como es afrontado por las encuestas de opinión con cuestionario estandarizado. No obstante, hay que reconocer el esfuerzo de la encuesta por acercarse a la&nbsp;relación entre ciudadanos y el problema medioambiental.</p> La responsabilidad en la ayuda para resolver los problemas medioambientales se sitúa en una media de 5,6, en una escala entre 0 y 10. Preocupante es el hecho de que la mayoría opina que no puede ayudar a reducir el cambio climático limitando su gasto de energía. De hecho, la media, en una escala como la anterior, de la opinión sobre el grado de expectativas del resultado de la acción propia y directa de los ciudadanos con respecto a la energía se sitúa en el 4,3. Lo que se apunta en el informe es que hay un distanciamiento en la asunción de responsabilidades por parte de los ciudadanos. Parece que son los ciudadanos los que tienen la culpa.<br /></p> <p>En cuanto a las “preferencias” energéticas para los hogares, clara inclinación por la electricidad&nbsp;proveniente de fuentes no fósiles, ni nucleares. Estas dos últimas, carbón y energía nuclear, están negativamente señaladas.</p> <p>A la espera de analizar los microdatos de la encuesta, los resultados apuntan a un&nbsp;relativamente bajo compromiso de los ciudadanos con el problema. La mayor parte del trabajo&nbsp;de campo se realizó antes de que sucedieran algunos mensajes, como el último del IPCC (8 de&nbsp;octubre), más alarmantes y llamativos, o los ecos de los acontecimientos atmosféricos del último verano. Más allá de esta distancia de unos resultados que, a su vez, muestran cierta&nbsp;distancia de la población, tal vez la pregunta es: ¿sirve un instrumento como una encuesta que&nbsp;realiza preguntas muy interesantes, pero sin escenarios de compromiso, observar el&nbsp;compromiso de la población?</p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/267/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>0</slash:comments> </item> <item> <title>Periodismo e incertidumbre científica</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/257</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/257#respond</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Tue, 09 Oct 2018 22:06:49 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=257</guid> <description><![CDATA[Luis Pablo Francescutti Una función del periodismo ha sido la de facilitar la autoobservación social (el presente se observa a sí mismo). A este cometido se ajustaba la estructura de la noticia: la narración de un hecho actual, recién ocurrido &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/257">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[ <p style="text-align:right"><em>Luis Pablo Francescutti</em></p> <p><em></em></p> <p>Una función del periodismo ha sido la de facilitar la autoobservación social (el presente se observa a sí mismo). A este cometido se ajustaba la estructura de la noticia: la narración de un hecho actual, recién ocurrido o en vías de consumación. Esa función se ha ido transformando conforme el periodismo se anexaba franjas del pasado reciente y del futuro cercano, impulsado por el futurocentrismo, la obsesión por la memoria y la insaciable demanda informativa generada por la mediatización de la sociedad que lleva a “presentificar” hechos pretéritos y escenarios por venir. </p> <p>La apertura al futuro es visible en los titulares, sea en las formas perifrásticas ancladas en el presente del indicativo ( “El gobierno planea construir una autopista”) o en los verbos conjugados en futuro (“El gobierno construirá una autopista). En cualquier caso, el énfasis en acontecimientos venideros modifica la ontología de la noticia, que deviene el relato de lo que puede ser o será. Con ello el estatuto “objetivo” del hecho periodístico se esfuma, pues los vaporosos “hechos” futuros son inasequibles a los criterios de rigor y contrastabilidad de la cultura periodística (de un enunciado sobre un futuro contingente, Aristóteles dixit, no se puede afirmar su verdad o falsedad). </p> <p>Tales noticias se basan en previsiones más o menos formalizadas: promesas de autoridades acreditadas (“El Gobierno subirá las pensiones el año próximo); eventos programados (“Mañana comienzan las olimpíadas); y predicciones elaboradas con métodos racionales, sumamente frecuentes sobre todo en las áreas informativas de economía, sanidad, ciencia y medio ambiente.</p> <p>Las predicciones plantean al periodismo el reto de gestionar la incertidumbre concerniente a su cumplimiento. Su matriz factual de cuño anglosajón le impone someter los escenarios futuros a las mismas exigencias de “objetividad” que a los eventos del presente, mas el único dato objetivo que aquellas ofrecen es el de su elaboración (“Expertos del MIT diseñaron una predicción que….”) o el acto de su enunciación (“Expertos del MIT predicen que&#8230;”). Hechos a todas luces carentes del dramatismo, la proximidad y el alto impacto que definen el valor del acontecimiento periodístico; de allí que el foco de la noticia se desplace al objeto de la predicción: los escenarios expuestos. </p> <p>Para presentar esos escenarios inciertos al lector los periodistas recurren a distintas fórmulas. Una es admitir su carácter condicional y aleatorio; otra es sustituir el concepto de probabilidad por los de “riesgo” o “peligro”, más impactantes y próximos al lector; y otra es soslayar su componente probabilístico y calificar su cumplimiento de inexorable. Para esto último suele “inyectarse” agencia al fenómeno de marras, el cual es descrito como un ente cuasireal y autónomo (La inflación amenaza con volver&#8230;; El cambio climático destruirá las cosechas&#8230;); una operación retórica que, al atribuirle un funcionamiento autónomo y cuasi volitivo, oscurece su comprensión.</p> <p>La otra cuestión relevante pasa por la fiabilidad de las predicciones, en relación directa con la credibilidad que inspiran sus autores. Obsesionado con “traducir” rigurosamente a los científicos, el periodismo ha dependido sobremanera de las fuentes expertas, convirtiéndose en su portavoz y renunciando así a ejercer un rol mediador y crítico entre aquellas y el público. Esto le condujo a alinearse con los expertos en las controversias sociales públicas de los riesgos tecnológicos (el debate nuclear ofrece un ejemplo paradigmático). Más papistas que el papa, los periodistas endosaban y amplificaban los puntos de vista de los científicos, con el resultado de convertir en verdades absolutas los provisionales resultados de la ciencia, o minimizar los riesgos en discusión.</p> <p>Sea por el éxito de la crítica ecologista, sea por el advenimiento de la sociedad del riesgo, lo cierto es que los comunicadores han flexibilizado esas disposiciones. De hecho, en el debate en curso acerca del cambio climático, la gran mayoría ha cerrado filas con el consenso científico dominante y con los contra-expertos ambientalistas, en oposición a los denominados negacionistas. </p> <p>Interesa señalar, no obstante, que la prédica de estos últimos se ha visto favorecida por determinadas rutinas periodísticas. En Estados Unidos, en concreto, han recurrido al derecho a un “trato justo y equilibrado”. Surgida para garantizar un acceso equitativo a la prensa a las dos partes de una polémica política (gobierno/oposición, demócrata/republicanos), esa pauta se trasladó al terreno de las controversias científicas., con la consecuencia de dar la misma cobertura a la posición mayoritaria de los científicos que a la marginal, transmitiendo a la opinión pública la falsa impresión de que la ciencia está dividida en partes más o menos iguales, igualmente rigurosas. </p> <p>Explotando dicha pauta, la industria estadounidense, ayudada por agentes de relaciones públicas y expertos a su servicio, logró crear un estado de opinión hostil a la introducción de medidas contrarias a sus intereses. Invocando la existencia de incertidumbres científicas y la necesidad de nuevos y más completos estudios, logró obstruir, al menos temporalmente, los debates sobre los efectos carcinogénicos del tabaco, el abesto y determinadas sustancias químicas; sobre el riesgo de un “invierno nuclear” derivado de una guerra atómica; sobre el impacto de los CFCs en la capa de ozono; y, finalmente, sobre la contribución de las emisiones de C02 al calentamiento global*.</p> <p>Todo eso ha sido analizado exhaustivamente por la literatura académica anglosajona. El comportamiento de la prensa española con respecto al cambio climático en cambio ha sido poco estudiado; y mucho menos su actitud y manejo de las incertidumbres científicas. Queda planteado un programa de investigación que, a partir del análisis de los textos informativos y del discurso de sus autores, nos permita describir y comprender en qué medida la cultura periodística vernácula está afrontando la tarea de comunicar al público procesos crecientemente complejos cuyo conocimiento viene inevitablemente plagado de lagunas, y sobre los cuales, no obstante, urge actuar sin dilación.</p> <p>* ver en especial “Mercaderes de la duda. Cómo un puñado de científicos ocultaron la verdad sobre el calentamiento global”, de Erik M. Conway y Naome Oreskes, Ed. Capitán Swing, Madrid, 2018.</p> <p>[Resumen de la presentación de Pablo Francescutti enviada al curso “Incertidumbre y Cambio Climático”, UNED Dénia, julio de 2018]<br /></p> <p><br /></p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/257/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>0</slash:comments> </item> <item> <title>Incertidumbre en el conocimiento y en la política</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/90</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/90#respond</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Mon, 01 Oct 2018 04:00:53 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=90</guid> <description><![CDATA[Ernest García Por buenas razones de inteligencia práctica, damos más importancia a algo si está próximo en el tiempo y cercano en el espacio, si estamos seguros de su existencia y si afecta a personas que nos son próximas. Le &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/90">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[<p style="text-align: right"><em>Ernest García</em></p> <p>Por buenas razones de inteligencia práctica, damos más importancia a algo si está próximo en el tiempo y cercano en el espacio, si estamos seguros de su existencia y si afecta a personas que nos son próximas. Le damos más importancia para bien y para mal. Lo valoramos más si nos parece bueno y lo tememos más si es malo.</p> <p>Esto vale también para el debate político y mediático sobre el cambio climático. Hay una batalla (en general incruenta aunque hay excepciones dramáticas como ocurre a veces con el asesinato de personas comprometidas con causas ecológicas) por presentar el cambio climático como algo futuro, lejano, incierto&#8230; o, por el contrario, como algo presente, cercano, confirmado&#8230; La investigación sociológica ha mostrado que las coaliciones negacionistas han gastado muchos millones en hacer circular dudas al respecto. Porque las respuestas de la población dependen en cierta medida de cómo se perciba el problema.</p> <p>Por esta razón, los actores implicados en el conflicto climático llaman a la ciencia en su auxilio. El acuerdo científico infunde seguridad. El desacuerdo científico genera dudas. Tanto quienes pretenden que se actúe seriamente contra el cambio climático como quienes no quieren que se haga nada necesitan científicos que les den la razón. Cuantos más mejor, claro, pero eso no importa mucho: en la cuestión del cambio climático, los números están del lado del bando ecologista, pero basta que haya un único experto negacionista para que el principio periodístico de “dar cabida a todas las opiniones” se convierta en una potente máquina de generar dudas.<br />El combate en torno a la incertidumbre es una de las razones por las que la información experta adquiere un papel importante en los conflictos socioecológicos. Hay un punto, sin embargo, en que la ciencia y la política chocan, como ocurre casi siempre que la segunda intenta poner a su servicio a la primera.</p> <p>A veces, para la ciencia, la indeterminación forma parte del conocimiento. A veces, podemos saber con seguridad que un proceso tiene límites aunque no podamos determinarlos con precisión. Es el caso con la crisis ecológica. Sabemos que hay límites al crecimiento, aunque no se pueda determinar el punto exacto en el que han aparecido o van a aparecer. Sabemos que alterar significativamente la composición química de la atmósfera ha de tener efectos importantes, y que es muy probable que algunos al menos de esos efectos sean altamente desagradables. Para la ciencia esto es suficiente, y sobre esa base puede ir poco a poco ajustando los detalles. Pero la política necesita certezas más directas (aunque sea para traicionarlas una y otra vez, como suele ocurrir). Necesita, por ejemplo, saber que 1,5ºC sería soportable pero 2ºC no. Y es en este terreno secundario donde se libran las mayor parte de los combates de incertidumbre. Para generar dudas, parálisis y exabruptos negacionistas, suele ser más que suficiente.</p> <p>Para ampliar información sobre este tema, es recomendable: Martinez-Iglesias, M. (ed.): <em>Experts and Campaigners: Scientific Information and Collective Action in Socio-Ecological Conflicts</em>. València, Publicacions de la Universitat de València, 2014.</p> <p>[Resumen de la intervención de Ernest Garcia en el curso “Incertidumbre y Cambio Climático”, UNED Dénia, 25 dejulio de 2018]</p> <p></p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/90/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>0</slash:comments> </item> <item> <title>OPORTUNIDAD PARA INVESTIGAR LA INCERTIDUMBRE, OPORTUNIDAD PARA INVESTIGAR LA RELACIÓN DE LA SOCIEDAD CON EL CAMBIO CLIMÁTICO</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/192</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/192#respond</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Sat, 22 Sep 2018 11:55:01 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=192</guid> <description><![CDATA[Javier Callejo Desde la sociología, existen distintas líneas que trabajan dando un lugar central al concepto de incertidumbre. Al respecto, hay que empezar señalando que nuestro compañero de equipo de investigación, Ramón Ramos, está a punto de publicar un mapa &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/192">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[ <p style="text-align:right"><em>Javier Callejo</em></p> <p>Desde la sociología, existen distintas líneas que trabajan dando un lugar central al concepto de incertidumbre. Al respecto, hay que empezar señalando que nuestro compañero de equipo de investigación, Ramón Ramos, está a punto de publicar un mapa de esa arquitectura sociológica de la incertidumbre, que nos será de gran utilidad, dada su solidez. Pero lo que aquí quiero subrayar es la doble oportunidad que se nos presenta al desarrollar un proyecto de investigación que pone en relación los conceptos incertidumbre y cambio climático. Oportunidad para observar cómo se construye socialmente la incertidumbre. Oportunidad para observar la mediación de la incertidumbre en la relación que tiene la sociedad con el cambio climático.</p> <p><br />Mientras nos llega esa arquitectura sociológica de la incertidumbre, la sensación que invade al recibir algunas declaraciones sobre la incertidumbre es más la de una arquitectura incierta de la sociología. Me refiero a frases como la que pronuncia Bauman pocos meses antes de su fallecimiento, recogida y subrayada por distintos medios de comunicación: “La única certeza es la incertidumbre”. Sentencia que puede entenderse como una descripción –sociológica, de nuestros mundos sociales- o como una prescripción o afirmación epistemológica, sobre cómo debe pensarse el mundo y, especialmente, sobre la imposibilidad de saber. Es un saber que no se sabe nada. Al menos, que no se sabe lo suficiente.</p> <p><br />La frase de Bauman me interesa más como pretendida descripción de los mundos sociales. Además, parece el contexto más pertinente: un sociólogo que habla del mundo en el que estamos, más que un sociólogo que dice que la sociología vive en la perplejidad más absoluta. Es cierto que, como tal descripción, da pie a muchas preguntas. Algunas de ellas están respondidas a lo largo de la obra de este autor, situando la incertidumbre como característica de las sociedades que denomina Postmodernas. Cuando nos movemos en esquemas y ejes que oponen, por ejemplo, Modernidad y Postmodernidad, es fácil caer en la tentación de convertir un rasgo diferencial –en la comparación- de uno de los polos –segundo- con respecto al otro en una especie de absoluto. Son muchos los autores que dibujan las sociedades avanzadas actuales con una mayor incertidumbre que las que inmediatamente nos precedieron. En especial, cuando esas sociedades precedentes se enmarcan en los denominados Treinta Gloriosos o la Edad de Oro del Capitalismo. Pero hay un trecho desde su aceptación como rasgo relativamente más acentuado hasta la absolutización y totalización que se deriva de la frase de Bauman.</p> <p><br />También hay otras preguntas: ¿todos los mundos sociales están igualmente frente a la incertidumbre? ¿no será más una cuestión de clases medias, que denuncia el tal vez excesivo foco que cierta sociología ha puesto en ellas, extendiendo su cultura, ideología, prácticas como propia del conjunto de la sociedad? ¿las clases populares, no han vivido casi siempre en la incertidumbre? No. Siempre no. En esos Treinta Gloriosos, según las investigaciones de John Goldthorpe, la clase obrera de los alrededores de Londres (Lutton) llegaba a ciertos estándares de certidumbre de clase media.</p> <p><br />Más allá de la pregunta en clave de cambio social -¿qué ha cambiado para esa sensación de incertidumbre generalizada, si es que la aceptamos?- o en clave estructural -¿cómo se vive diferencialmente la incertidumbre en los distintos mundos sociales?- creo conveniente el esfuerzo de observar el proceso de su producción, distribución, etc. con respecto a un campo concreto y unas prácticas sociales concretas. Es decir, hacer aterrizar la incertidumbre en su funcionamiento, en lo que hace; aunque, a veces, este hacer es impedir hacer o dar justificaciones para no hacer. Y es aquí donde el fenómeno del cambio climático aparece como una oportunidad para investigar la presencia de la incertidumbre en las prácticas sociales.</p> <p><br />¿Qué gana la observación del cambio climático en la sociedad desde la incertidumbre? El cambio climático nos afecta materialmente a todos; pero ha de tenerse muy en cuenta que se trata de un campo en el que existe una parte de la sociedad con intereses económicos fuertemente involucrados en la producción y efectos del cambio climático, con la potencialidad de abrir dudas en lo que ya se tiene como resultado de un fuerte consenso científico. La generación de negación del fenómeno, así como de ignorancia –haciendo relevante la perspectiva de una sociología de la ignorancia (Proctor)- e incertidumbre cobran cierta relevancia en las representaciones sociales, en especial cuando el fenómeno se presenta en el marco de un debate entre científicos en desacuerdo, como mostró Pablo Francescutti en nuestro encuentro de equipo de investigación en Denia (julio 2018). </p> <p>Por otro lado, la incertidumbre puede estar no sólo en el saber/no saber sobre la existencia del fenómeno, sino, además, sobre las consecuencias de las medidas que se tomen, así como sobre el modelo de sociedad resultante de las políticas contra el cambio climático. Es decir, la relación de la sociedad con respecto al cambio climático parece estar mediada por, al menos, cierto grado de incertidumbre; pero sabemos poco sobre cómo opera éste en las concretas prácticas de distintos mundos sociales: fabricantes de bienes señalados como fuertemente contribuyentes al fenómeno, responsables del diseño de potenciales medidas frente al fenómeno, profesionales con especial vinculación al fenómeno, gestores del sistema financiero, medios de comunicación y, sobre todo, ciudadanos. </p> <p>Al respecto, la aparición de la incertidumbre ha estado más centrada en desdibujar lo que puede denominarse realidad del fenómeno, que en la que podría encontrarse –o vivirse- alrededor y como consecuencia del fenómeno, sobre cómo éste afecta y, sobre todo, puede afectar a sus vidas en particular y la vida de las sociedades en general. Salvo en crecientes círculos profesionales, económicos y financieros, evocando estos el trabajo de Frank H. Knight, o, por otro lado, en mundos sociales comprometidos con la transformación social, apenas se percibe el cambio climático como una oportunidad para otros cambios, sino como la imperiosa exigencia de cambios en las prácticas cotidianas y rutinas. La incertidumbre óntica podría seguir teniendo fuerza, frente a lo que podría denominarse una incertidumbre fenoménica, centrada en cómo se vive y representa el fenómeno del cambio climático y sus consecuencias, pues puede justificar el mantenimiento de prácticas sociales reconocidas como contribuyentes a la aceleración del cambio climático.</p> <p><br />Tenemos ya un importante número de observaciones empíricas que han tenido entre sus objetivos recoger las percepciones y acciones de la sociedad con respecto al cambio climático. La mayor parte mediante encuestas con cuestionario estandarizado. Pues bien y aunque con diferencias entre los resultados de unas y otras, que nos proponemos analizar en nuestra investigación, tiende a recogerse una importante preocupación por parte de los ciudadanos, aun cuando detrás de otras preocupaciones (situación económica, desempleo, terrorismo, etc.). De momento, como si cada una de estas fuentes de preocupación no tuviera relación con las otras, dejando la preocupación por el cambio climático en un estado que, tomando términos de Schutz, podemos calificar de sedimentado, como preocupación sedimentada, siendo tal el marco para la acción y la asunción de prácticas por parte de los distintos actores, incluidos los ciudadanos. Es aquí donde nuestra investigación tiene su oportunidad, en la observación de cómo se produce incertidumbre y, sobre todo, cómo se reproduce socialmente la incertidumbre en relación con el cambio climático y, hasta qué punto la incertidumbre tiene algún papel en ese proceso de sedimentación de la preocupación y el diferir la sustitución o abandono de las prácticas que aceleran el fenómeno.</p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/192/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>0</slash:comments> </item> <item> <title>Incertidumbre social y cambio climático</title> <link>https://incerclima.hypotheses.org/5</link> <comments>https://incerclima.hypotheses.org/5#comments</comments> <dc:creator><![CDATA[incerclima]]></dc:creator> <pubDate>Wed, 12 Sep 2018 11:53:22 +0000</pubDate> <category><![CDATA[Entradas]]></category> <guid isPermaLink="false">http://incerclima.hypotheses.org/?p=1</guid> <description><![CDATA[Este blog, centrado en la relación entre incertidumbre social y cambio climático, se configura como espacio de difusión y reflexión común asociado al proyecto de investigación CSO2017-84007-R, financiado por el Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los &#8230; <a href="https://incerclima.hypotheses.org/5">Sigue leyendo <span class="meta-nav">&#8594;</span></a>]]></description> <content:encoded><![CDATA[<p>Este blog, centrado en la relación entre incertidumbre social y cambio climático, se configura como espacio de difusión y reflexión común asociado al proyecto de investigación CSO2017-84007-R, financiado por el Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad, del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Este proyecto aglutina a ocho investigadores de distintas universidades españolas (UNED, UCM, UV, URJC&#8230;) con una larga trayectoria en el análisis comunicativo, cultural, sociológico y político de los riesgos ambientales. En la línea de una investigación responsable, que busca ampliar el debate sobre los temas más relevantes más allá de la academia, el blog se propone abrir los procesos de reflexión, teorización y análisis empírico a la sociedad, enriqueciendo, desde su pluralidad interna, las perspectivas que ante la incertidumbre y el cambio climático la sociedad en su conjunto está llamada a explorar.<br /> El blog está pensado, por lo tanto, desde una perspectiva dinámica, que aproveche la capacidad de los investigadores participantes en el proyecto para traducir, profundizar y conectar las noticias, publicaciones especializadas y el discurso público.</p> ]]></content:encoded> <wfw:commentRss>https://incerclima.hypotheses.org/5/feed</wfw:commentRss> <slash:comments>1</slash:comments> </item> </channel> </rss>